LAS MÍTICAS 24 HORAS DE EEUU

Alonso reina en Daytona bajo el diluvio

Una espectacular actuación del asturiano bajo la lluvia nocturna, que da el triunfo en las 24 Horas a su equipo contra pronóstico

Fernando Alonso y su compañero en Cadillac, Jordan Taylor, antes de empezar las 24 Horas de Daytona.

Fernando Alonso y su compañero en Cadillac, Jordan Taylor, antes de empezar las 24 Horas de Daytona. / periodico

Miguel Martínez

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Henry Pescarolo, piloto de F-1 y a la postre cuatro veces ganador de las 24 Horas de Le Mans, era un joven de 20 años con mucho talento pero aún sin palmarés cuando le dijeron que formaría equipo en Le Mans con Graham Hill, el doble campeón del mundo de F-1 que ya contaba con 43 años en aquella edición de 1972. “No quería formar equipo con alguien que no arriesgaría. Qué pasaría por la noche si llovía”, se preguntaba el impetuoso Pescarolo. “Cuando vi sus tiempos en las primeras vueltas de la noche me fui tranquilo a dormir”, confesó. Ganaron aquella edición y Hill completó entonces la Triple Corona, el único de la historia hasta el momento, ese objetivo que Fernando Alonso puede cerrar en mayo con una victoria en las 500 Millas. Para cuando lo haga, llevará en su zurrón un triunfo en otra icónica carrera, las 24 Horas de Daytona, la segunda más popular en EEUU tras una exhibición en sus tres relevos, sobre todo, el primero y el segundo bajo la noche y la lluvia, que han maravillado a todo el mundo.

Un equipo muy compacto

Kamui Kobayashi le conoce bien de la F-1 y del Mundial de Resistencia donde también es piloto Toyota, pero quizá Jordan Taylor, el hijo del propietario del equipo o Renger van der Zande, el cuarto integrante del equipo albergaban, como Pescarolo, alguna duda sobre las posibilidades de un piloto que solo había corrido una vez en Daytona. Solo tuvieron que esperar a ver en acción al asturiano en el segundo relevo. Cogió el coche en sexta posición y adelantó a todo bicho viviente, al otro equipo Cadillac de Eric Curran ,  Mike Conway y Stuart Middleton que en ese momento conducía Felipe Nasr, y sobre todo, a los cuatro grandes favoritos, a los dos Mazda y a los dos Acura que habían dominado la clasificación y las dos primeras horas de carrera. Alonso no solo lo se colocó líder a base de ganar centímetros en cada frenada, si no que acumuló 20 segundos de ventaja que se esfumaron con una bandera amarilla.

“Nuestro coche parece funcionar mejor con los neumáticos con la pista fría, porque los calienta un poco mejor que otros. En los reinicios, saliendo de los boxes, teníamos un pelín de ventaja. Creo que los demás están salvando gasolina, y haciendo una carrera más tranquila”, explicó tras el primer relevo.

Recital del asturiano

Los compañeros de Alonso, sin embargo, no fueron tan rápidos y comenzaron a perder posiciones en sus relevos. Después de siete horas de carrera, los dos Acura copaban las dos primeras posiciones por delante del Cadillac del equipo de Alonso en el que Kamui Kobayashi había dejado el volante a Renger Van der Zande. Cuando Alonso se subió al Cadillac para su segundo relevo, lo hizo en cuarta posición. Y entonces comenzó otro recital nocturno bajo la lluvia. Tuvo que entrar a colocar neumáticos de agua después que sus rivales directos, y aún así, acabó adelantándolos a todos, con casi dos segundos de ventaja por vuelta sobre sus inmediatos perseguidores.

La exhibición dejó a Daytona con la boca abierta. Una hora después, sumaba 50 segundos de ventaja sobre el segundo el Acura del Team Penske de Alexander Rossi y Juan Pablo Montoya. En realidad ya había doblado a todos salvo a los dos Acura y otro de los Cadillac que en ese momento piotaba Felipe Nasr. Una lluvia infernal y un rosario de accidentes salpicaron de banderas amarillas y rojas las últimas horas de carrera que finalizó minutos antes de las 24 Horas con Alonso líder en el último relevo. “Nunca se había vivido un Daytoa tan dantesco por la lluvia, y tampoco se había visto una exhibición como la de Alonso”, concluye el propietario del equipo Penske, el gran favorito al que Alonso birló el triunfo con una demostración de talento y arrojo. Las 500 Millas serán su siguiente objetivo, pero la victoria en Daytona le coloca en el camino de su gran objetivo más allá de la Triple Corona: “lograr algo que nadie haya podio hasta ahora, ser reconocido como el piloto más completo de la la historia”