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Novedad

Aston Martin DBX S, el SUV que borra la línea entre lo práctico y lo pasional

El nuevo DBX S lleva al límite la propuesta deportiva de Aston Martin en formato SUV, con 727 CV, menos peso y un comportamiento radical

Aston Martin DBX S

Aston Martin DBX S / MARCUS WERNER

Edgar Vivó

Edgar Vivó

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Hay muchos coches que impresionan por su ficha técnica, pero sólo unos pocos logran superar las expectativas tras conducirlos. Y uno de estos pocos es el Aston Martin DBX S, que logra ambas cosas con tal solvencia que cuesta creer que estemos ante un SUV. En nuestra reciente toma de contacto por las sinuosas carreteras de Mallorca, hemos tenido la oportunidad de comprobar de primera mano cómo este modelo eleva el listón dentro del segmento de los SUV de altas prestaciones.

El DBX S es la nueva referencia dentro de la gama DBX y se posiciona por encima del ya radical DBX707. Con 727 caballos (27 más que su hermano) y 900 Nm de par, extraídos de una versión mejorada del V8 biturbo de 4.0 litros, el coche no solo gana en potencia, sino también en agilidad gracias a una serie de ajustes mecánicos y estructurales que se notan desde el primer giro de volante.

Ya desde fuera, el DBX S impresiona mucho más que el 707. No solo por su presencia, sino por cómo se ha trabajado su aerodinámica y su estética para transmitir deportividad. Los nuevos paragolpes, el difusor trasero con las espectaculares salidas de escape verticales dobles en cada lado, los detalles en fibra de carbono y las llantas de 23 pulgadas de magnesio, hacen que el coche parezca pegado al asfalto incluso estando parado.

Aston Martin DBX S

Aston Martin DBX S / MARCUS WERNER

El color Podium Green, combinado con los detalles en negro brillante y los cristales oscurecidos, remata un conjunto que desprende exclusividad y agresividad a partes iguales. No hay duda de que estamos ante la versión más extrema del DBX. Y el interior sigue esa misma lógica.

El salpicadero y los asientos están revestidos en cuero Onyx Black y detalles en carbono brillante, con costuras a juego y logos de Aston Martin en relieve. El diseño en espiga de los asientos, el volante deportivo calefactable y los cinturones en color marfil rematan una atmósfera que combina lujo y deportividad sin estridencias.

Interior del Aston Martin DBX S

Interior del Aston Martin DBX S / MARCUS WERNER

Entre los detalles que elevan la experiencia están el sistema de sonido Bowers & Wilkins de 1.600 W con 23 altavoces, el nuevo sistema de infotainment propio de Aston Martin y la posibilidad de ajustar los asientos en 16 posiciones con ventilación en ambas filas. Todo lo que uno espera en un SUV de este nivel, y algo más.

Una dinámica que cambia las reglas

Pero donde realmente nos ganó el DBX S fue en marcha. El trabajo realizado sobre la dirección y el reparto de pesos se nota de forma muy directa. La nueva relación de la dirección (un 4% más rápida) y el centro de gravedad rebajado gracias al techo de carbono hacen que el coche responda con una precisión sorprendente. En tramos revirados, parece más un coupé que un SUV.

Aston Martin DBX S

Aston Martin DBX S / MARCUS WERNER

Nos impresionó especialmente la fidelidad con la que el coche vira y sigue la trayectoria. Allá donde miras, el coche va, con un aplomo y una estabilidad que permiten mantener ritmos muy altos sin perder la sensación de control. La suspensión neumática y los amortiguadores adaptativos están afinados al milímetro, y el sistema de control electrónico evita que la carrocería se incline más de 1,5 grados en curva, incluso cuando se va muy por encima del ritmo legal.

Los modos de conducción transforman completamente el comportamiento del coche. En los más cómodos, se comporta como un SUV de lujo refinado y relajado. Pero al activar los más deportivos, la respuesta del motor, el cambio y el chasis cambia radicalmente. El coche se tensa, se vuelve más directo y el sonido del V8 se convierte en una banda sonora que invita a estirar cada marcha hasta el corte.

Prueba del Aston Martin DBX S

Prueba del Aston Martin DBX S / Aston Martin

Los números son contundentes: 0 a 100 km/h en 3,3 segundos y velocidad punta de 310 km/h. Pero lo que de verdad impresiona es la forma en que entrega esa potencia. La caja de cambios de nueve relaciones con embrague húmedo trabaja con una rapidez y contundencia digna de un coche de carreras. Y el sistema de tracción puede enviar hasta el 100% del par al eje trasero, lo que da lugar a una conducción que, en los modos Sport y Sport+, puede llegar a ser incluso divertida.

La frenada también está a la altura, con discos carbocerámicos de hasta 420 mm delante y 390 mm detrás, que garantizan que el conjunto se detiene con la misma autoridad con la que acelera. Todo en este coche está orientado a ofrecer sensaciones. Y lo consigue.

Prueba del Aston Martin DBX S

Prueba del Aston Martin DBX S / MARCUS WERNER

Lo más sorprendente es que, pese a sus cifras y su planteamiento radical, el DBX S mantiene esa dualidad que hace tan especial a ciertos modelos. Puede ser un SUV de uso diario, cómodo, bien insonorizado y lleno de detalles prácticos. Pero también puede ser un deportivo con todas las letras, de los que hacen aflorar una sonrisa en cada curva.

El Aston Martin DBX S nos ha dejado impresionados. No solo mejora al 707 en potencia y puesta a punto, sino que redefine lo que un SUV de lujo puede ofrecer a nivel dinámico. Un coche que no se entiende solo desde los datos, sino que hay que vivirlo para comprenderlo.