GRAN PREMIO DE FÓRMULA 1

Fernando Alonso vuelve a Mónaco

Aunque los éxitos del asturiano en el trazado monegasco quedan ya lejanos, regresa con la misma ambición de siempre

En la carrera del Principado no habrá más de 7.500 espectadores por las restricciones pandémicas

Alonso, en el paddock de Montmeló.

Alonso, en el paddock de Montmeló. / Europa Press

Laura López Albiac

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El Gran Premio de Mónaco, tradicionalmente asociado al lujo y el glamour, vive este año su edición más austera, con un aforo limitado a 7.500 espectadores, previa presentación de una PCR negativa. No hay fan zone ni se puede estar de pie en el circuito. Pero al menos la prueba más emblemática del calendario ha salido adelante después de que en 2020 tuviera que suspenderse a causa de la pandemia, tras 66 ediciones.

Poco a poco, la Fórmula 1 va recobrando el pulso. En la primera cita de la temporada en Bahréin, a finales de marzo, algunos espectadores vacunados pudieron estar presentes en las gradas, de forma meramente testimonial. Las carreras en Ímola y Portimao fueron a puerta cerrada mientras que el Gran Premio de España, en el Circuit de Barcelona-Catalunya contó con 1000 personas el domingo 9 de mayo, coincidiendo con el final del estado de alarma. Mónaco supone un paso más en esta dirección.

El idilio de Alonso y Mónaco

Si para todos, equipos y pilotos, el regreso de la Fórmula 1 a las calles del Principado supone una inspiración, para Fernando Alonso el desafío es mayúsculo. Mónaco fue el escenario de grandes éxitos que ya quedan muy lejanos para el asturiano, que, curiosamente aún conserva el récord de ser el único piloto que ha ganado aquí dos años consecutivos con dos coches diferentes: Renault (2006) y McLaren (2007). Fernando, que también subió al podio con Ferrari en 2011 y 2012, no está ahora mismo en condiciones de pensar en repetir sus gestas de antaño, pero sí algún lugar puede ser un punto de inflexión en su retorno al ‘gran circo’ tras dos años de ausencia, es sin duda alguna el circuito monegasco.

El “besito” al muro

Después de que Alpine puntuara con los dos coches en Imola y en Portimao, Alonso no pudo terminar en el ‘top 10’ en la carrera de casa, en Barcelona, al errar en la estrategia. Pero aunque se marcharon de vacío, equipo y piloto han llegado a Mónaco con la moral alta, convencidos de que han dado un paso hacia adelante con el A521. No es lo que se aprecia desde fuera. El jueves, en su primera toma de contacto con el circuito del Principado, Fernando destrozó el alerón delantero tras impactar contra el guardarraíl. Lo definió como “un besito”. Y siguió trabajando, testando piezas y acumulando kilómetros con vistas a la ‘qualy’ del sábado.

"Ha sido un primer día intenso, con un total de 64 vueltas, ganando confianza en el coche, lo que siempre es muy útil, así que estoy contento. Hay mucho que analizar porque probamos nuevas mejoras, lo revisaremos para estar fuertes para la clasificación. La gestión del tráfico es difícil en este circuito y ha sido complicado tener una vuelta limpia. Gestionarlo bien podría ser clave para tener una buena clasificación", analizó Alonso.

Un circuito de ‘manos’

En Mónaco Alpine incorpora otra actualización aerodinámica, según ha revelado el director técnico de Alpine Marcin Budkowski, que reconoce que el circuito de Mónaco puede favorecerles. “Por lo general, el A521 se adapta mejor a las curvas de baja velocidad, incluso aunque lo hayamos mejorado a lo largo de la temporada en las curvas de media y alta velocidad. En Mónaco se trata de carga aerodinámica, agarre mecánico y tracción, pero también pone énfasis en los pilotos. No hay circuito más importante para la clasificación, porque es muy difícil adelantar durante la carrera. Hemos estado en buena forma en la clasificación en las dos últimas carreras y nos vamos a centrar en mantener este impulso”.

Alonso pidió a Alpine que modificase la dirección asistida de su monoplaza para acelerar su adaptación, un dato fundamental en Mónaco, donde la precisión es fundamental. Después de dos años sin pilotar un F1, poco a poco va redescubriendo aspectos del coche y de las carreras. Ya mostró destellos en la clasificación de Bahrein o en la carrera de Portugal. Y este fin de semana,  Fernando se toma como un “absoluto desafío” su regreso al circuito más exigente del Mundial.

“Esta pista, con los muros tan cerca, te recuerda que en cada vuelta que no puedes cometer un error. Te tienes que concentrar mucho, pero así es la vida de un piloto de Fórmula 1”, señala Alonso. Mónaco es, en esencia, un circuito de ‘manos’. Y el primer día, a pesar del susto en el libre 1 y de la discreta posición que ocupó al final de sesión (12º), el piloto asturiano terminó dos puestos por delante de su compañero Esteban Ocon. La ilusión con la que Fernando ha vuelto al Principado ya es razón suficiente como para no perderse un gran premio que es historia viva del automovilismo.