Messi aún tiene hambre

Messi, durante el acto publicitario de esta tarde

Messi, durante el acto publicitario de esta tarde / periodico

SERGI LÓPEZ-EGEA / BARCELONA

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Leo Messi aún tiene mucho hambre; de victorias, de partidos y, sobre todo de títulos. Él no es un hombre que piense en marcar más goles que nadie, como otros, él prefiere aliarse con esa humildad, con ese trabajo, como si cada día fuera el primero, que caracteriza al vestuario del Barça. “De nada sirven los récords si no hay títulos”, palabras de Messi, templadas, sosegadas, un mensaje claro de que la estrella azulgrana mantiene la ilusión intacta y que no se conforma esta temporada con ningún otro objetivo que no sea cumplir los éxitos del año pasado.

El astro argentino cuida el balón pero también sus negocios que, según lo que se comprueba en cada partido, no enturbian su carrera deportiva. Más de un centenar de periodistas, invitados y llegados buena parte de ellos desde diversos países americanos, asistieron este jueves al lanzamiento de una campaña publicitaria de la que el jugador es la imagen mundial. Un Messi que incrementa su fortuna, más allá del fútbol, pero sin perder la ilusión por su deporte, profesión y, sobre todo, por mantener su hambre voraz. “Mi objetivo es ganarlo todo juegue con el Barça o con la selección argentina. Solo pienso en ser mejor, en seguir aprendiendo e ir cumpliendo objetivos”, contestó el jugador a preguntas de un periodista argentino, durante el acto de la multinacional china de telefonía Huawei que, según varias fuentes, paga a Messi entre cinco y seis millones de euros anuales (durante tres años) para explotar su imagen.

UNA ESTRELLA DE HOLLYWOOD

Este jueves, como si fuera una estrella de Hollywood, sin reparar en gastos, con luz, sonido, música, colorido, los jefes de la empresa china a su lado, Messi expuso una vez más su doctrina futbolística de la que forman parte sus compañeros azulgranas. “No creo que el Barça dependa de los tres de arriba. Tenemos una plantilla extraordinaria, de grandes jugadores y todos son importantes. Vamos partido a partido porque todavía no hemos cumplido el objetivo del inicio de temporada y que no es otro que pelear para volver a repetir los títulos del año pasado”.

Y en este festín de éxitos, de rachas victoriosas, de pelear por la Champions, la Liga y la Copa lo importante, más allá de personalismos y actitudes egoístas, es la humildad de la que hace gala, según sus palabras, la plantilla azulgrana. “Lo mejor de este Barça es la humildad que tiene el vestuario. Es extraordinario ver a una gente que trabaja día a día como si nunca hubiese ganado nada. Es lo más positivo de este equipo. Todos quieren conseguir cosas y además lograrlas en el buen ambiente con el que convivimos”.

EL RIVAL DE LA CHAMPIONS

Por eso, a Messi le da lo mismo el rival que este viernes salga de los bombos de la Champions, porque quizás el problema será para el contrincante al que le toque el Barça como si fuera una desgracia. “Al rival que nos toque en suerte lo vamos a aceptar sea el que sea porque será un contrincante peligrosísimo a estas alturas de campeonato. Sea el que sea estará bien”, sin más, sin temor, con sencillez.

Sin plantearse el futuro a largo plazo (eludió las preguntas de periodistas argentinos que querían saber si regresaría al fútbol de su país), dolido porque los éxitos del Barça no lo acompañen en su selección, pero, sobre todo, feliz por todo lo que escucha o lee sobre su figura. “Me gustan los cosas lindas que se cuentan de mí. Soy una persona agradecida, una persona que hizo mucho sacrificio y esfuerzo para triunfar en el fútbol y que trata de ser mejor aprendiendo cada día”. Es la filosofía de un Messi todavía con hambre.

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