Mantenimiento

Cómo preparar los frenos de tu coche para el verano: qué revisar antes de salir de viaje

Los frenos son un elemento de seguridad activa que debe estar siempre en perfecto estado para evitar accidentes en carretera

Estas son las 4 cosas de tus frenos que debes vigilar para evitar averías

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Andrea Gil

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El verano está, oficialmente, a la vuelta de la esquina, aunque las temperaturas de los últimos días hayan hecho pensar que nos encontramos ya en plena estación estiva. Durante estos meses, es habitual realizar viajes más largos con el coche por carretera.

Antes de viajar, es importante revisar que todos elementos del coche se encuentren en buen estado. Los frenos son uno de ellos, ya que si fallan o no actúan con la precisión que deberían las consecuencias pueden ser fatales.

Discos y pastillas de freno

De todo el sistema de frenado del coche, las pastillas y los discos son los componentes que más sufren y, por lo tanto, los que más se desgastan. En los vehículos más modernos será fácil saber cuándo hay que sustituir ambas piezas, ya que lo indicará el correspondiente testigo. Si no se dispone de este sistema, lo conveniente es revisar el estado de los discos y las pastillas cada 30.000 kilómetros.

Se puede acudir a un profesional o, con paciencia, hacer esta comprobación en casa. Primero, hay que saber el espesor mínimo del disco recomendado por el fabricante. Se desmontan los neumáticos, se mide el disco con la herramienta adecuada, llamada palmer o pinza, y se comparan las mediciones. Si todo está bien, se vuelve a montar el neumático. Eso sí, si el disco está rayado o deformado, aunque cumpla con las medidas, no quedará otra que sustituirlo. Para las pastillas, comúnmente, el grosor debe ser de al menos tres milímetros en la parte delantera y dos en trasera.

Atención al líquido de frenos

Otra manera de saber si los frenos están acusando ya los kilómetros acumulados es prestar atención a los síntomas. Hay varias señales durante la conducción que deberían hacer saltar las alarmas: ruidos o chirridos durante la frenada, sonidos metálicos o silbidos agudos, 'golpes' al frenar...

En este listado hay que incluir también las sensaciones al pisar el pedal del freno. Si se percibe 'esponjoso', el problema estará en el líquido de frenos. Y es que este líquido hidráulico es esencial para que el sistema de frenado de un vehículo funcione correctamente. Es importante cambiarlo cada dos años y comprobar que no haya perdido sus propiedades, por lo que deberá incluirse en la revisión de los frenos del coche antes de salir de viaje.