LA EUROLIGA DE BALONCESTO

El Barça vive otro suplicio ante el CSKA

El campeón europeo se pasea por el Palau y liquida las últimas opciones europeas de los azulgranas, despedidos con pañolada (61-85)

Tomic intenta un pase defendido por De Colo y Hines

Tomic intenta un pase defendido por De Colo y Hines / MK.

LUIS MENDIOLA / BARCELONA

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El Barça se despidió de Europa. Con todas las de la ley y después de recibir un repaso del campeón, el CSKA Moscú, que no quiso hacer mucha sangre ante la perpleja mirada de los aficionados del Palau, que volvieron a sacar los pañuelos y ya no saben a donde mirar, sonrojados por la vergüenza.

Quedan seis jornadas para concluir la primera fase de la Euroliga y a los azulgranas los separan cuatro victorias de los puestos de clasificación. Ya no hay milagros que valgan para la clasificación. Peor aún. Tampoco  se intuye remedio para el equipo de Bartzokas, del que pueden decirse muchas cosas menos que es competitivo. Está roto anímicamente y vaga por la pista sin encontrar respuestas. El CSKA le pasó por encima sin esfuerzo (61-85). Fue un suplicio en toda regla. Uno más.

«El partido quedó decidido en un primer tiempo nefasto. Es un problema mental. Luego intentamos reaccionar, pero ya no hubo manera», justificó Bartzokas.

EN CAÍDA LIBRE

A finales de enero, después de un repaso monumental del Baskonia en la Euroliga, que desató las primeras protestas del Palau, el propio técnico barcelonista proclamó: «Hemos tocado fondo».  Pero la realidad es tozuda. La caída libre prosigue. Las decepciones se acumulan.

Este equipo es un enfermo en la UCI  con diagnóstico terminal, sin que los responsables del Barça, Bladé, Soler o De la Fuente, se den por aludidos. Se mantienen firmes en la defensa del proyecto e insisten en dar toda su confianza al técnico. Pero el desastre es total. No hay por dónde coger a este equipo a estas alturas de la temporada, ni un solo jugador que parezca en condiciones de liderar.

El proyecto hace aguas por todas partes. La última vez que se vivió un desastre igual fue hace 12 años. Y Laporta destituyó al actual presidente Bartomeu, para salir de una crisis que se había cobrado la cabeza de Ivanovic, Maceiras, Pesic y Montes

El público del Palau levantó la voz en el primer cuarto, que resultó esperpéntico y provocó una nueva pañolada, igual que el día del Madrid y el del Galatasaray. Pero luego, ni siquiera tuvo ánimos para mantener la protesta, instalado ya en el desánimo como se encuentra. Pero los primeros 10 minutos fueron de lo peor imaginable:  un parcial de 4-29 y solo dos canastas azulgranas, un récord negativo de los azulgranas, que perdieron 7 balones y fallaron sus ocho primeros triples.

El Barça ya no fue capaz de levantarse después de un inicio tan calamitoso, por mucho que Bartzokas buscó soluciones moviendo el banquillo como un desesperado. Las diferencias se instalaron por encima de los 20 puntos, con el CSKA como único dominador. De Colo, con 21 puntos en 24 minutos, tuvo suficiente para exhibirse. El equipo ruso controló el rebote Y el cuadro azulgrana volvió a estar en 20 pérdidas. 

Solo la presencia y la lucha del joven Diagne, al que recurrió Bartzokas con todo perdido, y el carácter de Vezenkov arrancaron algún aplauso de la grada, en una noche que volvió a señalar a todo el mundo. Nadie se salvó. Ni Rice, ni Tomic, ni Claver, ni Perperoglou, superados por el rival y por una crisis que amenaza con arrasar el Palau. 

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