BAJA ASISTENCIA

Casi solos en casa

El Camp Nou vuelve a verse medio vacío y registra la segunda peor entrada de la temporada con solo 50.000 espectadores

Gradas semivacías en el Camp Nou ante el Valencia.

Gradas semivacías en el Camp Nou ante el Valencia. / periodico

Albert Guasch

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Cree Gerard Piqué que el consumo del deporte obligará en un futuro a replantearse formatos, quizá acortar partidos. Lo dijo en una entrevista difundida esta semana en Barça TV a cuenta de su flamante renovación. "Las nuevas generaciones, los 'millennials', tienen el nivel de concentración que tienen y creo que a la larga el fútbol se deberá plantear reducir los partidos y hacerlos más excitantes. Y no solo el fútbol, también el tenis. Los jóvenes no aguantarán dos horas de partido. Y pasará en el deporte en general", reflexionó.

Ese futuro parece acercarse al Camp Nou antes de tiempo. Es un futuro con un paisaje que tiende a la desertización. La desmovilización se ha convertido en un fenómeno preocupante. Como si la desgana se hubiera apoderado de la masa azulgrana. Una semifinal de Copa ante un notable rival como el Valencia motivó a solo 50.959 aficionados. La segunda peor entrada de la temporada, que ya viene acumulando unos registros paupérrimos. Solo superó al partido de Champions ante el Sporting de Lisboa, con la clasificación ya sellada. Apenas 2.000 seguidores más.

Es como si ya no jugara Messi. O Iniesta. O Coutinho, que volvió a apuntar las buenas maneras de su debut. Como si el equipo no fuera ultra competitivo, brillante y eficaz. Impera el sedentarismo, la butaca del salón de casa antes que la incómoda silla del Estadi. Casi se podían leer enteras las letras amarillas pintadas en las gradas, lo del 'Més que un club'. 

Estudio interno

Quizá hay cierta saturación futbolera. Quizá hacía demasiado frío para la piel mediterránea. Quizá es, como han apuntado desde la junta directiva, que algunos horarios no ayudan y que la caída del turismo en la ciudad ha repercutido en las visitas al templo azulgrana. Se dice desde el club que hay en marcha un estudio interno para analizar la decadencia. Desde luego no todos los que faltan son 'millennials'. Eso seguro.

Ahora mismo la media de asistencia se ha reducido en 13.000 espectadores respecto al curso pasado. Existen esperanzas de que a medida que avance la competición, mejore la entidad de los rivales y se aproxime la coronación liguera, el grueso del aficionado se sacuda la pereza y recupere un hábito perdido ahora mismo. "Supongo que el horario no ayuda. El partido acaba tarde y la gente tiene que ir a trabajar al día siguiente. Y es invierno. Desde luego nosotros tratamos de hacerlo lo mejor posible para que disfruten los que vienen", comentó Ernesto Valverde tras el encuentro.

Dejarse ir

"Y si tots animem, y si tots animem...", coreaban desde las posiciones más ruidosas del campo. Y sí, animaron con cierto vigor quienes ocuparon su asiento. Porque los jugadores a su vez invitaron a dejarse ir, a aplaudir y vociferar. No defraudaron a los presentes, como indicó Valverde. Avasallaron con una intensidad desplegada por cada rincón del césped. Los valencianistas enterraron los pies en la arena para tratar de que la corriente azulgrana no se los llevara por delante.

En vano. Al final Messi hizo de nuevo de tsunami y regaló a Suárez la oportunidad de cumplir con su oficio de goleador implacable. La mitad del estadio se sintió electrificado al fin, recompensado por su decisión de no dejarse amedrentar por la hora y el frío. 

Quizá resultará más fácil dictaminar las razones de la falta de público que encontrar fórmulas para recuperar a la gente. El equipo cumple con su parte del contrato. Es el nuevo desafío de la junta directiva, aparte, obviamente, de cuadrar unas multimillonarias cuentas.