UN DEBUT ESPERADO
Messi sale hacia el último sueño
El capitán de la albiceleste afirma que llega en un «gran momento físico y personal» a su quinto mundial y «última oportunidad» de lograr el título
A los 35 años, lamenta no haber disfrutado de su camino como futbolista.
Joan Domènech
Periodista
Periodista. Título de Entrenador de fútbol nivel A. Deportista vocacional. Tras retirarme como futbolista, empecé a trabajar en Mundo Deportivo (12 años, 1988-2000). He asistido a cuatro Mundiales y cuatro Eurocopas. Coautor de varios libros. Miembro del colectivo ‘Periodistes Solidaris’ y 'Amics de Johan'.
Debuta Lionel Messi esta mañana en el Mundial. Y debuta, con él, Argentina. Ninguna selección entre las favoritas posee tan alto grado de dependencia de un futbolista como la albiceleste, aunque no solo su capitán ha sido el artífice de la racha de 36 partidos de invicto con que se presenta al torneo.
«Llego en un gran momento tanto físico como personal, no tengo ningún problema», adelantó Messi a punto de iniciar un trayecto corto, pero duro, de siete partidos hasta poder tocar la copa dorada «mi gran sueño». Y el de todos los futbolistas del planeta, sólo que él se siente más obligado por la majestuosa carrera que ha protagonizado y a la que únicamente le falta el título mayor.
Ha estado dos días poco visible ante la prensa en los entrenamientos de Argentina, en la Universidad de Qatar, junto a España, y ha sido suficiente para que brotara el desasosiego sobre su estado físico ante el inminente debut frente a Arabia Saudí (11 h.), comparsa invitado ante el estreno del ¿último? baile mundialista de Leo. El astro apareció ante los medios junto al otro Lionel, Scaloni, y garantizó su participación, generando un imaginario suspiro de alivio entre los millones de aficionados sumados a la causa.
«Es hermoso que mucha gente que no es argentina desee que seamos campeones en parte por mí. Soy un agradecido por todo el cariño que he recibido en mi carrera», explicó, sabiendo miles de culés forman parte de ese ejército de incondicionales.
En los pies de Messi, en su cabeza, en los hombros, carga con el peso de darle a Argentina el tercer título mundial, 36 años después del último, el de Maradona, otra presión, y dos finales perdidas (1990 y 2014), una de cada uno, ambas frente a Alemania. Lo sabe. Y no le asusta. Está acostumbrado.
«No importa a lo que te enfrentes… lo único que importa es cómo lo enfrentes», dice Messi en un anuncio mundialista. Pero no basta con la predisposición, máxima, tratándose de su última oportunidad, presumiblemente, por los 35 años que ha cumplido, desperdiciada la de 2018 con una pésima Argentina, y la de 2014 por una final incompleta.
Números del mejor Leo
A Messi tendrán que echarle una mano, muchas manos, los compañeros. Tampoco hay duda de la ciega voluntad de los 25 restantes, sabiendo que el dorsal 10 es la llave del éxito, sea con goles, sea con pases. El capitán ve similitudes entre el grupo que le acompaña con el que se formó en 2014, que alcanzó la final, y eso le inspira optimismo.
Messi no ha seguido ninguna preparación especial en un torneo distinto a los anteriores. Ese gran momento que decía pasar se ha refrendado en el inicio de temporada con el Paris Saint Germain: 12 goles y 14 asistencias en 19 partidos, según Transfermarkt. Número de sus mejores momentos con el Barça, del Messi pletórico
«Me sentí más cómodo cuantos más minutos jugaba y eso intenté hacer hasta llegar al Mundial», dijo Messi reconociendo que tal vez sea su último Mundial y en él desea conseguir «el gran sueño que tengo». Viéndose cerca del final, admite que «disfruto mucho más de todos los detalles», reconociendo que no saboreó el camino.
El consejo del veterano
«Me pasaron desapercibidas muchas cosas importantes», confesó, con un cierto lamento del tiempo transcurrido. Ejerciendo el papel de veterano, aconseja a los jóvenes que no cometan el mismo error: «Un Mundial es especial, no sabemos si se volverá a repetir».
Con 90 goles en 164 partidos, récord absoluto en ambos conceptos de la selección, el liderazgo sepulta a Scaloni, que tuvo la clarividencia de conservar el perfil bajo que adoptó desde que fuera nomrbrado seleccionador tras el desastre de Rusia con Jorge Sampaoli.
La conquista de la Copa América en el mismísimo Maracaná ante Brasil aligeró el equipaje de Argentina y el vapuleo a Italia en la finalísima Conmebol-UEFA convirtió la confianza en entusiasmo. «Venimos de ganar y esto descomprime muchísimo. La gente no está tan ansiosa, está disfrutando con la selección», reconoció Messi.
La selección se marchó de Argentina con el encargo del título, como si los seis primeros partidos antes de la final son un trámite. Las altas expectativas han viajado 13.000 kilómetros hasta Doha.
- García-Castellón y Gadea dejarán sus plazas en la Audiencia Nacional y Pedraz sopesa hacerse con el juzgado del Tsunami, por Ernesto Ekaizer
- Airbnb aconseja a los propietarios que no anuncien las piscinas en sus alojamientos turísticos
- Vuelve Moisés a Pasapalabra: el concursante desvela los problemas que sufrió en el pasado y por los que tuvo que abandonar el programa
- El invierno vuelve por Sant Jordi: los meteorólogos alertan del fenómeno que nos espera la próxima semana en Catalunya
- La tiña se expande en Catalunya entre los adolescentes que se rasuran asiduamente la nuca en las barberías
- Olvídate de freír el huevo en la sartén: esta es la fórmula para hacer los mejores huevos fritos
- Liberada una mujer retenida en un piso de acogida para víctimas de violencia machista en Santa Coloma de Farners
- El río subterráneo más largo de Europa está en España: nadie conoce su nacimiento ni su desembocadura