UNA NUEVA MUESTRA DE MESTIZAJE

Vicente Amigo se hace celta

El tocaor presenta 'Tierra', un disco insólito producido por el exteclista de Dire Straits

NÚRIA MARTORELL / Barcelona

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Del Paseo de Gracia de Barcelona (así tituló su anterior disco de estudio) a Londres, donde ha grabado un desconcertante nuevo disco. El tocaor Vicente Amigo ha descolocado a sus seguidores con Tierra, un trabajo plagado de sonoridades celtas. Un álbum que, para más datos sorprendentes, ha elaborado bajo las directrices de Guy Fletcher, el mismísimo productor y teclista de Dire Straits. «Este álbum supone un abrazo con otros músicos de otras culturas. Y lo que he tratado de plasmar es toda esta enriquecedora experiencia. Así que estoy encantado», explica el tocaor.

Los antecedentes de esta arriesgada aventura se remontan a hace dos años. Mark Knopfler (exlíder de Dire Straits) tocó ante 12.000 personas en Córdoba (la tierra del califa Amigo). Al acabar el recital, el tocaor se le acercó para regalarle sus discos. Resulta que el músico escocés conocía bien su trabajo. «Conforme escuchaba su actuación, vi claro que su propuesta cuadraba con lo que yo deseaba hacer. Que sus músicos podían encajar perfectamente conmigo. Luché por ello. Y así fue como luego Fletcher vino a Córdoba, nos fuimos intercambiando ideas, material y este compacto fue tomando forma», relata.

Admite que el primer día de grabación en Londres estaba muy nervioso. «Pero conforme nos fuimos conociendo, comprobamos que la compenetración era total. Había momentos en que antes de que Fletcher me dijera que tal pieza debería terminar así, yo ya sabía lo que me quería decir. Y al revés», recalca.

Conexión con el público

La puesta de largo del compacto tuvo lugar en Glasgow, durante la inauguración del Celtic Connections (el pasado enero). «Estuvimos cuatro días ensayando y al final aquello sonó como en el disco. ¡Qué gustazo!» ¿Y cuál fue la reacción del público? «Me recibieron con los brazos abiertos. Era la primera vez que tocaba allí, y en un festival de música celta. Pero comprobé, una vez más, la capacidad de unión que tiene la música», contesta, feliz.

Amigo es consciente de la «importancia» de los silencios en la música. «Son como las notas en el espacio; en el tiempo. Forman parte de la composición». Y también de que la velocidad no debe convertirse en un objetivo. «Quizá todos los instrumentistas queremos demostrar nuestra mejor técnica posible, pero en realidad es para lograr expresar todo lo que sientes. Y cuanta más técnica tienes, más puedes transmitir; el registro es más amplio. Al final, lo importante es trascender, llegar al corazón y a la mente de las personas, que la música sea el mensaje para expresarte». El guitarrista, precisamente, incluye un Bolero a los padres que define como un manifiesto de lo que nunca supo decirles. «Era la mejor forma de demostrarles agradecimiento, porque con palabras no me llega».