LA OTRA CARA DEL MUNDIAL

10 cosas (no futbolísticas) que hemos aprendido durante la fase de grupos del Mundial

De la extrañeza por la ausencia de ancianos en Qatar a los peculiares horarios de los establecimientos y la obsesión de los locales por la limpieza de sus coches

FIFA World Cup Qatar 2022 - Fans in Souq Waqif

FIFA World Cup Qatar 2022 - Fans in Souq Waqif / LEE SMITH

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La fase de grupos del Mundial termina este viernes, con sorpresas como las eliminaciones de Bélgica y sobre todo de Alemania, y con selecciones como Brasil y Francia reclamando el favoritismo para coronarse campeonas el18 de diciembre. Pero, más allá del fútbol, estas casi dos primeras semanas de torneo han servido para que aprendamos unas cuántas cosas de Doha y de Qatar.

1 - No es país para viejos

Llama mucho la atención que apenas se ven personas mayores, no digamos ya ancianas, paseando por las calles de Doha. Es incluso perturbador, porque uno se acaba preguntando dónde estarán y, si no están, qué les habrá pasado. Un vistazo a la pirámide de población del país ayuda a entenderlo: solo un 2% de los residentes en Qatar tienen 65 años o más. Como referencia, en España suponen el 20% de la población total.

2 - Nunca nada cierra

En el mismo edificio de mi primer hotel en Doha había una barbería que estaba abierta a las 4.00 de la madrugada y también a las 9.00 de la mañana. Es posible que cierre en algún momento entre ambas horas, pero también podría ser que no lo haga nunca. Pronto se aprende que los qataríes viven más de noche que de día, una dinámica achacable al calor que hace aquí la mayoría del año, con temperaturas de hasta 45 grados en verano.

3 - El coche es lo primero

Basta con abrir un rato el ordenador al aire libre para comprobar la cantidad de arena en suspensión que hay en Doha: la próxima vez que lo abres, puedes montar un castillo de arena con lo que encuentras sobre las teclas y la pantalla. Los coches, en cambio, están impecables y eso es por la obsesión de los locales por tenerlos relucientes. De madrugada, los lavaderos están llenos de clientes. "Dos o tres veces por semana", coinciden varios.

4 - Moda en inflación

Visité hace unos días un centro comercial y me dio por entrar en varias tiendas de moda. En Zara encontré por 55 euros una camisa que había comprado hace unas semanas en Madrid por 25. Parecido en Pull and Bear: mi abrigo de 35 estaba a 55 euros al cambio. Obviamente, no compré nada, pero queda claro que la ropa que en España entendemos 'low cost' no lo es tanto en Qatar.

5 - Es difícil comer poco

Vas a un restaurante no internacional y pides un plato de lo-que-sea. Te ponen lo-que-sea, acompañado de pan árabe, arroz, salsas, algún plato de verduras estofadas... Más lo-que-sea. Y al final acabas comiendo como en una boda. Eso sí, estos establecimientos son bastante baratos pese a que la abundancia de comida que, sin esperarlo, te colocan encima de la mesa. La calidad ya es otra cosa, siempre una moneda al aire.

6 - Hay un argentino en cada esquina

O un mexicano. Pese a ser dos de los países más alejados de Qatar de todo el Mundial, son los que gozan de una afición más numerosa. La particularidad de los argentinos es que te los puedes encontrar en masa en cualquier partido, no solo en los de Messi y compañía. Países como Marruecos, Túnez y Arabia Saudí también parecen haberse vaciado con destino a Doha, pero no tanto como Argentina y México.

7 - Sí no siempre es sí...

Tienen los residentes en Qatar una encomiable voluntad por complacer al visitante. Excesiva, incluso. Puedes preguntar si un lugar en una dirección o en otra y recibir un sonriente sí por respuesta. Prefieren ser asertivos que reconocer que no te han entendido o que no conocen la respuesta. Y eso puede generar muchos inconvenientes, en especial los primeros días: tocó desandar lo andado unas cuantas veces...

8 - ...pero no siempre es no

Escrito queda, hay una voluntad irrefrenable de complacer al visitantes. Pero, ojo, hasta cierto punto. Si un voluntario o un empleado de seguridad tiene una instrucción clara sobre algo que no se puede hacer, no esperes comprensión. Si hay que recorrer un circuito infinito de vallas, aunque esté completamente vacío, no esperes entrar por la vía directa que está justo al lado. Vas por ahí y punto. Y a veces resulta desesperante.

9 - El 'dress code' es relativo

Solicitaba Qatar a los visitantes una vestimenta "adecuada", consistente en llevar cubiertas las rodillas y, en el caso de las mujeres, también los hombros. A la hora de la verdad, cada uno en este país está vistiendo como le da la gana, sin que nadie le llame la atención por ello. Pasa lo mismo con las fotografías y los vídeos, prohibidos sobre el papel en muchos lugar de Qatar, permitidos en la práctica en todo el territorio.

10 - Tabaco, solo en efectivo

No hay estancos como tales, o al menos no abundan. Aquí el tabaco se compra en supermercados, más bien tiendas de ultramarinos. Puede estar expuesto o escondido en un cajón, pero en todos los casos te piden pagarlo en efectivo. Aunque tengan datáfono y el resto de compras las pagues con tarjeta. Da igual. Otra particularidad es que aquí no conocen los cigarrillos electrónicos: solo existe en el mercado negro y a precios que tiran para atrás.

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