MUNDIAL DE MOTOGP

Bagnaia lidera el doblete de Ducati en Le Mans

La pareja de la fábrica de Borgo Panigale amenaza con frustrar la proeza que intenta protagonizar mañana Quartararo, convirtiéndose en el primer francés que gana el GP de la categoría reina en casa

Bagnaia

Bagnaia / ALEJANDRO CERESUELA

Emilio Pérez de Rozas

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Cuando en Qatar, Indonesia, Argentina y Estados Unidos, la Ducati oficial, es decir, la ‘Desmosedici’ pilotada por el australiano Jack Miller y el italiano ‘Pecco’ Bagnaia, actual subcampeón del mundo tras el campeón Fabio Quartararo (Yamaha), el chico que espera dar mañana el do de pecho y convertirse en el primer francés que gana el GP de su país de MotoGP, no ganaban, ni siquiera se subían al podio, el italiano David Tardozzi, uno de los responsables de Ducati Corse, aseguraba que no estaba preocupado porque “cuando lleguemos al auténtico Mundial, cuando pisemos Europa, todo cambiarán, ya verán ustedes”.

Y, en efecto, estamos en Le Mans, Francia, y Bagnaia ha conseguido hoy una ‘pole position’ de récord, tremenda, estratosférica, superando por mucho el mejor crono jamás logrado en el popularísimo trazado francés, parando el reloj en 1.30.450 minutos, por delante, ¡vaya, Tardozzi sabía lo que decía!, de Miller. El ‘tercer hombre’, como todos empiezan a denominar a Aleix Espargaró (Aprilia), ha sido el piloto de Granollers, residente en Andorra, que pasea en brazos a su hijo Max. Es la cuarta primera fila del mayor de los Espargaró, que mañana (14.00 horas, DAZN y Movistar) tratará de complicarle la vida a los favoritos.

Con las gradas llenas

Entre los candidatos a la victoria, repito, estará, cómo no, ‘El Diablo’, que ha levantado a sus compatriotas de sus asientos y que mañana correrá ante más de 100.000 ‘motards’, que llevan dos años de sequía por la pandemia. “No he podido meterme en la primera línea, pero tengo ritmo, me siento bien sobre la moto y, por descontando, este es un trazado donde, tal vez, deba arriesgar un poquito más, no mucho pero sí para tratar de dar un alegrón a los míos”, señaló el de Niza.

“He de confesar que si hubiese tenido que fiarme del entrenamiento anterior a la ‘pole’”, comentó Bagnaia ante el micrófono de Izaskun Ruiz, de DAZN, “no hubiese hecho ese tiempo récord, ni siquiera me hubiera podido acercar, pues no sé qué ha ocurrido pero la puesta a punto era horrible y no lograba parar la moto de ninguna manera. Pero…para la ‘quali’ lo hemos cambiado todo o lo hemos hecho al revés y la moto volaba. Estoy muy, muy, feliz, sí”.

Miller pelea por su asiento

Miller, a quien parecen querer quitarle la moto para entregársela, el año que viene, al potente y valiente italiano Enea Bastianini, ahora triunfando en el equipo satélite Pramac, de Ducati, ha hecho también una vuelta suicida. “Me he caído en el ensayo previo y eso me ha hecho perder confianza en el tren delantero y me temo que el neumático medio mañana, en carrera, se calentará mucho y habrá que ir con mucho cuidado”.

Aleix Espargaró, enorme

Ya se sabe que Aleix Espargaró está discutiendo con Aprilia su próximo contrato que el catalán quisiera por dos años más. “He hecho una gran crono y volver a salir desde la primera fila en un trazado como Le Mans, donde no me encuentro demasiado bien porque a mí me gusta hacer correr la moto en curva y no las grandes frenadas, es un gran resultado. Lástima de que me he caído con la moto buena y he tenido que hacer la crono con la segunda moto, que tiene un motor menos potente. La verdad es que ir al límite en este trazado es muy, muy, divertido”.

Los que no se divierten tanto son los del equipo Suzuki y los oficiales de Honda, que están (casi) siempre en la cola de la parrilla. Mañana, las dos máquinas azules arrancarán, en su última carrera en Le Mans (ya saben, la fábrica de Hamamatsu ha decidido retirarse del Mundial a final del 2023) liderando la tercera fila, con Àlex Rins (7º) y Joan Mir (8º). Claro que peor lo tiene la firma alada japonesa, cuyos tres pilotos oficiales (Marc Márquez, 10º; Pol Espargaró, 11º y Takaaki Nakagami, 12º) completarán la cuarta fila, lo que hace casi, casi, imposible pelear por las posiciones de podios, aunque nunca hay que descartar la magia del ocho veces campeón de Cervera (Lleida).

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