MUNDIAL DE RESISTENCIA

Una puerta de su Toyota amarga la noche a Alonso en Le Mans

Los dos Toyota oficiales ya mandaron en las 24 Horas de Le Mans desde la salida.

Los dos Toyota oficiales ya mandaron en las 24 Horas de Le Mans desde la salida. / periodico

Miguel Martínez

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Esta vez no hubo magia. Fernando Alonso no pudo extraer lo mejor del Toyota Hybrid nº  8 para poner tierra de por medio respecto al coche nº 7, que se adivina como vencedor de estas 24 Horas de Le Mans, mientras el español se hará con un nuevo título mundial, el de Resistencia. El recuerdo del año pasado, la exhibición de Alonso durante la noche, sobrevoló tan solo un instante el circuito de la Sarthe, hasta que, a las pocas vueltas de su relevo, se confirmó que las diferencias con el otro coche seguían también en la oscuridad. “Una puerta nos ha dado la noche. El coche perdía velocidad y hemos intentado cambiar la parte delantera y trasera varias veces a ver si se solucionaba hasta que el equipo notó que la puerta quedaba mal cerrada. Que todo sea eso”, explicó el asturiano al bajarse del coche al amanecer, con un tercio de las 24 Horas de Le Mans por delante.

El asturiano tomaba el volante del TS050 Hybrid en la vuelta 189, sobre las tres de la madrugada, eso sí, después de un monumental cabreo, cuando le llamaron al box, media hora antes de lo que deberían. En sus primeras vueltas, mantenía una desventaja de entre 8 y 14 segundos dependiendo del tráfico. Pero al contrario que en 2018 , cuando lograba rodar en 3:19 de manera constante, esta vez su Toyota no  permitió a Alonso siquiera bajar de 3:23 en casi ningún giro. “Creemos que tienes dañado el suelo, no sabemos cuál es la razón de perder velocidad punta”, le insistieron por radio. En cada para le miraban y remiraban el coche para dar con el problema. Le cambiaron el morro, la parte trasera… Hasta que detectaron el fallo en la puerta que no cerraba completamente. El equipo perdió más de medio minuto en la parada para repararla y Alonso se fue hasta el minuto y diez segundo de desventaja, primero ante Kamui Kobayashi, y después, frente a José María López, pero en sus últimas vueltas ya pudo rodar en algún 3.19. Alonso le dejó el coche a Nakajima con una desventaja de 1:10 tras 244 vueltas.

Cuando la carrera se interrumpió por enésima vez al filo de las 7:30 tras un fuerte accidente de Pastor Maldonado, la tercera plaza era pra el Rebellion 3 y el SMP 11. EL ByKolles 4 tuvo que retirarse por una avería cuando Tom Dillmann estaba al volante. En LMP2, las posiciones de podio se mantuvieron igual que en la anterior actualización, con el G-Drive 26 en cabeza con más de un minuto y medio de ventaja sobre el Alpine 36 y cuatro minutos sobre el Jackie Chan 38.

La lucha en GTEPro se vio mermada por la avería del Porsche 92 que le hizo perder cuatro vueltas y cualquier posibilidad de luchar por la victoria. El Ferrari 51 se ponía en cabeza con un buen ritmo por delante del Porsche 91, el Corvette 63 del madrileño Antonio García y del Porsche 93. Y en GTEAm el Ford de Keating Motorsports #85 continuaba en cabeza sin demasiada oposición por parte de sus rivales.

Caída de potencia

La incidencia de un coche de seguridad y banderas amarillas, invirtió el orden a las seis horas de las 24 Horas de Le Mans, que arrancaron a las tres de  tarde del sábado, como es tradicional, con el mando de lo dos Toyota oficiales. Fue entonces cuando el Toyota nº 8, pilotado por Kazuki Nakajima tomó el liderato en lugar del nº 7 de José María López, aunque no duró mucho, tan solo fue un espejismo.

En apenas tres vueltas, se recuperó el orden que parece haberse establecido por motivos mecánicos. No pinta muy bien para que el equipo de Fernando Alonso redondee el triunfo en el Mundial con una nueva victoria en el mítico trazado de La Sarthe. El asturiano tomó el volante tras dos horas y media de carrera a un minuto de distancia del líder y llegó a recortar la ventaja hasta poco menos de 50 segundos, una remontada casi imposible.

