Bartomeu no puede fallar en la reconstrucción

El equipo ha perdido la hegemonía en Europa y España y la junta debe tomar medidas trascendentes para 'refundar' la plantilla

Bartomeu junto a los vicepresidentes Jordi Mestre y Carles Vilarrubí en el palco antes del Barça-Eibar.

Bartomeu junto a los vicepresidentes Jordi Mestre y Carles Vilarrubí en el palco antes del Barça-Eibar. / periodico

MARCOS LÓPEZ / BARCELONA

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"Evidentemente ha sido una temporada muy buena para nosotros, hemos hecho un récord de goles, con un equipo de ensueño que remonta y la magia de Messi". A Josep Maria Bartomeu le parecía un balance más que positivo, a pesar de que el Barça acababa de perder la Liga, recién destronado de una corona que había lucido en los dos últimos años.

Más que positivo, pese a que el menguante equipo de Luis Enrique  Luis Enrique (tocó la cima en Berlín-2015 en su primer año y desde entonces emprendió una perceptible cuesta abajo) tropezó por segundo año consecutivo en los cuartos de final de la Champions y, como dijo el propio técnico, terminó viendo al Madrid pasear la Liga por La Cibeles condenado, sobre todo,  por su propia "irregularidad".

"Si no ganamos la Liga, esta temporada no será exitosa" (Bartomeu, 16 de mayo)

"Si no ganamos la Liga esta temporada, no será exitosa", proclamó el presidente la pasada semana ante el Senat, que reúne a los socios más antiguos del club. Esos que han visto de todo en un club instalado en el éxito en los últimos 25 años, incluidos dos tripletes.

"Ha sido una temporada muy buena" (Bartomeu, 21 de mayo)

Seis días después, Bartomeu cambiaba de opinión, al tiempo que anunciaba día (el próximo 29 de mayo)Bartomeu cambiaba de opinión para que se conozca oficialmente el sucesor de Luis EnriqueValverde es el elegido para cambiar la tendencia de un BarçaValverde, que ha perdido la hegemonía futbolística en Europa (un título en seis años) y ahora también está en un segundo escalón en la Liga.

CON EL TRIDENTE NO BASTA

Ni siquiera disponer de una de las mejores versiones de Messi, más  allá de sus registros goleadores en la Liga (37 tantos en 34 partidos, además de nueve asistencias) le han servido a los azulgranas para mantener su dominio. Tampoco el tridente, la imagen que quedará del Barça de Luis Enrique, ha sido suficiente.

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Lentamente se han ido consumiendo los pilares que guiaron a los azulgranas a la conquista del triplete en Berlín. Aquel equipo no ha perdido su inevitable contundencia ofensiva (a una delantera formada por Messi, Suárez y Neymar se le caen los goles del bolsillo), pero sí se ha mostrado extrañamente inestable. Fuerte con los poderosos y frágil con los débiles.

No puede, por lo tanto, el club volver a fallar en la reconstrucción de la plantilla, como le ha ocurrido durante este curso donde la inversión de 122 millones de euros en inyectar energía para el banquillo no le han salido nada bien. No basta ahora con hacer retoques sino tomar medidas trascendentes.

IMPACTO INMEDIATO

Bartomeu dice estar satisfecho, pese a estar obligado a remodelar la plantilla con fichajes que puedan ser titulares desde el primer día, con impacto inmediato en el equipo. A Luis Enrique, en cambio, le "da igual" si ha dejado legado o no, sin presumir siquiera de un balance espectacular de títulos: sumó ocho de los 11 posibles.

Podrían ser nueve títulos si gana el sábado la Copa al Alavés, pero el Barça regresa ahora, como ya le pasó tras la breve etapa de Tata Martino (una Supercopa de España como mísero balance) a una imprescindible (y acertada) refundación para escapar del declive.