EL GRAN PREMIO DE ESPAÑA DE F-1

El Circuit extrema los protocolos de control anti-Covid-19

El Circuit estrena un nuevo sistema de reconocimiento facial para acceder a su 'paddock'.

El Circuit estrena un nuevo sistema de reconocimiento facial para acceder a su 'paddock'. / periodico

Miguel Martínez

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Es, cuanto menos, raro. Después de casi 30 ediciones de bullicio, de ríos de espectadores, de cascadas de eventos previos en el Circuit y en Barcelona, el Gran Premio de España arranca de un modo casi silencioso. Ni un solo espectador, y con la caravana de la F-1, reducida casi a la mitad: solo 2.000 personas tienen acceso al circuito distribuidos en burbujas que se intentan mantener estancas. La toma de temperatura, los puestos para realizar los test PCR, los barracones que sustituyen los lujosos módulos de hospitalidad… es la F-1 del Covid-19,  ahora un deporte despojado del envoltorio de glamour con el objetivo de salvar su ADN, la competición, y un calendario que podría llegar a las 18 carreras.

Cambio de fechas

El Gran Premio de España no figura entre los que se han caído del calendario, simplemente ha mudado de fechas, de mayo al puente de agosto. Las temperaturas veraniegas supondrán un nuevo reto para los ingenieros y pilotos que conocen al detalle un trazado en el que giran miles de vueltas en cada sesión de pretemporada. El Covid-19 era solo una amenaza el pasado mes de febrero, cuando los equipos ultimaban los coches tras la segunda semana de test. Hoy la pandemia ha desfigurado la F-1.

No hay espectadores en Montmeló, el paddock ha dejado de lucir con los lujosos centros de hospitalidad. Los barracones simbolizan la situación de guerra que vive el mundo —y también la F-1— contra el coronavirus. Los pilotos y miembros de cada equipo desayunan, comen, meriendan y cenan en esos barracones, mientras que las reuniones de ingenieros se hacen, como siempre, en los camiones de enfrente.

El calor, protagonista

En esas reuniones que comenzaron a celebrarse ayer intentan adelantar el comportamiento de los monoplazas con más de 30 grados en el ambiente y probablemente 50 en el asfalto, más calor del que se registra a comienzos de mayo, la fecha habitual de la carrera años atrás. Pirelli ha elegido la selección más dura de sus neumáticos, así que será difícil ver el problema de ampollas y pinchazos que marcaron las dos carreras celebradas en Silverstone. Mercedes quiere recuperar la senda de los triunfos; Red Bull busca prolongar su última victoria; Ferrari proporcionará un nuevo chasis a Sebastian Vettel; y en McLaren esperan “dejar atrás esta racha” —dice Carlos Sainz— que le ha costado tantos puntos al madrileño y a McLaren.

Sainz se hospedará en Barcelona. Otros equipos buscan los alrededores de Granollers, pero todos bajo un estricto protocolo de actuación implementado por el Circuit junto a la FIA y la F-1 no sólo durante las jornadas de gran premio, sino durante los días previos. Todas las personas que ingresan en la instalación se dividen por zonas y tareas para reducir el riesgo de contagio. Las pruebas de detección del virus se llevan desarrollando desde hace unos días y seguirán haciéndose hasta el final del gran premio, así como se toma la temperatura corporal a toda persona que acceda a las instalaciones.

Reconocimiento facial

Por su puesto, es necesario el uso de mascarilla, aforos limitados en salas, distancia de seguridad, desinfección… etc. Pero, además, el evento de Montmeló emplea, estrena un sistema pionero de reconocimiento facial y de cámaras térmicas para acceder al recinto, entre otras medidas preventivas frente al Covid-19. “Este es un nuevo proyecto desarrollado conjuntamente con el Departament de Polítiques Digitals, a través del Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CTTI) de la Generalitat y T-Systems que permitirá tener controlado el acceso al Circuit a partir del reconocimiento facial del personal asistente, así como la monitorización mediante cámaras térmicas de la temperatura de dichas personas”, explican desde el Circuit. El torno y el pase deja paso al reconocimiento facial, la toma de temperatura, y quién sabe si podrá adivinar también lo que has cenado a noche o cuántos chupitos te has tomado.