NUEVO DISCO DEL AUTOR DE 'GOLOSINAS'

Pedro Guerra filosofa sobre la evolución

El cantautor presenta hoy en el Coliseum 'El mono espabilado'

NÚRIA MARTORELL
BARCELONA

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Pedro Guerra explica que se ha sentido de nuevo como un «trovador que cuida sus letras» en su nuevo disco, El mono espabilado. Y que si en el anterior, Vidas (2008), el leitmotiv era su situación personal (la familia, la paternidad...), en este lo que analiza es la evolución del hombre y, sobre todo, su cerebro, «porque finalmente es el motor de todo: de los sentimientos más íntimos, de las ideas religiosas y políticas, y de la manera de vivir sus efectos -asegura-. Esta idea me ha estado rondando insistentemente, y buena parte del compacto gira entorno a eso», admite. Esta noche lo presentará en el Teatre Coliseum.

El lema del disco bien podría ser que el ser humano es capaz de alcanzar lo imposible, aunque en el single reconoce que en realidad «somos como monos, pero más espabilados». ¿Qué es lo que más le defrauda del hombre? «Compartimos un 98% del ADN del chimpancé y solo ese 2% restante nos hace más espabilados; nos ha permitido evolucionar. Y lo que más me decepciona es esta tendencia que tiene a la pereza; que no intente sacar el máximo de ese 2%. Yo veo incluso una involución. ¡Si hasta hay quien se vanagloria de no leer!», se lamenta.

DUETOS CON POVEDA Y FERREIRO/ En el disco el artista canario incluye dos colaboraciones: uno con el gallego Iván Ferreiro, en Aquella vieja canción, y otro con el cantaor de Badalona Miguel Poveda, en una de las mejores piezas del álbum: La locura. «La letra me vino después de releer Antígona, a raíz de una frase que dice 'deja que mi locura, que es solo mía, y yo corramos este peligro'. Me gustó y quise desarrollarla. Al final me salió una canción de corte amoroso, pero tiene esa lectura de que cualquier cosa es posible; que siempre que dejes que la locura corra el peligro, podrás conseguir muchas cosas aparentemente imposibles».

¿Y qué es lo más imposible que ha conseguido Pedro Guerra? «Cuando era más joven, pues el mismo hecho de irme de Canarias, instalarme en Madrid y empezar a cantar». Ahora parece que a Guerra no hay batalla que le acoquine: adelanta que ha puesto música a sonetos clásicos y modernos (desde Quevedo y Garcilaso de la Vega hasta Alberti, Neruda y Sílvio Rodríguez, Aute y Sabina), que precisamente Poveda se encargará de ponerle la voz en un próximo y ambicioso lanzamiento.

El autor de hits como Contamíname -«palabra que luego comprobé que empezó a usar mucha gente en contextos distintos», recuerda-, dedica esta vez uno de sus cortes a los que denomina Gente tóxica. «En una entrevista que Eduard Punset hizo a un psicólogo, explicó lo que yo recojo en esta canción: igual que hay virus que de repente se extienden y contaminan, hay personas que funcionan de la misma manera, que extienden su toxicidad y contagian su mal rollo y conflictividad».  Nada que ver con lo que transmite el autor de Golosinas.