En la calle, para la calle

Tomo prestado el título del primer editorial publicado por EL PERIÓDICO, «En la calle, para la calle», porque corrobora, como el viejo tango de Carlos Gardel, que 35 años «no es nada». Relean, si no, el arranque de la carta de presentación de este diario, fechada el 26 de octubre de 1978: «A pesar de que este sea el país con menor índice de consumo de prensa de toda la Europa occidental, somos de los que creemos que este es un tiempo en el que los periódicos son imprescindibles. (...) La prensa española se vende poco (...) y, con la competencia desleal de la televisión en materia publicitaria, parece agonizar. (...) Si muere, si la prensa escrita desaparece, este país difícilmente podrá ser una democracia.» En efecto, en los albores de la transición ya se vaticinaba, como ahora, la inminente desaparición de los diarios. Malos augurios que resultaron al fin infundados y que nuestra Redacción seguirá desmintiendo del mejor modo que sabe: mediante el ejercicio del mejor periodismo.

Nacimos con el propósito de «conectar con los ciudadanos», rezaba aquella declaración de principios, y 35 años después seguimos invitando a los lectores a conectar con nosotros, a hacer oír a través del diario esa voz de la calle que las élites tienden a ignorar. Aquel 1978 nos comprometimos asimismo a ser «un producto libre e independiente que sirva a los lectores en estos momentos en que ya hay tantos que sirven, abierta o encubiertamente, a otros intereses». Ni siquiera eso ha cambiado con el transcurso de los años.

Conjugando proximidad y cosmopolitismo, el compromiso progresista con el pluralismo y el rigor con el entretenimiento, EL PERIÓDICO ha evolucionado junto con la Catalunya plural, abierta y cohesionada. Y, como en el pasado, siempre estará con la mayoría de los catalanes, decidan lo que decidan sobre su futuro.