¿Qué relación tiene la tecnología con la inmigración y las 'fake news'?

Dos jornadas de debate de temas como la inmigración y las ciudades, y el uso de la tecnología

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Jaume Ríos / Ximena Duque

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En el marco de la Mobile Week Barcelona, el equipo de  apps4citizens ha asistido a algunos de los debates (mWeek Talks) más cercanos al ámbito social de la tecnología, lo que nos ha permitido reflexionar sobre la importancia de lo que hacemos desde nuestra plataforma y nos ha llevado a generar nuevas ideas y relaciones con las que seguiremos haciendo frente al porqué de poner en valor este tipo de iniciativas.

Las jornadas de debate y diálogo abierto alrededor de temas como la inmigración y las ciudades, y el uso de la tecnología para potenciar su mejora, permiten poner la tecnopolítica en el 'top of mind' de los ciudadanos y nos ayudan a pensar más allá de las fronteras de las herramientas digitales per se; nos movilizan hacia una atmósfera donde se reflexiona realmente sobre la importancia que éstas tienen para que el crecimiento poblacional sea paralelo al tecnológico.

Como parte de nuestro interés en la tecnología como instrumento para potenciar la toma de decisiones en las ciudades y la mejora de la calidad democrática, hemos recogido algunos datos que consideramos interesantes sobre los dos Talks que más se acercan a nuestro espacio profesional: Migraciones y Tecnología y Comunicación y democracia: la verdad como víctima del futuro. El primero tuvo lugar el 19 de febrero, en el Mercat de les Flors, con la colaboración del CIDOB, y giró en torno a la inmigración como debate político; el segundo, el 21 de febrero, en el MACBA, con investigadores y periodistas que promueven la democratización de la información.

La tecnología como arma de doble filo

En el primer diálogo evidenciamos cuán alejados están aún los términos inmigración y tecnología, al debatirse sobre ellos en un espacio en el que la mayoría de los expertos aseguraban «ser más de inmigración que de tecnología», y no por falta de conocimiento, sino por falta de intersección entre los dos campos. Ramón Sanahuja, uno de los ponentes, hacía énfasis en la contrariedad que supone, estando en el siglo XXI y formando parte de la semana del móvil -haciendo referencia al evento-, exigir el volante de empadronamiento impreso a más de un millón de personas inmigrantes en España, cada año, para hacer algún trámite legal.

Sin embargo, como apuntaba uno de los participantes, aunque la tecnología permite que la movilidad sea más fluida para quienes dejan su país, los espacios públicos son los que realmente permiten su integración a nuevos grupos sociales. Por tanto, las ‘burbujas comunitarias’ que se generan alrededor de las redes sociales y fomentan mayormente la comunicación entre pares, no son tampoco de gran valor al integrarse a un nuevo país.

Uno de los asistentes al evento, por su parte, ponía sobre la mesa una inquietud sobre las personas que no tienen mucho conocimiento de las tecnologías, ya que, decía con preocupación: «si no tienen un asesor por parte de las administraciones locales, poco acceso tienen realmente a los trámites que pueden hacer a través de la web».  En la misma línea, Eva García Chueca, investigadora del CIDOB, resaltaba que, aunque la inmigración es competencia de los estados, es cierto que los Gobiernos de las ciudades son los que deben dar respuesta a las necesidades más básicas [en cuanto a tecnología] de las personas que llegan a formar parte de sus comunidades.

Así, aunque no hay una app específica para la integración, debemos tener presente que, como concluía Gonzalo Fanjul, investigador de la Fundación Por Causa, «la migración es una oportunidad grandísima para el desarrollo», siempre que se sepa potenciar en favor de las ciudades y utilizando la mejor cara de la tecnología.

Las 'fake news' como síntoma

En el segundo acto se habló sobre comunicación y democracia, de cómo las redes sociales y otros generadores de algoritmos pueden promocionar informaciones falsas o 'fake news'. El debate empezó con una reflexión de su moderadora, Karma Peiró, sobre la importancia de la búsqueda de la verdad en momentos de desinformación. Centrándose en el estado del periodismo, las primeras reflexiones de los ponentes reflejaron una preocupación compartida: la situación económica de la mayoría de medios de comunicación perjudica la calidad de la información y al tiempo destinado a la investigación periodística.

En ese contexto, los medios cuentan con menos herramientas para discernir entre informaciones contrastadas y otras que pueden entrar en la categoría de noticias falsas. Aunque la publicación de informaciones no contrastadas, o directamente incorrectas, pueden influir en procesos electorales o de decisión colectiva, la mayoría de ponentes defendió que su efecto real es menor de lo que se le ha otorgado en momentos clave, como fue, por ejemplo, la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos.

En esta misma línea, Gemma Galdón reflexionó sobre el orígen de las 'fake news'. Según la experta en seguridad y tecnología, la democratización del acceso a la información ha hecho que tengamos menos garantías respecto a a la información que podemos encontrar en internet y, además, los algoritmos de las redes sociales no pueden ser auditados para saber qué intereses hay detrás de lo que nos aparece en nuestras pantallas.

Siguiendo con la preocupación sobre los algoritmos y la promoción de noticias falsas, los participantes del debate coincidieron en que su efecto real sobre los lectores es muy relativo. La culpabilización de situaciones inesperadas a la aparición de este tipo de contenidos no es del todo justa: Marta Peirano, periodista y experta en criptografía, se distanciaba de las tesis que dan mucho peso a las fake news como elementos causales.

Todos los participantes del debate apuntaron a dos elementos relevantes en torno a esta situación: en primer lugar, las nuevas tecnologías o internet no son responsables de la creación de noticias falsas. En todo caso, los culpables son los mismos creadores de estas falsas informaciones. En segundo lugar, coincidieron en apuntar la necesidad de generar pensamiento crítico cada vez que consumimos contenidos de cualquier formato. Gemma Galdón señalaba, para concluir el acto: «Ya no nos podemos permitir consumir información de forma pasiva».

En el espacio de Smart Citizen de nuestra appteca recopilamos herramientas web que permiten optimizar la labor del ciudadano a favor de su entorno y hacer que la tecnología realmente juegue un papel relevante para el desarrollo de las comunidades; muchas de ellas, replicables y muy intuitivas. Si quieres conocer más sobre apps4citizens entra a la plataforma web o sigue nuestra actividad a través de Facebook Twitter.