NUEVA ESTRUCTURA

Fusibles en los despachos

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zentauroepp38888079 deportes presentacio eric abidal nou embaxador del fcb ger180609201007 / GERMÁN PARGA / FC BARCELONA

RAFAEL TAPOUNET

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Hubo un tiempo en que los presidentes de los clubes de fútbol capeaban las crisis ejecutando en público a sus entrenadores, un espectáculo cruel que servía para calmar las ansias de la hinchada de quemarlo todo. Desde hace unos años, esa tradición bárbara ha sido desterrada del FC Barcelona para ser sustituida por una práctica bastante más original y sofisticada: cambiar el organigrama deportivo cada vez que se detecta algún indicio de malestar social. Es la usanza que ha marcado hasta ahora el mandato de Josep Maria Bartomeu, desde la fulminante destitución de Andoni Zubizarreta en enero del 2015 tras el catártico tropiezo de Anoeta hasta el anuncio de la incorporación de Éric Abidal y Ramon Planes en medio del runrún generado por la tercera victoria consecutiva del Real Madrid en la Champions.

En sus cuatro años y medio en la presidencia, Bartomeu ha tenido cinco estructuras deportivas diferentes; un dato inquietante, por cuanto se supone que esa es un área que requiere estabilidad para poder desarrollar proyectos a medio y largo plazo. Zubi, Puyol, Braida, Rexach, Robert, Albert Soler, Pep Segura, Abidal, Planes… La lista de nombres que han ido entrando y saliendo del organigrama (en ocasiones, con perfiles y cargos difíciles de compatibilizar) es el mejor reflejo de una política errática que no ha logrado consolidar un proyecto deportivo definido.

El primer gran incendio

Todo comenzó con el despido de Zubizarreta en un momento en el que la titubeante marcha del primer equipo, el distanciamiento público entre Leo Messi y Luis Enrique y la sanción de la FIFA por irregularidades en la contratación de jugadores de La Masia amenazaban con dejar sin apoyos a un Bartomeu que había llegado a la presidencia sin pasar por las urnas. Con Zubi se fue también Carles Puyol, que llevaba apenas medio año haciendo funciones de adjunto al director deportivo.

El invento de la "comisión técnica" dejó como legado los fichajes de Arda Turan y Aleix Vidal

Para sustituirlos, Bartomeu nombró una "comisión técnica" integrada por tres directivos (Javier Bordas, Jordi Mestre y él mismo) y dos asesores (Carles Rexach y el italiano Ariedo Braida). La comisión, diseñada para cubrir el periodo hasta las elecciones de julio del 2015 y maniatada por la citada sanción de la FIFA y por el poder que la consecución del triplete puso en manos de Luis Enrique, acabó dejando un legado tan escaso como controvertido: los fichajes de Arda Turan y Aleix Vidal.

Una vez ungido por las urnas, el presidente se trajo a Robert Fernández, aunque no le nombró director deportivo (ese puesto quedaría vacante) sino secretario técnico. También quiso reforzar la estructura deportiva poniendo a Albert Soler al frente de las secciones profesionales del club. El tándem se propuso rejuvenecer la plantilla y proporcionarle un nuevo fondo de armario, pero de todas las incorporaciones realizadas en el curso 2016-17 (Samuel Umtiti, André Gomes, Lucas Digne, Paco Alcácer, Denis Suárez, Jasper Cillessen) solo el central francés logró hacerse un sitio en el once titular.

Un verano que fue una pesadilla

El verano del 2017 acabó de poner de relieve las deficiencias de la planificación deportiva. Después de atar a Ernesto Valverde para relevar a Luis Enrique en el banquillo, Robert y Soler vieron cómo se escapaban no solo Neymar sino también los principales refuerzos solicitados por el técnico extremeño. El fichaje a última hora (y a un precio oneroso) de Dembélé no sirvió para rervertir la sensación de gestión fracasada, y Bartomeu reaccionó apartando a Albert Soler y colocando a Pep Segura en el cargo de mánager general deportivo.

Ahora el doblete no le ha servido a Robert para mantener el puesto (sorprendentemente, no se han anunciado cambios al frente del fútbol formativo profesional pese a la ruinosa campaña del Barça B) y se abre una nueva etapa con Abidal y Planes. Empieza el quinto proyecto deportivo de Bartomeu. A ver qué dura.