CON EL JAZZ COMO ANCLAJE

Clara Luna, surcando estilos lejanos

Presenta hoy en Luz de Gas 'Viajes', una amalgama de sonidos y latitudes

NÚRIA MARTORELL / Barcelona

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Ritmos de aquí y de allá. Tangos, tanguillos, soul, rumba... Una chacarera (argentina). Bases más tradicionales del pop y del rock... Y con el jazz a modo de anclaje. La cantante y pianista Clara Luna ha surcado todos estos estilos en su nuevo disco, 'Viajes'. Esta noche lo presentará en la sala Luz de Gas. Y la ocasión, dice, bien merece contar con una buena banda.

"Tres coristas, otro teclista, aparte de mí misma al piano, guitarra, bajo, batería e invitados como el grupo de mujeres WOM" que integra la propia vocalista, junto a Gemma Abrié y Laia Fortià. "Esto puede ser bastante potente", suspira, ilusionada, esta artista que nació en 1980 en el barrio barcelonés del Guinardó.

Faceta de compositora

En este compacto la artista ha querido exprimir su faceta de creadora. "Mi propósito era defender mis canciones de principio a fin. En el jazz, la canción es una excusa para improvisar. Y esta vez quería un discurso seguido. Explicar historias", admite, refiriéndose a letras que tanto son íntimas y personales como abordan los grandes temas de la humanidad, como son el amor y el desamor, la esperanza, el dolor...

"La idea del viaje me encanta --prosigue-- porque es una metáfora muy bonita de lo que es la vida; lo que es cada momento de tu existencia en el que yendo de un lado a otro aprendes cosas y, al final, es como si fueras otra persona".

Clara Luna empezó estudiando piano clásico y ha liderado proyectos como Lunar Project y compartido inquietudes con artistas como Xavi Maureta y Javier Moreno. "Tuve un grupo de contemporánea, de cacofonismo, jazz, bossa nova, música popular..." Y en este ir y venir, ha coincidido con grandes como Bobby McFerrin (en el Festival de Jazz de Barcelona del 2002).

"Trabajábamos en el Ensemble Vocal de Taller de Músics [escuela donde ella lleva años como profesora]. McFerrin estaba preparando Circle songs y pidió un coro, el mismo día de su bolo. Teníamos que improvisar. Y acabó siendo todo muy mágico. Todo fluía. Bobby me parece un artista excelente, que se acerca mucho a la perfección musical. Me gusta lo que transmite, y cómo lo argumenta y defiende todo. Con cariño. Y capacidad de comunicar".

También elogia a Joan Albert Amargós, compositor con el que trabajó tres años más tarde, en el Festival de Músiques de la Mediterrànea. "Con él he podido hacer clases. Es extraordinario. Tiene clarísimo qué significa ser músico. Y me encanta su sensibilidad, su gusto, exquisito", comenta.

Clara Luna sabe que el jazz "es un mundo de hombres, en el que la mujer parece relegada solo a cantar". Y aunque la dinámica esté cambiando, dice que aún escucha comentarios del tipo: "Se nota que toca como una mujer". "¡Pero yo no noto la diferencia!", zanja.