NUEVO DISCO DE GANADORA DE LA LÁMPARA MINERA DEL 2008

Rocío Márquez, al compás de la libertad

NÚRIA MARTORELL/ BARCELONA

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La tradición necesita del presente. "En el flamenco existe un problema: por el respeto que le tenemos, nos quedamos en el punto museístico. Y en vez de salvaguardarla, posiblemente lo que hacemos es matarla. Lo que no está vivo, está muerto", asevera la cantaora Rocío Márquez (Huelva, 1985). Los maestros necesitan ser recordados. Y esto es lo que la joven artista hace con su admirado Pepe Marchena en el disco 'El niño' (El niño de Marchena fue el primer sobrenombre de este maestro de maestros).

Rocío homenajea al Marchena "clásico", conocedor enciclopédico del cante, y al Marchena "creador", inventor incansable de nuevos estilos y creativo investigador. Para la parte clásica recurrió a Faustino Nuñez para la producción y reclutó a músicos como Pepe Habichuela, Manolo Franco, Manolo Herrera Raúl Rodríguez ("que juega con la música como lo hacía Marchena", subraya). Y para la parte de nueva creación buscó a Raül Fernandez (Refree), que también hizo la función de multiinstrumentista junto a invitados como Niño de Elche (cante), Oriol Roca (batería) y Miguel Ángel Cortés (guitarra).

Abrir ventanas

"Al principio iba a centrarme solo en lo clásico -admite-. Hasta que me di cuenta de que faltaría la esencia de Marchena: su peso creativo. Surgió el nombre de Refree y vi la posibilidad de aprender; de abrir ventanas". La metodología  fue muy distinta con cada productor. "Con Faustino fuimos al estudio, buscamos qué guitarrista iba mejor con el espíritu de cada cante, grabamos tres veces cada tema y elegimos el que más nos gustó". Con Refree, en cambio, la dinámica fue "ir probando, ir buscando y eligiendo a los músicos sobre la marcha, hasta que todo fluía".

A Márquez la vocación se le despertó temprana y tozuda. Y con 9 años ya actuaba en peñas flamencas. "Mi madre canta muy bien. Y mi abuelo. Y mi prima. Aunque ninguno se dedicó profesionalmente. Es más, les costó entender lo feliz que me hacía cantar". Toda su obsesión era ir a las peñas para escuchar los fandangos de su tierra. "Yo quiero cantar eso, ¡yo quiero cantar eso! Anda que no me ponía pesada", ríe.

Con 11 años se presentó al concurso 'Menudas estrellas' (logró la estrella de bronce) y empezó su etapa mediática: meses después se alzó con el primer premio de artistas noveles organizado por la COPE y la invitaron a programas de televisión como 'Esos locos bajitos', 'De buena mañana', 'A tu lado', 'Senderos de gloria'... Su camino podía haber seguido por ahí. "He pasado por muchas experiencias y todas necesarias para saber lo que quiero. Me ofrecieron grabar un disco más comercial. Y cuando escuché las canciones me sentí perdida. Hasta que entendí que no era capaz de defender algo así".

"Nunca ha querido ser un prototipo de nada. Tengo lo que tengo. Me muestro como soy. Y ni siquiera intento tener una foz flamenca ni rajá», añade. Lo que no le impidió ganar en el 2008 la prestigiosa Lámpara Minera del Festival del Cante de las Minas de la Unión y los cuatro primeros premios (hasta entonces solo Miguel Poveda lo había conseguido).

Márquez recuerda que para Marchena el punto de partida nunca era el fin. "Era uno de los cantaores más libres. Y esta sensación tan grande que transmitía es lo que yo quiero conseguir".