F1

Los pilotos de F1 no quieren volver a Arabia Saudí tras el incidente del misil

La organización de las carreras busca disipar los temores de los corredores por el elevado canon que pagan los saudís

ed Bull's Mexican driver Sergio Perez (L) greets Ferrari's Spanish driver Carlos Sainz Jr after the qualifying session on the eve of the 2022 Saudi Arabia Formula One Grand Prix at the Jeddah Corniche Circuit on March 26, 2022. (Photo by ANDREJ ISAKOVIC / AFP)

ed Bull's Mexican driver Sergio Perez (L) greets Ferrari's Spanish driver Carlos Sainz Jr after the qualifying session on the eve of the 2022 Saudi Arabia Formula One Grand Prix at the Jeddah Corniche Circuit on March 26, 2022. (Photo by ANDREJ ISAKOVIC / AFP) / ANDREJ ISAKOVIC / AFP

Laura López Albiac

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La segunda edición del Gran Premio de Arabia Saudí salió adelante contra viento y marea, pese al misil que impactó el viernes en una refinería a 15 km del circuito y al amago de motín que protagonizaron a los pilotos, en una tensa cumbre que se prolongó hasta las 3 de la madrugada. Finalmente, sus quejas se dispersaron igual que el humo del incendio en las instalaciones de Aramco, patrocinador del campeonato. El príncipe heredero Mohammed Bin Salman y su hermano Khalid, presidente de la Federación Saudí de Automovilismo, presionaron para tener carrera. Después de comprometerse con la F1 por un acuerdo no inferior a cinco años, con un canon de entre 60 y 100 millones, no era cuestión de quedarse sin gran premio.

La F1 es la ‘joya de la corona’ del plan impulsado por el país bajo el lema ‘Visión 2030’, que busca convertir sus ciudades en capitales del deporte y el ocio. Para los críticos con el régimen, lo que pretende es limpiar su imagen exterior a golpe de talonario. Y por lo visto, funciona. El Rally Dakar y la Fórmula E tienen contratos de larga duración y los saudís quieren contar también con un gran premio de MotoGP en el futuro. A partir de 2025 esperan tener a punto su mega proyecto en la capital Riyadh, que convertirán en centro internacional del motor. Allí se ubicará un lujoso complejo y el circuito permanente de Qiddiya, que tomará el relevo del trazado urbano de Jeddah Corniche.

El poder económico

En un mundo dominado por los intereses económicos, nada parece que pueda interponerse en los ambiciosos planes de la familia real saudí. Y mucho menos un grupo de pilotos que ni siquiera se ponen de acuerdo a la hora implicarse en los gestos que pide su lema ‘We race as one’. El nuevo presidente de la FIA, Mohamed Ben Sulayem y el de la F1, Stefano Domenicali, lograron sofocar la revuelta liderada, según dicen, por Hamilton, Russell, Stroll, Gasly y Alonso, que querían marcharse a casa después del misil. Les convencieron de que su seguridad estaría garantizada. No hizo falta recordarles el impacto financiero que tendría la cancelación. Los equipos ‘compraron’ este argumento, pero con el compromiso de que abrir una “discusión transparente” sobre el futuro del Gran Premio en Arabia. 

“Esta bien que compitamos este fin de semana y que todo el mundo en el paddock esté a salvo. Pero ahora mismo solo pensamos en volver a casa”, dijo Hamilton. Los pilotos y los responsables de las escuderías insisten en que ellos no elaboran el calendario ni tienen voz ni voto al respecto, pero sugieren que a la F1 y la FIA les corresponde encontrar el equilibrio entre la ética y el factor económico. Una postura que choca directamente con la realidad del campeonato: 12 de los últimos 28 Grandes Premios se han celebrado en Oriente Próximo (14 en Europa), nueve de ellos en la Península Arábiga.

Una misión ‘social’

“Nadie puede poner en tela de juicio nuestra moralidad”, proclama Stefano Domenicali, que expone los motivos para estrechar lazos con países donde no se respetan las reglas del juego en materia de derechos humanos, discriminación racial o de género. El italiano, portavoz del grupo Liberty, considera que “lo que estamos haciendo tendrá un impacto positivo a nivel político. No debemos olvidar que Arabia Saudí está haciendo un gran paso adelante gracias al deporte. Las mujeres aquí no podían ni conducir y ahora las encontramos en las parrillas y en las gradas animando. Ejercemos un rol en la modernización del país”.

Jost Capito, el jefe de Williams, recuerda que “la situación aquí lleva así muchos años. Creo que hubo un ataque de misil durante la carrera de la Fórmula E a principios de año pasado. La discusión sobre venir debería haber tenido lugar antes, y ahora será después”. También el director de Haas Guenther Steiner reconoce que el debate está abierto: “La FIA y la FOM lo discutirán y se decidirá si está bien o mal correr en este país”.

Andreas Seidl, de McLaren, es más próximo a los argumentos de Domenicali: “Me siento cómodo formando parte de la Fórmula 1 como deporte global, teniendo teniendo la oportunidad de ayudar a conseguir un cambio positivo en los países a los que vamos, donde existen culturas diferentes. Creo que no deberíamos echarnos atrás ni cerrarnos a estos países por las críticas que estamos recibiendo”.

Un país de jóvenes

El ministro de Deportes de Arabia, el príncipe Abdulaziz, también intenta transmitir una idea de cambio social. "Estamos invirtiendo en muchos deportes en del reino. El 70% de la población tiene menos de 40 años y necesitamos involucrarlos más. En 2017 teníamos 32 federaciones deportivas, y hoy tenemos 92, que muestran nuestra gran inversión en deportes, no solo en motor. Hace solo cuatro años, a las mujeres no se les permitía conducir en Arabia Saudita, por lo que se puede ver que el desarrollo va mucho más allá. Se trata de dar una oportunidad a los jóvenes, de estar presentes en el ámbito internacional", subraya.

Sin embargo, esta exposición ampliada en el escenario mundial implica un mayor escrutinio de un país tradicionalmente cerrado: "Todos son bienvenidos. Tenemos nuestra cultura y nuestros hábitos, como en cualquier país, y los respetamos en todos los sentidos. Estamos ansiosos por albergar muchos más eventos en el futuro” comenta el príncipe Abdulaziz, que recuerda que la llegada de la Fórmula E en 2018 impulsó la creación de la visa de turista: "Hasta entonces no existía. En tres meses, el Ministerio de Turismo adoptó el sistema que pusimos en el sector del deporte. Y hoy, más de 50 países tienen la posibilidad de tener visado".

Desde su perspectiva, la F1 sí tiene un gran futuro en Arabia: "Creo que entramos en el momento adecuado. La Fórmula 1, con la nueva dirección, ha cambiado su filosofía sobre lo que es esta competición. Los vemos activos en las redes sociales, vemos la serie de Netflix, que ha atraído a mucha gente a las carreras. Este es nuestro enfoque: conseguir que los jóvenes, la próxima generación, se incorporen a la F1 como aficionados o a las competiciones de motor en general”.