ENTRENAMIENTOS DE LAS 500 MILLAS

El novato catalán Álex Palou, de 23 años, brilla en la Indy

El catalán Alex Palou, durante los entrenamientos de hoy en Indianápolis.

El catalán Alex Palou, durante los entrenamientos de hoy en Indianápolis. / periodico

Miguel Martínez

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Tres años atrás, Fernando Alonso rompió todos los récords de las 500 Millas de Indianápolis para un novato al clasificar en quinta posición. El año pasado ni siquiera se clasificó y, en esta edición, no ha pasado del puesto 26, aunque aún confía “en el ritmo del coche en carrera” para luchar por la victoria el próximo domingo, 23 de agosto. Alonso había batido el récord de otro novato Nigell Mansell, octavo en la clasificación de su debut. Otro español, Álex Palou, podría fulminar, de nuevo, la marca durante la última sesión de hoy, el 'Fast Nine', reservada para decidir los siete primeros puestos de la parrilla de salida. Palou, de 23 años, finalizó sexto la primera parte de la crono y hoy luchará por la 'pole' contra otros seis encabezados por Marco Andretti.

Curiosa presentación

“Mira, este es Álex (Palou), no diré que es el nuevo Fernando Alonso, pero sí diré que tiene cosas que me recuerdan mucho a Fernando”. La frase es de Adrian Campos, el hombre que llevó a los monoplazas al bicampeón del mundo de F-1 y campeón del mundo de resistencia, y también a este joven barcelonés (1-7-1997, San Antonio Vilamajor, Barcelona), que está deslumbrando en su primer año en la Indy. Sin ningún tipo de complejos, pasó las ultimas vueltas de la carrera de Road América, la tercera de la temporada en el campeonato americano, atacando y adelantando al campeón del 2012 y ganador de las 500 Millas, Will Power, para arrebatarle la segunda posición y conseguir el podio. Y todo eso, enrolado en uno de los equipos más modestos, el Dale Coyne with Team Goh. Ahora se ha colado entre los siete mejores y aspira a todo, 'a todo!, en esta edición de las 500 Millas.

En América ha encontrado el sosiego, la consistencia y la suerte que le ha faltado en su carrera, sobre todo, al comienzo. Cuando Campos presentó al mundillo español de la F-1 a Palou en el 'paddock' de Hungaroring aquel agosto de 2015, tenía todas las esperanzas de hacerle campeón de la GP3. Una avería, un reglaje, una mala salida, un toque, los neumáticos… Cuando no era una cosa era otra.

Alex no brilló como se esperaba de él en las dos temporadas en GP3, muy alejado de los Charles LeclercEsteban Ocon o Alexander Albon, que hoy campan por la parrilla de la F-1. F-3 japonesa, World Series, alguna carrera en la F-2… Alex no acabó de cuajar hasta encontrar un lugar al sol en la Super Fórmula japonesa, donde tres décadas antes también había brillado Pedro de la Rosa. Una avería mecánica en la última carrera le privó del título, pero ese fue su trampolín hacia la Indy.

Apasionado de la Indy

“Cuando te vas haciendo mayor y te das cuenta de lo que cuesta llegar a la F-1, empiezas a mirar otras opciones y a mí me llamaba un montón la atención la IndyCar. ¿Los motivos?, muchos. Son 17 carreras: uno de los campeonatos más extensos que existen, después de la F-1. Por otro lado, combina tres tipos de circuitos diferentes, una peculiaridad que no existe en ninguna otra disciplina del automovilismo: tradicionales, urbanos y óvalos. La dificultad de ganar es mucho más elevada que en otras competiciones”, explica el barcelonés, que fijó su residencia en Austin (Texas), huyendo del frío de Chicago, sede del equipo: “¡Uff!, demasiado frío para un barcelonés. Tampoco es muy importante dónde vivas porque estás todos el día de un lado para otro por todo el país”, explica quien tiene como ídolo deportivo al luchador Conor McGregor… “es por su personalidad”.

La pandemia del Covid en Estados Unidos le hace vivir solo —“si pillas el virus, te quedas sin medio campeonato, no me puedo arriesgar. Estoy en casa, y salgo lo justo y necesario”, asegura—  además, toda la actividad está supeditada a la competición. Su equipo es modesto y no hay dinero para simuladores,  así que Palou descubre los circuitos por la mañana, para competir en ellos pocas horas después. Más mérito. Novato, aislado, en un equipo pequeño…. Pues se ha colado entre los siete mejores que disputarán la pole. Y, sobre todo, ha demostrado que puede ganar las 500 Millas. “Y esta es la carrera más importante del mundo. No hay nada igual”.