UN PULSO SINGULAR

Los 15 puntos que alimentan el clásico del Camp Nou

El duelo entre el Barça y el Madrid conserva muchos alicientes pese a la enorme diferencia que les separa en una Liga ya decidida

Messi deja atrás a Marcelo en el clásico de la primera vuelta.

Messi deja atrás a Marcelo en el clásico de la primera vuelta. / .41401292

Joan Domènech

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El clásico de siempre pero distinto a todos. Una brecha insólita de puntos entre los grandes rivales y una Liga decidida restan trascendencia al desenlace del gran duelo, nunca descafeinado. Tampoco esta vez, cuando las repercusiones del resultado no dejarán secuelas. Siempre hay alicientes reunidos sobre la verde alfombra del Camp Nou cuando comparecen el Barça y el Madrid, el nuevo campeón y el anterior, aunque estén separados por 15 puntos y la Liga ya haya terminado.

1. La racha de invencibilidad

La Liga de Valverde será recordada como la del campeón invicto. El Barça superó los 38 partidos que había acumulado la Real Sociedad en 1980 y todavía no se ha parado. A las 34 jornadas se suman las 7 de la campaña anterior con Luis Enrique. El equipo azulgrana se propone acabar el campeonato sin perder, lo que supondría un hito. El precedente más inmediato de semejante hazaña fue la del Arsenal de los invencibles (2003-04), campeón sin perder con 26 victorias y 12 empates. 

2. El morbo de un clásico

Frustar esa ilusión azulgrana es el mayor factor motivacional de los blancos, que han encontrado una perfecta coartada en su andadura europea. La Champions ha distraído a la parroquia blanca, que empezó a despedirse de la Liga en septiembre y enterró en diciembre tras la goleada del Barça en el Bernabéu. Nada mejor que violar el feudo azulgrana para encarar la recta final hacia la final de Kiev. Y nada mejor que volver a batir al gran rival para recordar el relevo hegemónico.

3. La despedida de Iniesta

La trayectoria del capitán merece la mejor de las despedidas. Iniesta ha participado actitvamente en los episodios más gloriosos de la última década (el 5-0 y el 2-6, por ejemplo), y su rendimiento en los clásicos siempre hja sidpo sobresaliente. Así será en el próximo porque no habrá más. Y necesitará la mejor versión de los demás para abandonar la rivalidad con los blancos con un recuerdo imborrable.   

4. El último gran esfuerzo

La visita del Madrid es la cita más complicada que queda a los azulgranas para terminar la Liga sin perder. Villarreal, Levante y Real Sociedad serán los últimos. El broche de oro a una excepcional Liga pasa por vencer al rival eterno, aunque haya sido el Atlético el que ha puesto algo de impedimiento, a distancia (11 puntos) al desfile militar de la plantilla. Después del último gran esfuerzo de este domingo, comenzarán las rotaciones y los descansos.

5. La mayor diferencia de puntos

El triunfo azulgrana ampliaría la diferencia sobre el Madrid hasta los 18 puntos, una brecha desconocida desde que las victorias valen 3 puntos. La mayor distancia del Barça respecto al Madrid al final de una Liga fueron de 15 puntos (la 2012-13, la de los 100 puntos con Tito Vilanova); al revés, del Madrid sobre el Barça, se han visto abismos en este siglo de 22 puntos (02-03), 18 (07-08) y 17 (00-01).

6. El Balón de Oro

La presencia de Cristiano Ronaldo en la final de la Champions, además de su rendimiento goleador en la competición (15 goles en 12 partidos) le colocan por delante de Messi (campeón de Liga y Copa) en la carrera del Balón de Oro. El desarrollo del Mundial decantará la balanza en el pulso particular y puede incorporar a nuevos aspirantes. Tal vez Griezmann (finalista de la Europa League), tal vez Neymar, difícilmente el egipcio Mohamed Salah. Y quién sabe si Andrés Iniesta si la retractación de 'France Football' se hace realidad.

7. Ter Stegen se juega el Zamora

Ter Stegen ha encajado 21 goles en los 34 partidos disputados. Unas cifras para conquistar el trofeo Zamora, pero Oblak (Atlético) ha sido levemente mejor: ha recibido 18 en el mismo número de encuentros, y en la última jornada no jugó porque Diego Simeone quiso preservarle en busca de ese objetivo. Si no juega más, el premio será para el meta esloveno. Si Ter Stegen consiguiera cerrar los cuatro próximos encuentros sin encajar (lo ha hecho en 18 de los 34 anteriores), perdería por décimas: 0,52 goles por partido para Oblak, 0,55 del alemán.

