REPORTAJE

Sophia Flörsch: Una 'millennial' rumbo a la F-1

La piloto alemana se ha librado de la muerte por muy poco en su empeño de llegar a un coto restringido para hombres

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zentauroepp45945718 sophia181123133048 / EFE / CARMO CORREIA

Miguel Martínez

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En la escuela de Oberhaching, en Grünwald, a las afueras de Múnich, el profesor coloca en la pared una lámina de un motor de explosión ante una clase de física y química para niños y niñas de décimo grado. "¿Quién puede explicarme cómo funciona?" Entre el silencio de los chicos y chicas de 13 años, Sophia Flörsch, levanta el brazo. “Yo puedo decir cómo funciona exactamente. El automovilismo es mi vida", dice la adolescente con una sonrisa.

Y eso es lo que dice también su padre, Alexander, un constructor inmobilario bávaro. “El automovilismo es su vida, así que volverá”, dice, entre temeroso y orgulloso, tras comprobar que la operación de la fractura de columna ha salido bien tras el escalofriante accidente durante el GP de Macao de F-3 que ha dado la vuelta al mundo.

Sophia es la más firme opción de ver a una mujer sentada en un monoplaza de Fórmula 1, una 'millennial', nacida el 1 de diciembre de 2000, experta en redes sociales y enganchada a su teléfono móvil. Ha sido la primera mujer en subir al podio en F-4, una competición en la que entró en conflicto durante una carrera en Sachsenring.

La alemana regresaba a boxes tras neutralizarse la carrera con un bandera roja, cuanto un vehículo auxiliar cruzó la pista . Flörsch rozó el accidente para evitarlo y enfurecida subió las imágenes a las redes sociales. Fue multada con 5.000 horas “por utilizar imágenes sin poseer los derechos de televisión”.

Su propio parte médico en las redes

La misma Sophia ha sido quien ha mantenido informado al mundo de las consecuencias de su tremendo accidente en Macao, esa ratonera donde año tras años meten sin demasiada seguridad coches de F-3, en busca de esa repercusión mediática que aún mantiene una carrera que registra en su palmarés victorias de Ayrton Senna o Michael Schumacher. “Sobreviví a la operación que duró 11 horas. El apoyo que he recibido me motiva y me da coraje”, escribía en las redes sociales mientras agradecía otros mensajes más personales como los 'whattsapp' con Max Verstappen, el niño terrible de la F-1.

Como Max, como tantos otros, Sophia se subió a un kart a muy temprana edad, a los 3 años, fruto de la pasión de su padre por el automovilismo. Fue quemando etapas en el karting hasta que con 14 años compitió en el Ginetta, la antesala británica del prestigioso Campeonato de Turismos.  Allí ganó dos carreras y llegó al podio dos veces más. “Escuchar el himno alemán desde lo más alto del podio es adictivo", decía con solo 14 años. Sus peleas en la pista trascendieron, especialmente contra un joven talento, Billy Monger, que un año después perdería las dos piernas en un accidente de F-3.

“Cuando lucha en la pista no hace prisioneros”, decían de ella los jefes de equipo.  Fue entonces cuando escribió 'En el carril rápido', un libro sobre entrenamiento mental y físico, el momento también en el que el fabricante estadounidense de artículos deportivos Under Armour, comenzó a patrocinarla. "Quiero convertirme en campeón del mundo de Fórmula 1", enfatizaba en cada una de las entrevistas que comenzaba a conceder, mientras situaba a Hamilton y Senna en el foco de su inspiración.

"Escucho comentarios estúpidos, es lo que repiten los chicos porque lo han oído en casa"

"No soy un un número para que haya mujeres en las competiciones. Creo en mi calidad”. Con esa declaración de intenciones entró en campeonato de F-4, bajo un programa de apoyo a las mujeres de la FIA . "Tengo que escuchar algunos comentarios estúpidos de vez en cuando como que las mujeres no está hechas para pilotar, pero es lo que los chicos repiten porque lo han oído en su casa. En la pista ya saben con qué se van a encontrar”, dice convencida del fin que la motiva: “Tengo que tener éxito cada año, porque sin él, no puedes ir al siguiente nivel”.

La prestigiosa escudería Premat le hizo una oferta para repetir un segundo año, pero Sophia, de acuerdo con su padre, decidió dedicar la primera parte de este 2018 a terminar el bachillerato, y fue a partir del verano cuando ingresó en la F-3 que acabó venciendo el hijo de Michael Schumacher. La piloto fue adaptándose a una categoría completamente nueva, rodeada de pilotos con más experiencia y consiguió puntuar por primera vez en de Austria.

El GP de Macao, el colofón de la temporada, era su gran oportunidad y allí libró la muerte por muy poco.