Josep Maria Martí Bonet desvela en una ponencia secretos del templo

Los enigmas de la catedral

LAS CAMPANAS. La más famosa se llama Tomasa.

LAS CAMPANAS. La más famosa se llama Tomasa.

CRISTINA SAVALL
BARCELONA

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¿Sabía que Enrique VIII, Francisco I y Carlos I compartieron en 1519 cónclave en el coro de la catedral de Barcelona con motivo de la Orden del Toisón de Oro? ¿Que el número 13 significa buena suerte entre los muros de la catedral y que por eso hay 13 columnas y 13 ocas? ¿Que los tres Reyes de Oriente compartían la misma cama, como ilustra uno de sus retablos góticos?

«La catedral no tiene ni un palmo sin una historia entrañable», asegura Josep Maria Martí Bonet, canónigo y delegado del Patrimonio Cultural del Arzobispado de Barcelona. Como autor del libro La catedral de Barcelona, Martí Bonet es el conferenciante más reclamado para desvelar los secretos del templo. Humor no le falta al citar los dos grandes misterios jamás resueltos: ¿Dónde van a parar los huevos que ponen las ocas? y ¿quién se lleva las monedas del estanque del claustro?

«En el siglo XIV, cuando se realizó la mayor reestructuración de la catedral, había fe y dinero. Ahora pasa todo lo contrario», lamenta el canónigo, que hoy imparte una ponencia sobre las leyendas, los tesoros y los enigmas del santuario más visitado de la ciudad.

Con igual entusiasmo habla de Sant Ramon de Penyafort, que convirtió su capa en una barca; del sarcófago de Santa Eulàlia, donde está esculpido el ángel que señala quién le arrancó un dedo a la niña mártir, y de las burguesas que testaban su mejor joya para adornar la Custodia, el dorado trono del rey Martín I que aún recorre las calles por la Procesión del Corpus. «La leyenda dice que en él solo se puede sentar el amo de Catalunya, y cuando la restauraron sorprendí acomodada en él a una monja».