24 HORAS DE LE MANS

Alonso ha tenido que aprender a ir despacio

El asturiano debe resetear su pilotaje para luchar contra la enorme experiencia de sus rivales y alcanzar la victoria en su primera participación en las 24 Horas de Le Mans

Fernando Alonso conserva, en la jornada de entrenamientos de ayer, en Le Mans, con su compañero Sebastien Buemi.

Fernando Alonso conserva, en la jornada de entrenamientos de ayer, en Le Mans, con su compañero Sebastien Buemi. / periodico

Miguel Mártínez

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La vida, el deporte, el automovilismo encierra estas contradicciones. Uno de los pilotos más rápidos de todos los tiempos, alguien capaz de sacar milésimas donde el resto no saben ni que existen, debe aprender a pilotar más despacio. Y eso en un pura sangre como Fernando Alonso no es sencillo, por más que el bicampeón del mundo haya saltado a la arena sin protección alguna para medirse con los mejores de otras disciplinas. Ese es el gran reto del asturiano para vencer en las 24 Horas de Le Mans, ese título que forma parte de la Triple Corona junto al GP de Mónaco de F-1 y las 500 Millas Indianápolis, una especie de Santo Grial que el asturiano  que quiere levantar para mostrar al mundo que es el piloto más completo de la historia.

Elogios al bicampeón asturiano

“Es increíble cómo estudia, cómo se empapa de todo, cómo aprende en un tiempo récord”, aseguran sus compañeros en Toyota, los que forman su tripulación en el coche número 8, Kazuki Nakajima y Sebastian Buemi, y la tripleta del coche número siete, sus principales rivales a la victoria: Kamui Kobayashi, José María López y Mike Conway. Todos se asombran del talento de Alonso de la misma forma que advierten la dificultad de un debut. “Esto es una carrera de resistencia, de 24 Horas, nada que ver con un monoplaza de F-1 o una carrera al sprint de hora y media”, asegura Antonio García, su amigo de la época de los karts, que con 13 participaciones es junto a Jesús Pareja el español con más experiencia en Le Mans.

Alonso debe cambiar completamente su enfoque. No se trata de sacar unas milésimas en cada curva. Hay que evitar los pianos para proteger la mecánica. Pero es solo uno de los muchos aspectos. “Pilotar es saber frenar. Frenar, hijo, es todo un arte” , decía Juan Manuel Fangio, cinco veces campeón del mundo de F-1, que no acabó su única participación en Le Mans. A diferencia de un F-1, donde los mejores como Alonso buscan frenar “un poco después de las marca que dejan otros pilotos” como decía Michael Schumacher (heptacampeón del mundo de F-1 que también intentó sin éxito ganar en Le Mans) el Toyota Hybrid necesita de una frenada más larga, más suave, más progresiva, para cargar al máximo las baterías eléctricas.

Y Alonso debe acostumbrarse, además, a no pedir al propulsor toda la potencia. Los organizadores limitan al energía (197 megajulios) que puede consumir por vuelta. Si un piloto exige al motor un plus en un sector de la vuelta para adelantar, el propio softwere del coche la resta antes de que finalice la vuelta y puede llegar en plena recta para arruinar toda la vuelta. “Gestionar el tráfico una de las partes más importantes de una carrera así”, explica Alonso. O como decía Jim Clark, otro de los campeones del mundo de F-1 que fracasó en Le Mans: “Cuando quiero ir más rápido no corro más, me concentro más”.

Una preparación física especial

Y lo peor será anticiparse a los problemas que generan los coches —trompos, adelantamientos, cambios inesperados de dirección, que generan los 58 coches a los que doblará constantemente. “Tenemos que evitar los problemas del resto”, se impone el asturiano. Y no es fácil a casi 400 kilómetros por hora, y menos aún durante la noche. Le Mans se ha cobrado la vida de 95 personas en 85 ediciones, 22 de ellos pilotos, el último cinco años atrás, Allan Simonsen, al volante de un Aston Martin. Es parte de la épica de esta carrera que hace tiempo colgó el cartel de no hay billetes (258.000 espectadores) para su edición número 85.

“Necesitas estar la cien por cien cuando te subes al coche. Para eso ahorras el máximo de energía durante tu vida diaria esta semana. Durante la carrera, intentaré dormir entre cada relevo, pero no será fácil”. Alonso dispondrá de poco más de hora y media para tumbarse en el hospitality de Toyota. Más o menos, los relevos será de dos horas por piloto. Y probablemente, Alonso ejecute el último para ver el banderazo a cuadros y unirse a ese elenco de cuatro pilotos que ganaron El Mundial de F-1 y Le Mans,  Mike Hawthorn, Jochen Rindt, Graham Hill y Phil Hill. Graham lo hizo, además, en nada menos que 10 participaciones, pero sigue siendo el único piloto de la historia con la Triple Corona, el gran objetivo de Alonso.