8. Las sombras sobre Valverde y Zidane

Imposible como es la unanimidad, los técnicos no gozan del total predicamento en sus respectivos clubs. A Valverde le hizo mucho daño la eliminación ante la Roma (también la derrota de la Supercopa, ampliamente superada), hasta el punto de que el presidente Bartomeu dudaba de él, y a Zidane no le perdona Florentino Pérez, por muy finalista que sea de la Champions, el papelón del equipo en la Liga y el ridículo en la Copa con el Leganés. El clásico brinda una oportunidad de enmienda.

9. Lagunas en la defensa blanca

En la defensa del Madrid se abren grietas. Uno de los talones de Aquiles del Madrid, hasta el punto de que el Valencia (36) y el Getafe (32), además de Atlético (18) y Barça (21) han encajado menos goles que la portería blanca (37). Los relevos se han sucedido bajos los palos (han jugado Navas y Casilla) y en la zaga, zarandeada por las lesiones. Han caídos todos. Carvajal y Varane, dos titulares, no participarán en el clásico. 

10. La importancia de mandar

Quien se adelanta en el marcador, gana. La Supercopa empezó a decidirse con un autogol de Piqué. Amanecía el segundo tiempo, que terminó con cuatro goles. El Madrid golpeó en cada cada ataque porque el Barça solo pudo marcar de penalti. En la vuelta, el cuadro blanco golpeó en los dos primeros tiros. En la cita del Bernabéu, en cambio, el juego se aceleró a partir del tanto de Suárez (m. 54), que desembocó en un nuevo festival azulgrana.  

11. La confrontación de dos equipos peloteros

Lejos quedan los tiempos en los que el exquisito Barça de Guardiola se enfrentaba al uraño Madrid de Mourinho. Aquello era un duelo de estilos opuestos: la antítesis entre la técnica y el físico, el preciosismo y el pragmatismo. El desenlace derivó, muchas veces en una trifulca. Los equipos de Valverde y Zidane han acercado distancias hasta guardar cierto parecido. Ambos quieren expresarse a través del balón. Y huyen de la crispación.

12. La motivación para evitar un desastre

Bajar un grado de tensión es arriesgarse a una desgracia. Los clásicos deben jugarse con la presión propia que exige la presencia de un gran equipo enfrente que busca algo más que tres puntos. El resultado durará una semana, y convendría, para el derrotado, no fuera más allá, señal de que fue digna. Por muy decidida que esté la Liga, por muchos jugadores que quieran reservar los entrenadores y por muy cansados que estén los titulares está en juego el honor. Y es sagrado.

13. El afán de Messi por la Bota de Oro

Messi lidera el Pichichi (32 goles) y la Bota de Oro. En España su adversario es Luis Suárez (22), que en cierto modo depende de él, y en Europa lo es Salah (Liverpool, 31), al que adelantó en la clasificación con el triplete de A Coruña. Al egipcio le quedan dos partidos (ante el Chelsea, fuera, este domingo, y frente al Brighton), y Leo tendrá que jugar tres más después del clásico: el miércoles ante el Villarreal, el domingo en el campo del Levante y el cierra ante la Real Sociedad.

14. La solidez del Barça en el Camp Nou

Solo se han escapado 4 puntos de los 48 que se han ventilado en el Camp Nou. Dicho de otro modo: solo dos equipos los 16 visitantes han arañado sendos empates. El Celta en la primera vuelta (2-2) y el Getafe en la segunda (0-0). Solo el Madrid, en el estreno de la competición con la Supercopa, en agosto, se marchó triunfante (1-3) a partir de un autogol de Piqué. Dos golazos posteriores de Cristiano y Asensio dejaron sentenciado el trofeo.  

15. La plataforma reivindicativa

Las vicisitudes políticas han salpicado el Camp Nou. A los cánticos de "independencia" se han añadido los de "llibertat" en favor de los presos políticos. El partido ante el Las Palmas se jugó a puerta vacía el 1 de octubre por la actuación de las fuerzas policiales en el referéndum. La confiscación de camisetas amarillas a los aficionados azulgranas en la final de Copa han propiciado un llamamiento para que acudan de ese color al clásico.