El tratado de resiliencia de Croacia: aprendiendo a vivir al límite desde 1998

"Somos croatas y nunca dejamos de luchar", decía este viernes Zlatko Dalic, radiante tras una nueva gesta de su selección, capaz de barrer del Mundial a la que era la gran favorita a ganarlo, una Brasil que esparció sus lágrimas por el estadio Education City mientras Croacia escribía un nuevo capítulo de su tratado de resiliencia futbolística, rumbo a una semifinal del Mundial frente a Argentina.

Apela constantemente el seleccionador balcánico al nacionalismo como forma de apuntalar el relato que están construyendo sus futbolistas sobre el terreno de juego, tanto en este Mundial como en las competiciones anteriores, y al orgullo de un pueblo que hace poco más de dos décadas vivía entre las ruinas de una cruenta y atroz guerra.

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"Un gran saludo a todos los croatas. Disfruten, veteranos croatas, esto es para ustedes. Estoy muy contento de que nosotros, con tres millones y medio de habitantes estemos en semifinales por segunda vez consecutiva. No somos normales", incidió Dalic, con su postilla ya tradicional: "Nunca nos subestimen".

24 años de agonía

Al seleccionador de Croacia le ampara la razón. Así lo atestiguan al menos los datos, que hablan de la balcánica como una selección aguerrida y agonística a la que hay que matar varias veces para enterrarla definitivamente. Desde que quedó tercera en el Mundial de 1998, hace ya 24 años, Croacia ha llevado hasta la prórroga ocho de las nueve eliminatorias mundialistas y de Eurocopa que ha disputado.

Aunque, para ser justos, la racha croata arranca una década más tarde, en la Eurocopa de 2008. En la de 2000, Croacia no alcanzó la fase final y en la de 2004 no pasó de la fase de grupos. Y en los Mundiales de 2002 y 2006, la liguilla inicial fue también su estación final.

Brasil - Croacia | El gol de Modric en la tanda de penaltis

Los cuartos de final disputados en 2008 fueron el punto inicial. El cruce con Turquía llegó a la tanda de penaltis y ahí Croacia cayó derrotada, en una serie de lanzamientos que arrancó con fallo de Modric, algo de lo que él mismo se acordaba este sábado al acudir al consuelo de su compañero del Real Madrid Rodrygo, que desaprovechó el primer disparo de Brasil: "Tenía 23 años y no es fácil. Rodrygo cogerá experiencia y fuerza para seguir, seguro que va a salir más fuerte de esto".

El gol de Quaresma

Tras esa primera prórroga fallida, Croacia pasó tres torneos sin ninguna: no disputó el Mundial de 2010 y cayó en grupos en el de 2014 y en la Eurocopa de 2012. En la de 2016, regresó la incipiente costumbre y con una tendencia antagónica a la actual. Croacia volvió a caer eliminada, en esta ocasión en octavos de final y ante Portugal, merced a un gol de Quaresma en el minuto 117.

La tendencia cambió de forma radical en el Mundial de 2018. En Rusia, Croacia sobrevivió a tres partidos que acabaron empatados al final de los 90 minutos. Tanto en octavos de final (Dinamarca) como en cuartos (Rusia), llevó el partido hasta los penaltis y salió victorioso de ellos. En semifinales, lo resolvió antes, gracias a un gol de Manduzkic en el 109 que dejó en la cuneta a Inglaterra.

La final del Mundial, ganada por Francia 4-2 en los 90 minutos, rompió la racha de prórrogas. Esta regresó el año pasado en los octavos de final de la Eurocopa, pero esta vez sin éxito croata, dado que España consiguió imponerse en el tiempo extra (3-5) gracias a los goles de Morata y Oyarzabal.

La séptima y la octava prórroga de la serie han llegado en este Mundial, con Japón y Brasil como víctimas en sendas tandas de penaltis. Cinco de las ocho prórrogas de esta increíble racha las ha superado con éxito. En el horizonte, la semifinal del martes frente a Argentina. "Si repetimos lo mismo que contra Brasil, no tenemos nada que temer", defendía Dalic este sábado por la mañana. Avisados quedan

Leo Messi

y su Albiceleste.