EL MUNDIAL DE MOTOCICLISMO

El mundo muestra su admiración por el 'capitán' Márquez

Carlos J. García, fisioterapeuta personal de Marc Márquez, en una sesión de recuperación del heptacampeón catalán.

Carlos J. García, fisioterapeuta personal de Marc Márquez, en una sesión de recuperación del heptacampeón catalán. / periodico

Emilio Pérez de Rozas

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Lo de Marc Márquez no tiene nada de exagerado. Se puede analizar (o explicar) con los números en la mano: 26 años, siete títulos, 196 grandes premios, la friolera de 125 podios, es decir, casi vive en el ‘cajón’, 76 victorias --ya ha empatado con Mike Hailwood y va a la caza de Ángel Nieto (90)Valentino Rossi (115) Giacomo Agostini (122)--, 86 ‘poles’ (nadie tiene tantas) y esteaño, seis victorias de 10 carreras (Argentina, Jerez, Le Mans, Barcelona, Alemania y Brno) y tres segundos puestos (Catar, Mugello y Assen).

Se puede hablar de sus gestas, si quieren. De cómo el mundo quedó admirado, el pasado sábado, cuando, sobre una pista resbaladiza, un auténtico espejo, logró la ‘pole’, en Brno, con neumáticos de seco, mientras en su boxe rezaban “para que llegase sano, no para que hiciese la ‘pole’”, reconoció Santi Hernández, su ingeniero. O de cómo arrasó, en Sachsenring, por décimo año consecutivo, superando la marca estratosférica de Giacomo Agostini, vencedor nueve años seguidos en Imatra (Finlandia).

"Marc sería el capitán que escogeríamos todos para que llevase el brazalete del equipo, porque él es quien siempre está atento a todo y cuida de todos"

Santi Hernández

— Ingeniero del heptacampeón en el equipo Repsol Honda

Lo que Márquez, de 26 años, está haciendo desde que aterrizó en el Mundial (2010) hasta que empezó (2013) a romper los récords de precocidad que tenían Freddie Spencer y Kenny Roberts en MotoGP, no tiene parangón y le ha convertido, a ojos de todos los expertos, en un piloto que está marcando una época. La admiración que Márquez, que ayer volvió a ser el más rápido en Spielberg (Austria), ha sembrado en el Mundial empieza a superar la de esas leyendas a las que se le compara (la última Hailwood) “motivo de orgullo para mí, pero algo que me sonroja y que lo único que demuestra es que estoy en el buen camino, nada más”.

“Marc es uno de los más grandes dominadores de la historia y, si yo fuese Rossi o Agostini, empezaría a buscarme algún amuleto, pues Marc tiene toda la pinta de superarlos en la próxima década. Yo no veo a nadie que sea capaz de frenarle”, cuenta Carlo Pernat, descubridor de Valentino Rossi. “Además, Honda ha terminado proporcionándole una moto que corre tanto como la Ducati y Marc ya no tiene que arriesgar tanto para ganar. La demostración de eso es que este año se cae mucho menos que el año pasado”, dice Pernat. En efecto, Márquez se cayó 23 veces el pasado año. A mitad de campeonato, el pasado año sumaba 11 caídas ¡este año solo 6!

La experiencia, vital para ganar

“Marc sigue siendo el mismo niño, el mismo joven, que cuando empezó. Tiene un don y lo ha cultivado. Tiene grandes virtudes y las ha perfeccionado. Es humilde y no cesa de aprender, de preguntar, de escuchar. Es una esponja. No importa las carreras que gane o los títulos que acumule, él sigue fiel a su familia y a su equipo”, señala Emilio Alzamora, manager de los hermanos Márquez. “Lo que ocurre es que, a esas virtudes, ha añadido, con el paso de los años, una grandiosa experiencia que le permite medir más y mejor el riesgo a asumir. En eso ha dado un salto brutal”.

