Volkswagen eliminará el Passat sedán

Volkswagen eliminará el Passat sedán

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Camino de la electrificación la marca Volkswagen se llevará por delante algunas cosas. La primera, cantada desde hace tiempo, es la retirada de la versión sedán del Passat, su berlina por antonomasia.

La marca ha reconocido la poca incidencia del modelo y parece decidida a mantener solo la versión familiar en Europa (cuya nueva generación se espera dentro de tres años), eliminando la berlina sedán en todo el mundo. Además, el modelo que más se le acercaba, el Arteon, también tiene los días contados.

La idea de apartar la berlina del catálogo puede parecer absurda (pero no lo es), sobre todo porque actualmente representa el modelo más vendido del segmento en Europa el pasado mes de octubre. Hace unos días Volkswagen confirmó que a partir de 2023 las berlinas compactas como el Passat se iban a producir en Bratislava (donde ya se fabrica el Skoda Superb, entre otros).

El motivo no es otro que la mayor apuesta por la electrificación de las plantas del grupo. Ya nos lo argumentó el pasado enero <strong>Herbert Diess</strong>, presidente del consorcio, al señalar que la idea era concentrar la producción de modelos similares en la misma planta.

En Emden, donde ahora se hace el Passat, están empezando a trazar los planos para albergar la berlina eléctrica ID.4, un coche que también se producirá en Estados Unidos, en su planta estrella de Chattanooga (curiosamente la misma que produce el actual Passat americano), a partir de 2022. La idea de que las berlinas de tres volúmenes tienen los días contados en Europa toma más cuerpo que nunca en favor de la electrificación.

¿Adiós al Polo… y al Ibiza?

Antes del Passat y Arteon ya vieron la puerta de salida el Beetle y el Scirocco. Pero no van a ser lo últimos. Los iconos Golf y Polo también pueden estar en la rampa de lanzamiento. Según apunta nuestro compañero Àlex Soler en El Periódico, la marca alemana está trabajando en un nuevo modelo de <strong>plataforma eléctrica pequeña</strong> (la famosa plataforma que Seat debía desarrollar y cuyo proyecto acabó descartándose) para fabricar un ID que tenga las dimensiones del Polo y que complementa las del ID.3 que tiene las del Golf.

Y en medio de esta vorágine de descatalogados y nuevos eléctricos emerge la duda. Si piensan en eliminar el Polo para dar vida a un ID.2 con una evolución de la plataforma MEB llamada MEB-Lite, también podrían llevarse por delante (de rebote) al Seat Ibiza y al Audi A1. Los tres comparten la misma plataforma, y los tres se fabrican en España.

Sería la catástrofe a no ser que esta nueva plataforma más pequeña, pese a no haberse desarrollado finalente en Seat, pudiese ser la base de los modelos ‘made in Spain’. El futuro para Landaben en Navarra y Martorell en Barcelona (que está postulando para fabricar un modelo eléctrico a partir de 2025, según señaló a El Periódico Matias Carnero, presidente del comité de empresa de Seat ) estaría en el aire. No hacemos más que atar cabos.

Y puesto al término ‘tal vez’, tal vez este fuese uno de los motivos de la visita de la pasada semana (a título particular) del presidente del grupo Volkswagen, Herbert Diess, al presidente del Gobierno español Pedro Sánchez. Igual le planteó la disyuntiva: “¿Me echas una mano para que fabriquemos estos modelos en tu país?”.

La marca está acelerando el desarrollo del nuevo modelo eléctrico compacto que tendrá un precio entre 20.000 y 30.000 euros, que podría llegar al mercado en 2023. El objetivo es aprovechar el momento legislativo en el que las normativas de emisiones se endurecen y aumentan las ayudas a la compra de coches menos contaminantes.

Estategia replanteada

Herbert Diess considera que no pueden quedarse atrás en la evolución de los modelos eléctricos. En una reciente entrevista en el rotativo alemán Handelsblatt, el máximo responsable del grupo automovilístico recordaba que cuando entró en el cargo “Volkswagen llegaba tarde a la electrificación y, sobre todo a la digitalización. Tuvimos que repensar radicalmente la estrategia y volver a establecer el rumbo”.

El directivo alemán considera que “ahora mismo el fabricante de automóviles más grande del mundo se encuentra en medio de la mayor transformación de la historia económica. Considero que mi trabajo es llevar este camión cisterna con éxito hacia el futuro. Los vehículos del grupo causan alrededor del 1% de las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2). Solo por esta razón, tenemos una responsabilidad especial en la lucha contra la crisis climática”, y el cambio de estrategia y la eliminación de modelos (por muy icónicos que sean) puede ser obligada para sobrevivir. Por si acaso Diess ya podría haber planteado al grupo su intención de prorrogar su contrato más allá de 2023, fecha en que expira, para liderar esta transformación.

La reciente visita que Elon Musk hizo a Herbert Diess en agosto, y en la que el fundador de Tesla probó el ID.3 en la pista del aeropuerto de Braunschweig-Wolfsburg debería dar una pista de por dónde pueden ir los tiros. De entrada es más que posible que las dos marcas compartan software a partir de 2023.