LOS PILOTOS DE YAMAHA, INDIGNADOS

Rossi: "Cuando se paró mi moto ni me cabreé, me puse a reir"

Los comisarios de Cheste ayudan a Valentino Rossi a retirar su Yamaha averiada.

Los comisarios de Cheste ayudan a Valentino Rossi a retirar su Yamaha averiada. / periodico

Emilio Pérez de Rozas

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Es verdad que tres de sus pilotos, los que han conseguido ganar carreras este año, es decir, el francés Fabio Quartararo (segundo, a 37 puntos del mallorquín Joan Mir, de Suzuki, cuando aún quedan 50 en juego), el catalán Maverick Viñales (cuarto, a 41) y el italobrasileño Franco Morbidelli (quinto, a 45 puntos) pueden conquistar, matemáticamente, el título mundial de MotoGP, pero ellos saben, junto al mito italiano Valentino Rossi, su otro compañero de equipo en Yamaha, que tanto Mir como el catalán Alex Rins (segundo, a 37 puntos) tienen las de ganar. ¿Por qué?, porque ellos son jóvenes y suficientemente preparados, y porque pilotan una Suzuki, la mejor moto de la parrilla de MotoGP, ausente el campeonísimo Marc Márquez y su Honda rebelde.

Es por eso, por la desesperación que acumulan al no entender qué le ha ocurrido este año a la Yamaha y, sobre todo, el caos reinante en el seno del departamento de competición de la firma de los diapasones, así como su gestión deportiva y técnica, que ha terminado con una sanción por haber hecho trampas, que, a falta de los grandes premios de Valencia, en Cheste, y Portugal, en Portimao, los pilotos de Yamaha han empezado a despotricar de su fábrica.

El desconsuelo de Rossi

“Yo he de reconocer que, el pasado domingo, cuando, después de todo el esfuerzo que hice para superar los test del Covid-19 y correr la carrera que me hacía mucha ilusión, cuando se paró mi moto en mitad de la pista ni siquiera me cabree. Es más, me puse a reir. Me dijeron que fue un problema electrónico, nada de romperse el motor, no”, comenta Rossi, que, además de perderse la dos carreras de Aragón, en Motorland, por haberse contagiado, no ha podido terminar otras cinco por caídas o abandonos.

“La situación no es fácil, porque parece que no entendemos cómo funcionan las gomas y, encima, tenemos problemas de fiabilidad”, señaló el ‘Doctor’, que añadió con dolor: “Creo que tenemos mucho que aprender de Suzuki. Ambos usamos un motor cuatro en línea, que decían era un concepto de motor antiguo, pero han demostrado que ese no es el problema. MotoGP ha cambiado mucho en los últimos cinco o seis años, en algunas cosas es más parecido a la F-1, pero Yamaha no ha dado este paso adelante. Los ingenieros que trabajan con los motores en Yamaha deben entender esto, nuestros rivales no sólo están por delante de nosotros a nivel técnico, también desde un punto de vista de la ingeniería".

Un oscuro 2021

El problema es que, por culpa de la pandemia y para frenar las grandes inversiones en I+D, hay un pacto entre los fabricantes de que las motos del 2020 serán las motos del 2021 y, por tanto, ningún equipo podrá hacer evoluciones revolucionarias para la próxima temporada. “El motor está congelado, pero eso no debe ser una excusa. En MotoGP, se pueden hacer muchas cosas para mejorar el motor con los elementos de su alrededor. Con la electrónica, con los escapes y demás. Si Yamaha trabaja bien, creo que podemos mejorar el motor a pesar de la congelación. Por muchos años se ha dicho que el problema de la Yamaha era que el motor era un cuatro cilindros en línea, pero la Suzuki también lleva uno”, señaló.

Viñales, por su parte, también es tremendamente sincero con el comportamiento de su Yamaha y siempre ha sido muy crítico. “Nuestro problema no es el Mundial, sino que estamos muy lejos de los puestos de cabeza, de la mejor moto y los mejores pilotos. La moto no da más de sí. No quiero decir nada mal dicho. El objetivo es ser la mejor Yamaha. Esta temporada Suzuki lo está haciendo muy bien y nosotros estamos perdiendo el Mundial”. Y, por lo que hace referencia a la próxima temporada, el piloto catalán mostró su incertidumbre, pero poco más: “No sé qué va a pasar con la moto de 2021, no tenemos más información por parte de Yamaha. Hay que encontrar algo para que los neumáticos funcionen. No sé si trabajar con las suspensiones o qué. Pero cuando no hay adherencia vamos muy lentos”.

Sin explicación alguna

Es evidente que, posiblemente, quien más desconcertado está ante esta situación sea el francés Fabio Quartararo, no solo porque fue el primero que se puso líder del Mundial, arrasando en las dos carreras de Jerez, sino porque está comprobando que, después de ser l ‘rookie’ del 2019, está perdiendo la posibilidad de ganar el título en su segundo año en MotoGP, justo los mismo que atesora Mir, que sí lo va a ganar.

“Mis resultados de este año son muy difíciles de aceptar”, señala el ‘Diablo’. “El Mundial no está decidido, pero no podemos pensar en él en estos momentos. Tanto Mir como Rins parecen imbatibles en estos momentos. Mientras que Yamaha está siendo muy irregular, Suzuki siempre está arriba y eso que solo tiene dos motos”, resumió el piloto del ‘team’ Petronas.

“Nosotros pasamos de ganar una carrera a irnos muy atrás en la siguiente. Si comenzamos un fin de semana y me siento bien desde el primer ensayo, entonces podemos mejorar la moto paso a paso. Pero si de entrada no me encuentro bien, entonces nos perdemos completamente”, añadió Quartararo, que acabó reconociendo, con gran dolor, que “el año que viene tendremos que cambiar muchas cosas porque parece que las otras fábricas trabajan mucho mejor que Yamaha”.