"Si yo fuera Rossi o Agostini buscaría un amuleto, porque veo a Marc capaz de superar todos sus récords"

Carlo Pernat

— Descubridor de Valentino Rossi

Alzamora asegura que el crecimiento de Marc ha ido parejo al entendimiento con Honda y, por supuesto, al trabajo de su extraordinario equipo dirigido por Santi Hernández. “Honda se dio cuenta de que debía seguir las indicaciones de Marc para crear y desarrollar la moto. Marc, con el paso de las carreras, se ha convertido en un piloto muy fiable, perfecto a la hora de transmitir las sensaciones que siente sobre la moto, lo que necesita y precisa para ganar. El equipo lo traslada a Honda y la moto mejora. No hay más secreto: la sensibilidad de Marc, el método del equipo y la implicación de la fábrica”. Cuando ponen en manos de Márquez la moto que ha pedido, Marc arrasa.

El gran capitán

“Alguna vez he comentado que Marc es el Messi de las motos, pero lo es, sí, lo es. Si esto fuese un equipo de fútbol, Marc sería el mejor capitán posible, sería quien luciría el brazalete, el elegido por todos nosotros para ser el gran capitán”, explica Hernández, que empezó a trabajar con él en el 2011 y el primer día que habló con Marc “ya me hizo un comentario sobre la moto que me dejó boquiabierto. Es más, lo voy a decir: he aprendido yo más de él, que él de mí”.

“El capitán no dirige, el capitán está al mando de todo, es quien nos baja los humos cuando nos venimos arriba y quien nos anima cuando algo sale mal. Es quien pone equilibrio en el caos, quien sabe tratarnos a cada uno como debe, quien nos une a todos en busca de nuestro objetivo, que no es otro que ganar el título”, señala Hernández, que añade: “El capitán aparece en los momentos difíciles pues, en las victorias, todo fluye, todo es fácil. Es en los malos ratos cuando el capitán muestra su mejor sonrisa, la de siempre, la que no le abandona nunca, y levanta al equipo”.

"A todas las virtudes que atesora, Marc ha añadido algo extremadamente importante: la experiencia. Ahora lo controla todo alrededor de su moto"

Emilio Alzamora

— Manager de Marc y Àlex Márquez

“A día de hoy, Marc no tiene rival”, señala Àlex Crivillé, primer español en ganar el título de MotoGP (1999). “Es Marc contra Marc. Los demás pilotos parecen haber lanzado la toalla y hacen bien, es invencible. Demuestra tal superioridad y más ahora que tiene una gran Honda, que ven imposible derrotarle”. “La demostración de poder, de control, de pilotaje que hizo Marc, el sábado, en Brno, haciendo la ‘pole’ con neumáticos lisos en una pista mojada, demuestra que está a años luz de los demás, que no tiene miedo a nada ni nadie y que ganará, de nuevo, el título. Marc era el único ¡el único! que no tenía por qué arriesgar ese día y fue el único ¡el único! que se la jugó. ¿Por qué?, para demostrar que es el mejor”, señala el norteamericano Randy Mamola, cuatro veces subcampeón del mundo de 500cc.

La admiración de Honda

Hace uno días, después de que Márquez ganase en Sachsenring (Alemania), el ingeniero japonés Takeo Yokohama, líder del proyecto de Honda, explicó que Marc había trazado una curva con 65 grados de inclinación, rompiendo con todas las leyes de la gravedad. “Nuestros ingenieros en Japón se quedaron boquiabiertos. Llevan días y días analizando los datos y les parece imposible. Ha roto todos nuestros cálculos. Nos ha roto los esquemas. Es más, creemos que un día inclinará 70 grados”, contó Yokohama.

"Nuestros ingenieros no entienden cómo Marc puede trazar las curvas con 65º de inclinación. Y hay quien dice que puede llegar a los 70º"

Takeo Yokohama

— Jefe del proyecto Honda de MotoGP

“Hemos repasado los datos mil veces porque no nos parece real. Nuestra tecnología no se pone en cuestión”, insiste Yokohama. “Tenemos un departamento de I+D impresionante, con decenas de ingenieros, estamos a la vanguardia en todos los sectores pero, al final, Marc siempre nos sorprende. Estamos en sus manos. Su pilotaje es increíble y es él quien nos marca el camino. Le escuchamos y tratamos de darle lo que necesita. Esperamos no defraudarle”.