El Barça sufre el tercer fiasco en cinco días

Solo faltaba un batacazo en el Palau para prolongar el derrumbe exprés del Barça en cinco días nefastos que conviene corregir cuanto antes. A las derrotas sufridas ante el Estrella Roja (90-82) el pasado viernes y el Estudiantes (80-70) el domingo, se añadió este martes un nuevo desastre, esta vez más grave al producirse en casa. El Zalgiris de Sarunas Jasikevicius dejó al descubierto las miserias de un Barça espeso de principio a fin (75-81).

Confiaba Sito Alonso en recuperar las señas de identidad del principio de temporada, en el que su equipo se mostró sólido en defensa y eficaz en el ataque, con números que levantaron la ilusión de los culés, pero en apenas cinco días todo se ha desvanecido. Los tropiezos, además, no han llegado precisamente ante rivales de excesivo potencial, lo que incrementa las dudas de un equipo que sigue sin convencer a nadie. 

A remolque

"Trabajar, sufrir y pelear" fue el mensaje que lanzó Sito Alonso antes de recibir al Zalgiris, donde le esperaba el técnico que prefería el club para suceder a Georgios Bartzokas. La oferta económica no convenció a Jasikevicius, que prefirió quedarse en Kaunas, donde tiene todo el poder.

El curso pasado también visitó el Palau con menos fortuna (92-86). Este martes funcionó a la perfección su plan. El Barça fue siempre a remolque, se mostró blando en defensa y no encontró soluciones en el ataque. El atasco fue monumental.

Hanga, el único

Apenas seis minutos estuvo por delante el cuadro catalán en el marcador. Pronto empezaron a verse las carencias del equipo, en el que solo destacó un excelente Adam Hanga. El alero tomó la responsabilidad en todo momento. Fue el único que puso la intensidad necesaria y concluyó el partido con 19 puntos y 10 rebotes.

Kevin Seraphin (13 puntos) y Koponen (13) se salvaron también de un desastre en el que sobresalió el base Pressey, capaz de fallar absolutamente todo lo que intentó. Tampoco estuvo muy fino Moerman, que acabó con un 0/6 en triples.

Protagonistas inesperados

Un parcial de 2-10 en el primer cuarto aupó al Zalgiris para lograr su primera ventaja importante (14-19, m. 8). El Barça intentó reaccionar en diferentes tramos, pero siempre le faltó un pasito más ante un rival que estuvo comandado por protagonistas inesperados. No brillaron sus mejores hombres en las anteriores jornadas, el incombustible Jankunas y White, sino que el peso ofensivo recayó en un imparable Micic (20 puntos, 8 asistencias) y Pangos (16 puntos). La dirección del Zalgiris marcó la diferencia. 

El sacrificio de Oriola llevó al cuadro catalán a acercarse tras un parcial de 8-2 (32-33, m. 15), pero Pangos volvió a poner tierra de por medio. El Zalgiris aprovechó las facilidades defensivas para marcharse con seis puntos arriba al descanso (39-45). Una fugaz aparición de Heurtel, con cinco puntos seguidos, dio oxígeno al Barça (48-50, m. 24), pero el equipo jamás encontró la continuidad necesaria para cambiar la dinámica. 

Error decisivo

Un triple fallado por Moerman que hubiese supuesto el empate a 57 (m. 28) acabó de hundir al conjunto azulgrana. Ese error dio paso a otra fase de buen juego lituano, con Micic y White al frente de las operaciones. El bloque azulgrana no reaccionó y acabó sucumbiendo sin remedio.

"Obviamente hay que cambiar algo, el jueves tenemos otro partido difícil en Milán. Me siento muy mal, pero esto no para aquí, hay que seguir", dijo Hanga, el mejor azulgrana en un partido para olvidar.