Déficit en el motor

“Por desgracia, desde el 'warm-up' tenemos un déficit en el motor de unos 5 o 6 km/h en la recta, unas ocho décimas de penalización en la recta respecto al otro Toyota nº 7. Hemos controlado todo, parece que todo está bien en el coche, pero, bueno, creo que va a ser difícil luchar por la victoria porque estamos en otra categoría por culpa de esta pega de nuestro motor. Tenemos peor ritmo. Nada que hacer.…pero, si podemos conquistar el podio, habremos cumplido nuestro objetivo, que no es otro que ganar el Mundial”.

El coche del 'Nano', que comparte con Buemi y Nakajima, corre menos que el otro Toyota de Conway, López y Kobayashi, al menos en las primeras horas, pero el cambio de liderato por unas vueltas hace pensar al ovetense que “no estamos todavía fuera de la lucha por el triunfo, porque es una carrera larga y todo puede pasar. Ya vimos el año pasado que perdíamos dos minutos y medio en mitad de la noche y terminamos ganando la carrera. Puede pasar de todo aunque para ganar la carrera necesitamos algo de suerte, puede que en la noche. Puede pasar de todo pero no tomaremos riesgo. Estamos haciendo nuestra carrera”.

Bajada de temperaturas

Así empezó todo La princesa Charlene de Mónaco agitó la enorme bandera francesa para lanzar las 24 Horas de Le Mans bajo el guión previsto. Los dos Toyota negociaron sin agresiones la primera curva y, a partir de ahí, el nº 7, conducido por Mike Conway puso tierra de por medio —alrededor de 47 segundos— tras dos horas largas de carrera— sobre el coche nº 8 pilotado por Sebastian Buemi. Fernando Alonso tomó el relevo del suizo, y con la bajada de temperaturas, comenzó  el ataque del asturiano para reducir diferencias.

Entre los LMP1 privados, una mala salida del SMP 17 propició el adelantamiento de sus compañeros de garaje y del Rebellion 3 para situarse tercero con Gustavo Menezes al volante, y más de un minuto perdido respecto al segundo Toyota. Mas lucha aún se desató entre la categoría GTE Pro liderada por el Corvette de Antonio García que no dejó de llevar tras su alerón trasero a al Ford 67 de Ticknell, al Aston Martin 95 y los Porsche 92 y 93.

Pensando solo en el título

“Creo que nuestro coche tiene mejor ritmo cuando la temperatura baje y en los últimos relevos de cada juego de neumáticos”, advirtió Alonso el día anterior. El asturiano no dejó de seguir el desarrollo de la carrera desde el box y el muro, antes de subirse al coche. La espectacular actuación de Alonso bajo la nieve en las 6 horas de Spa, la penúltima carrera de la temporada, llevó al equipo Toyota número ocho hasta la cuarta victoria de la temporada, lo que unido al sexto puesto de sus compañeros del Toyota 7, dejaron muy a tiro el título del WEC para la cita de Le Mans. Ahora les sirve un séptimo puesto para certificar el título. “Es el principal objetivo, el título, pero si podemos ganar…”, advirtió el ovetense, muy activo en el muro durante las dos primeras horas de una carrera que ha reunido en el Circuito de la Sarthe a 300.000 personas.

Las últimas horas, decisivas

En su segunda participación —tras ganar el año pasado junto a Buemi y Nakajima— no parece que Alonso se tome la cita mucho más relajado. “El año pasado, para decir la verdad creo que debí de dormir 20 minutos o 30; pero con un ojo medio abierto, para seguir la carrera", explica el ovetense. “Este año veremos cómo va, pero una vez que empieza la adrenalina y te metes en la vorágine de la carrera es difícil desconectar", insiste. "El ajustar esto cuando llevas 16 horas ya de carrera, cuando estás cansado, cuando vas sin dormir... es complicado. Luego, además, los rivales van cambiando. Algunas veces en un coche va un profesional; y, a la siguiente, el mismo coche que tienes cierta referencia de dónde pasarle se acaba de subir un señor que es 'amateur', que es la primera vez que está en Le Mans; y te sorprenden algunos de sus movimientos”.