El Barça se apaga en Atenas

El Barça se apagó en Atenas ante la defensa del Olympiacos, que lo desconectó de principio a fin y lo empujó hasta la derrota, poniendo fin a una racha de seis victorias en las dos últimas semanas con un paupérrimo marcador: 59-52.

Sin la chispa de Rice, con Tomic y Perperoglou más apagados de lo habitual, desapareció la consistencia del equipo azulgrana, al que se vio sin energía y sin referentes más allá de los detalles esperanzadores del recién llegado Jonathan Holmes (13 puntos, 9 rebotes), poco bagaje para una cita de enjundia. Si el Barça se mantuvo en la pelea fue gracias a su trabajo en defensa, que también rebajó la imagen del Olympiacos, pero no lo suficiente para cerrarle el camino del triunfo.

Los hombres de Ioannis Sfairopoulos hicieron valer su intensidad frente a los azulgranas, que se vieron intimidados por la agresividad y el juego físico de su rival y se encontraron siempre muy incómodos en ataque, incapaces de encontrar posiciones cómodas de lanzamiento, y acumularon demasiados errores y pérdidas (17 en total). La inspiración de Spanoulis, autor de 15 puntos, hizo el resto para el Olympiacos, que sigue su tránsito con paso firme por  la competición.  

"PARTIDO RARO"

La derrota fue una lección que los jugadores del Barça deberán asimilar para competir en igualdad con los mejores de la Euroliga y de la que deberán recuperarse cuanto antes ya que este viernes es el Madrid el rival que visita el Palau Blaugrana y los azulgranas ya saben que tampoco podrán contar con Doellman y Navarro, cuya vuelta se alarga al menos una semana más.

«Fue un partido raro. Fallamos canastas muy fáciles. Llevamos demasiados partidos sin cinco jugadores y eso se nota», explicó Bartzokas. «Jugamos mal. Sin ritmo. Muy bajos de energía, quizás por las ausencias, pero tampoco queremos buscar excusas. Tenemos que jugar mejor», admitió Perperoglou. 

El Barça estuvo lejos de la imagen solvente de los últimos encuentros. Algunos de sus errores resultaron tan incomprensibles (bandejas, rebotes perdidos con ventaja) que acabaron por desquiciar a Bartzokas, que se reencontró en Atenas con su antiguo equipo, al que llevó al título europeo en el 2013.

El que más  acusó la agresividad griega fue Tyrese Rice, que estuvo desaparecido durante demasiados minutos, una ausencia que, tal como está la enfermería, es un lujo que el Barça no se puede permitir. La primera canasta de Rice no llegó hasta la segunda mitad (4 de 17 en tiro al final) y por mucho que lo intentó, el base de Richmond no pudo ejercer de guía. Sin su clarividencia, el juego azulgrana fue atropellado durante muchos minuts.        

 La derrota del Barça empezó a cimentarse en un primer tiempo para olvidar. Con solo 25 puntos en los primeros 20 minutos, es difícil asaltar el pabellón de la Paz y la Amistad. Y la imagen no mejoró en exceso en la segunda mitad, aunque el equipo azulgrana siempre estuvo en pelea.  Pero Spanoulis acabó de cimentar el camino con sus puntos y su creatividad.

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