FÓRMULA 1

Ferrari: prohibido fallar

Maranello ha ofrecido esta temporada un repertorio de errores (fiabilidad, paradas y malas estrategias) impropios de un equipo que aspira a ser campeón

“ Tenemos los ingredientes para ganar en Hungría, pero sabemos que es complicado, solo hay que mirar las cosas que nos han pasado”, dice Sainz

Carlos Sainz ayuda a Leclerc a llevarse su séptima pole

Carlos Sainz ayuda a Leclerc a llevarse su séptima pole / @ScuderiaFerrari

Laura López Albiac

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Max Verstappen llega a Hungría, escenario del decimotercer gran premio de la temporada, con 63 puntos de ventaja sobre Charles Leclerc. En Australia, el monegasco llegó a tener 46 puntos más que el neerlandés. ¿Qué ha perdido Ferrari por el camino? Tradicionalmente, desde la era gloriosa de Michael Schumacher y las cinco coronas, la Scuderia se ha derrotado siempre a sí misma. Mientras el rival casi nunca falla - y menos aún un implacable Verstappen -, los de Maranello han ofrecido este año un repertorio de errores (fiabilidad, paradas en boxes y malas estrategias) impropios de un equipo que aspira a ser campeón. 

Tampoco su piloto de preferencia, Leclerc, está libre de culpa. “No merezco el título con errores así” soltó en un arrebato de honestidad en Francia, después de estrellarse contra las protecciones cuando lideraba la carrera, presionado por Verstappen. La cuestión es que entre sus propios fallos y la fragilidad de su coche, el monegasco ha sumado 54 puntos en los últimos cinco grandes premios mientras que Verstappen ha acumulado el doble (108).

Demasiadas oportunidades perdidas

En Mónaco, una torpe estrategia le dejó sin podio y en Barcelona y Baku, Leclerc vio esfumarse la victoria por sendas averías cuando rodaba en cabeza. En Imola terminó sexto tras sufrir un accidente y en Silverstone, el equipo hizo entrar a Sainz con el coche de seguridad cuando Charles era primero, un cálculo que no salió según los planes y en lugar de proteger al monegasco, fue el español el que subió a lo más alto del podio, mientras su compañero acabó cuarto.

Leclerc ni siquiera pudo saborear con tranquilidad su victoria en Austria ya que el acelerador se atascó y tuvo que disputar las últimas vueltas al borde del ‘infarto’. El coche de Red Bull también ha tenido problemas de juventud, pero la consistencia de Verstappen es incuestionable. El vigente campeón acumula dos ceros por avería y siete victorias. Una eficacia demoledora. Por el contrario, Leclerc, ‘míster poleman’, ha arrancado al frente de la parrilla en siete ocasiones y sus triunfos se reducen a tres: Bahrein, Australia y Austria. Y todo ello valorando que Ferrari reconoce que esta temporada dispone de un monoplaza ganador, a la altura del Red Bull e incluso superior por prestaciones en muchos circuitos.

Sainz, otra ‘víctima’

Tampoco Carlos Sainz puede estar satisfecho de cómo marchan las cosas en Maranello. En su primera temporada de rojo acabó quinto, el ‘mejor del resto’ tras los intocables Red Bull y Mercedes de 2021 y por delante de su compañero. Este año comenzó con más dificultades para adaptarse al nuevo F1-75, con el que Leclerc ‘volaba’. Pero poco a poco ha ido ganando confianza hasta protagonizar actuaciones estelares. Es cuarto a 89 puntos de Verstappen y 26 de Leclerc, pero podría estar mejor posicionado. Carlos también ha sufrido en primera persona fallos de fiabilidad, errores del muro y paradas incomprensibles.

Además de los ceros en Australia, Italia y Baku, en Austria el motor reventó cuando tenía amarrada la segunda posición. Carlos terminó envuelto en llamas y condenado a salir al fondo de la parrilla en Paul Ricard por recurrir a la cuarta unidad de potencia. Allí, sin nada que perder, hizo una fantástica labor de equipo para darle la pole a Leclerc y el domingo le regaló a su equipo una espectacular carrera, remontando 14 posiciones para concluir quinto, elegido ‘Piloto del día’.

Un botín que supo a poco y que nuevamente contó con el factor ‘desestabilizador’ de Ferrari. Mientras la primera parada de Verstappen fue de 2.4 segundos, la de Carlos, bajo el coche de seguridad, tardó 8.3. La confusión le llevó a saltarse el semáforo del pit lane y le cayeron 5 segundos, que cumplió en su siguiente parada…¡de 9.4!. Un pit stop que los de Maranello consideraron fundamental para evitar que Sainz se quedase sin neumáticos en las últimas vueltas, justo cuando había superado a Pérez en la lucha por el tercer puesto con el mejor de sus 19 adelantamientos en Francia.

 “Pensé que tal vez era mejor arriesgarse, permanecer fuera y ver qué pasaba con los neumáticos, incluso si el medio estaba al límite. Acababa de llegar al tercer puesto y pensé que si hacía que los neumáticos duraran, tal vez podría haber terminado en el podio. Pero nunca lo sabremos. Fue una sensación, el equipo tiene muchos más datos en el ordenador, tienen muchos más números por revisar y, si tomaron esa decisión, estoy convencido de que lo hicieron con las mejores intenciones", analizó Sainz, resignado y siempre prudente, a pesar del disgusto.

Espantar los ‘fantasmas’

"Soy optimista y creo que podemos luchar por la victoria en Hungría”, dice ahora el madrileño, que pasa página y quiere concentrarse en los aspectos positivos. “Espero que podamos estar al mismo nivel que tuvimos en Austria y en Francia. Hacerlo ya es otra cosa. Sabemos lo complicado que es y no hay más que mirar las cosas que han pasado en las últimas carreras. Puedes ser súper competitivo, pero luego todo tiene que encajar”, advierte. "En cada carrera me siento mejor en el coche. Tenemos todos los ingredientes para ganar, pero ahora necesitamos unirlos todos. Y ojalá celebremos un triunfo el domingo”.

El jefe de Ferrari, Mattia Binotto, asegura tener la receta para espantar los ‘fantasmas’ del pasado: “Ahora sabemos convertir el error en una lección aprendida, más que culpar y señalar con el dedo. Se trata de trabajar como equipo, cada individuo, entendiendo la responsabilidad común”. De momento, las estadísticas le contradicen.

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