Quartararo llega líder de MotoGP a su circuito preferido

Ya no es lo mismo. Ya no es el mismo. Ya no falla. Ya no se desconcentra. Ya no es novato, ni ‘rookie’, ni debutante. Ya es líder. Y favorito. Y, sí, el jefe de Yamaha, después de ocupar el lugar del inmenso, del veterano, del campeonísimo Valentino Rossi en el equipo oficial Monster Yamaha. El francés Fabio Quartararo, que, antes de pisar territorio MotoGP, apenas había ganado una carrera en Moto2 pese a ser llamado por los dioses, dicen, desde que pisó el Mundial en el 2015, se ha convertido en el gran favorito para heredar el título del mallorquín Joan Mir (Suzuki).

El ‘Diablo’ es líder del Mundial grande habiendo ganado tres (Doha, Portugal y Mugello) de las seis carreras que se han disputado y puntuado en las otras tres (fue tercero en Le Mans). Le lleva 24 puntos (casis una victoria) a su compatriota Johann Zarco (Ducati), la gran revelación del 2021, 26 a ‘Pecco’ Bagnaia (Ducati), que se cayó el domingo, en casa, y 31 a Jack Miller (Ducati), ganador en Jerez y Le Mans. Queda mucho, sí, pero Quartararo se ve con fuerza “porque ya no cometo los errores de antes, estoy mucho más concentrado en lo que hago y cómo lo hago y tengo una seguridad grande cuando estoy encima de mi moto”.

Circuito favorito

Y, además, el joven francés, de 22 años, visita este fin de semana Montmeló, el Circuit, Barcelona, Catalunya, su trazado preferido, sin duda, pues en él ha ganado dos de los siete triunfos que atesora en su carrera (2018, en Moto2, su primer triunfo en el Mundial y 2020, en MotoGP).

"Muy contento, mucho, de llegar a Barcelona y olvidar un fin de semana raro, duro, difícil, contradictorio”, señala el ‘Diablo’ antes de pisar el Circuit. “En Le Mans pude hacer un podio en condiciones muy malas. Ahora estamos otra vez mostrando que estamos delante. En las últimas vueltas de Mugello, estaba un poco preocupado por el brazo porque era la carrera más física del año y temí que me doliera, pero, la verdad, no he sentido ni siquiera un poco de dolor, nada”.

Quartararo, como casi el resto de compañeros de parrilla, considera que corrieron como homenaje al fallecido Jason Dupasquier, pero eso no quita para que “me pasase las 23 vueltas de la carrera pensando en él, especialmente cuando llegaba a la curva 9 donde se produjo el accidente”.