Mundial de F-1

Hamilton, en el ‘infierno’ naranja de Zandvoort

El piloto británico se encontrará un ambiente muy hostil en el territorio de Max Verstappen, ídolo de la afición 'orange'

Los Países Bajos recuperan después de 36 años una prueba del Mundial y reunirán 70.000 espectadores en las gradas

Lewis Hamilton

Lewis Hamilton / Kenzo Tribouillard / AFP

Laura López Albiac

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El Gran Premio de los Países Bajos regresa al calendario 36 años después, en el circuito de Zandvoort, que albergó la última edición en agosto de 1985. La F1 se despidió entonces con un podio de leyenda que lideró Niki Lauda por delante de Alain Prost y Ayrton Senna. El trazado, junto a las dunas de la costa neerlandesa, ha sido renovado por completo por el italiano Jarno Zaffelli, que ha incluído dos espectaculares curvas peraltadas que prometen emociones fuertes este fin de semana.

Pero la tensión no estará solo sobre la pista. En las gradas, con aforo reducido todavía por la pandemia, 70.000 aficionados esperan convertir el gran premio en un ‘infierno’ para el líder del Mundial, Lewis Hamilton, al que han convertido en su ‘villano’ favorito. Y es que si la F1 vuelve a Zandvoort es gracias al gran impacto alcanzado por el  héroe local, Max Verstappen, al que la afición ‘orange’ viene siguiendo en peregrinación por medio mundo.

La compañía cervecera Heineken ha financiado parte de la reconversión del circuito en la moderna instalación que veremos este fin de semana. "Mi padre (Jos Verstappen, piloto de F1 y compañero de Michael Schumacher) venía aquí en el 2000 y luego también recuerdo carreras de F3. Pero está todo muy cambiado y creo que vamos a disfrutar”, augura Max. “Todos los pilotos están muy interesados en las curvas peraltadas y cuando caminas por la pista te das cuenta de que es muy especial, hay detalles que no son habituales en otros circuitos. Es una pista de la vieja escuela, si te equivocas, lo pagas", resume Verstappen.

Olla a presión

Los fans de ‘Mad’ Max han esperado impacientes el gran premio de casa. No le perdonan a Hamilton el accidente de Silverstone. Tampoco el ‘strike’ de Bottas en la salida del GP de Hungría, que penalizó totalmente a Verstappen. A raíz de ambos incidentes el piloto de Red Bull acabó cediendo el liderato antes de las vacaciones de verano. El pasado domingo, en la ‘farsa’ de Bélgica, el neerlandés fue declarado vencedor después de completar solo tres vueltas bajo el diluvio y tras el coche de seguridad. En una polémica decisión de dirección de carrera, se repartieron la mitad de los puntos según el orden en parrilla y Max consiguió recortar distancias con Hamilton, que está a solo 3 puntos.

Si gana este domingo, Verstappen recuperará el liderato. Las gradas de Zandvoort serán una auténtica ‘olla a presión’ y pese a que los organizadores y la FIA han enviado mensajes tratando de calmar los ánimos, no parece que Max vaya a poner mucho de su parte para evitar que el público se ensañe con Hamilton. “Yo no soy nadie para decirle a los fans que piten o no piten y si les dijera que no lo hagan, tampoco creo que me fueran a escuchar. Me encargo de correr en la pista y espero que el público disfrute viendo los coches pasar", dijo el jueves, en la rueda de prensa previa al Gran Premio.

Hamilton, tranquilo

“En un partido de fútbol cuando juegas en casa, el rival será abucheado y no depende del club ir a los altavoces y decir 'chicos, no podéis abuchear', porque naturalmente sucederá. En el fútbol son muy apasionados y apoyan a su equipo local", apuntó el piloto de Red Bull. ¿Su consejo a Lewis? “Que se tape los oídos y no escuche. Si no responde, ese es el mensaje más poderoso que puede darles", espetó Max.

Hamilton, que apareció vestido de naranja en el paddock, se lo toma con filosofía: “¿Abucheos? "Es algo que se puede esperar, ya hemos visto a los fans naranjas silbándome en otros lugares. Yo nunca lo haría y por suerte los fans británicos de la F1 tampoco lo hacen, pero lo entiendo, es parte de la pasión. Siempre me ha gustado este país, Amsterdam es una de las mejores ciudades y sé que tengo fans aquí. Aunque sean una muy pequeña porción en las gradas. Esto es deporte, yo intento cambiar esa energía y convertirla en positiva para pilotar".

También Lewis tiene su legión de fieles. Este viernes, el cielo de Zandvoort se ha iluminado con una pancarta en la que podía leerse: “7 veces campeón del mundo. Simplemente encantador”. Un fan británico se ha gastado 1.800 euros en alquilar una avioneta para trasladar si mensaje a la afición neerlandesa.