EL RESURGIR DE UN NOVATO

Fabio Quartararo, el 'Diablo' de los cielos

El piloto francés ha otorgado a Francia, a los 22 años, uno de los poquísimos títulos deportivos que le faltan con la conquista del cetro de MotoGP

Quartararo fue capaz de resurgir de sus propias cenizas en el año 2018 y convertirse, desde su llegada a la categoría reina, en un piloto muy competitivo

Quartararo

Quartararo / ALEJANDRO CERESUELA

Emilio Pérez de Rozas

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Puede que el deporte sea el espejo donde se reflejan un montón de vidas. E, incluso, donde ocurren cosas que, a menudo, son inexplicables. Tomemos, por ejemplo, lo ocurrido este mismo domingo con el francés Fabio Quartararo, nuevo y flamante campeón del mundo, a los 22 años, tras 116 carreras en el Mundial, después de solo nueve victorias y a punto de concluir su séptima temporada entre los mejores del mundo. Y así, de esta manera tan brillante, Quartararo ha logrado para Francia uno de los poquísimos títulos, cetros y conquista que le faltaba al brillante palmarés del deporte frances, el título de la máxima categoría del motociclismo mundial.

Quartararo, a quien todos apodan el ‘Diablo’, fruto de que ese era el dibujo que había en el primer casco que le compró su padre para ir en moto, estaba llamado a ser el mejor de los mejores, el futuro, el niño que destronaría a los reyes, por ejemplo, al mismísimo Marc Márquez, que fue quien, en el 2019, impidió que se proclamase ya campeón, o casi.

Una vida señalada

Todos los ojos de los gurús y sabios del ‘paddock’ estaban depositados en este niño. Más aún, ahora que le Federación Internacional de Motociclismo ha decidido que no se pueda correr en el Mundial antes de los 18 años, resulta que con este diablillo cambiaron las normas, hicieron trampas, le permitieron ser mayor (o casi) a los 15 años.

Pues bien, sobre ese chiquito, que volaba bajito en moto, tanto que hasta llamó la atención de Emilio Alzamora, el manager de Márquez, muchos se hubiesen jugado la vida (y mucho dinero) que sería campeón de campeones, no de MotoGP, sino de las tres categorías. Y, pocos años después, nada, en el 2018, todos, todos, lo consideraban ya un juguete roto, alguien que había perdido el tiempo, que había perdido las oportunidades que, junto a su padre, Étienne, se habían labrado tras recorrer, de Niza a España, de Niza a Italia, más de 250.000 kilómetros por carretera para entrenarse y competir.

"Me perjudicó mucho que me comparasen a Márquez, pues Marc es único, es un auténtico equilibrista"

— Fabio Quartararo / Piloto oficial de Yamaha MotoGP

Y, sí, sí, aquel niño ganó dos veces el campeonato de España con una mano. “Me perjudicó que me comparasen con Marc. Con 15 años, que me comparasen con él me hizo tener la motivación de ser como él, sí, pero no podía ser como él. ¿Por qué?, porque Marc es único, totalmente diferente a todos nosotros. Marc es un equilibrista”. Fabio reconoce que aquella etiqueta le destrozó. En cuatro años, cuatro motos distintas.

El francés Fabio Quartararo (Yamaha) saluda a los miembros de su equipo tras conquistar el título de MotoGP.

El francés Fabio Quartararo (Yamaha) saluda a los miembros de su equipo tras conquistar el título de MotoGP. / ALEJANDRO CERESUELA

Es evidente que Fabio tiene muchas cosas de esos jóvenes que, en muchos deportes, estaban llamados a ser campeones y jamás lo fuero. Es evidente, cómo no, que todos ellos no lo fueron porque no supieron enderezar sus caminos, fuese dentro o fuera de su deporte, encontrar buenas compañías, entrar en buenos equipos, con buenos asesores. Ese niño, insisto, que se iba a comer el mundo y al que el ‘paddock’ convirtió en el primer comensal del gran banquete de las victorias y los títulos ha terminado conquistando su primer título mundial en MotoGP, tras enderezar su camino.

El gran cambio

“No es mi día, aunque haya ganado una gran carrera, en mi regreso, en un trazado que no me va bien, que es de derechas. No es mi día, no, es el día de Fabio (Quartararo), que ha ganado su primero título y ha tenido que ser en MotoGP, cosa que ya da idea de la grandeza de la gesta. No solo ha sido el mejor, ganando cinco grandes premios, no solo ha sido el más veloz, el más inteligente, el más regular, sino que ha sido el único de los más de 100 pilotos que hay en el Mundial que ha puntuado, más que menos, en todas las carreras. Se merece este momento, esta gloria y, como amigo suyo que soy, le he dicho que lo disfrute, pues no hay nada como ganar tu primer título”. Lo dice Marc Márquez Alentá, poseedor de ocho coronas, el rey con el que fue comparado este hijo de cerrajero y de una peluquera de Niza.

“Sé muy bien donde estuvo el cambio de chip”, confiesa el ‘Diablo’. “No solo fue cuando Speed Up, con quien, en el 2018, logré mi primera victoria en el Mundial, en Moto2, no me presionó ¡jamás! para ganar, sino en el GP de Argentina del 2018. Me clasifiqué en el puesto 28 de la parrilla y el sábado por la noche no podía dormir pensando ‘Fabio o cambias esto o te vas a casa a trabajar con tu padre. Y cambie. Y empecé a ser otro”.

Hasta ser campeón del mundo de MotoGP. “He llorado y grtado durante media hora tras cruzar la meta. Lo puedo decir. Y estoy orgulloso de ello”.

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