ESCÁNDALO EN EL CIRCUITO DE JEREZ

"Ese comisario es un tío fantástico al que se le fue la olla dos segundos"

Dos de los 60 comisarios que hoy han supervisado el test de MotoGP en el circuito de Jerez.

Dos de los 60 comisarios que hoy han supervisado el test de MotoGP en el circuito de Jerez. / periodico

Emilio Pérez de Rozas

Emilio Pérez de Rozas

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Las imágenes, difundidas por un ‘tuitero’ a nivel mundial, donde Raúl, el comisario que le sostuvo la Suzuki al catalán Àlex Rins cuando éste se detuvo en una de las curvas de Jerez para celebrar su segundo puesto con la afición y le robó la funda de tela del depósito del líquido del freno delantero, una pieza insignificante, que no vale ni dos euros y que tiene bordada la letra S de Suzuki y el número 42 del propio Rins, provocó un auténtico escándalo en el circuito andaluz y, sobre todo, dejó en muy mal lugar, no solo a la organización andaluza sino al colectivo de comisarios, siempre generosos, siempre espléndidos, que viven con entrega y enorme voluntarismo la ‘profesión’ de asistentes en los grandes premios en los puntos más delicados de cada uno de los trazados que albergan carreras del campeonato del mundo.

Un comisario muy experto

“Puedo decirlo con la cabeza muy alta y usted puede o no creerme, pero Raúl es un tipo estupendo, fantástico, generoso y muy, muy, entregado a este ‘trabajo’ entre comillas, pues ninguno de nosotros vive de esto, ni siquiera cobra, y solo puedo decir que es un tío estupendo al que se le fue la olla durante dos o tres segundos”, señala uno de los comisarios más veteranos de Jerez, mientras Marc Márquez (Honda), vencedor de la carrera, y Àlex Rins (Suzuki), protagonista sin querer del altercado, ruedan este lunes en el test postcarrera en el trazado andaluz.

“Raúl no es un cualquiera, lleva 20 años haciendo esta función y no solo en Jerez, pues él pertenece a una pandilla de familiares y amigos que van a Cheste, Motorland, Estoril y donde tengan que echar una mano”, insiste otro compañero del comisario de Jerez, mientras saluda a Alberto Puig, team manager del equipo Repsol Honda, que pasea por el vial del trazado andaluz con una fabulosa bicicleta de carretera. “El problema es que Raúl, con su gesto, del que no solo se ha arrepentido sino que le ha provocado, fijo, una crisis tremenda, nos ha dejado en muy mal lugar a todos. Y eso sí que me parece intolerable”.

Raúl, tal vez, quién sabe, igual pretendía utilizar como pulsera o guardársela como recuerdo, pero la devolvió dos horas después de finalizada la carrera. Eso sí, un representante de Suzuki se presentó, después de descubrir las imágenes, en Dirección de Carrera para denunciar el hecho y pedir explicaciones, aunque la intención era presentar una denuncia. Desde Dirección de Carrera y la propia organización del gran premio (por supuesto, también desde el Circuito de Jerez), se le garantizó al representante del equipo japonés que “en pocos minutos” se le devolvería la prenda. Y, sí, al poco rato, un miembro de la organización y el propio Raúl acudió al ‘hospitality’ del equipo azul, devolvió la pieza, pidió disculpas, tremendamente afectado, y el equipo no tuvo problema en zanjar el asunto y darlo por olvidado.

Las risas de Rins

El propio Rins había bromeado en la sala de prensa minutos antes al comentar que estaba seguro de que, en cuanto volviese a su boxe, entraría en Wallapop y encontraría la fundita “al precio de 5.000 euros”. “Yo, si quiere, se la compro, es más, me haría ilusión tenerla y hasta puedo cambiársela por una rodillera gastada, que se venden muy bien y tienen un gran valor como recuerdo”. No hizo falta, una hora después, el propio Raúl, compungido, había ya devuelto el artículo robado.

“Raúl es archiconocido en todos los circuitos”, señala otro de los comisarios presentes este lunes de test en la pista andaluza. “Es más, conoce a muchísima gente del equipo Repsol Honda y hasta ha compartido más de una cena en Jerez, en Cheste y Motorland con Juliá, el estupendo y simpatiquísimo padre de Marc y Àlex Márquez. De verdad, créanos cuando le decimos que no tiene sentido lo que ha hecho, que se le ha ido la olla dos segundos y punto. Sé que para ustedes no es lo mismo, pero para nosotros está tan mal hecho lo que hizo el domingo Raúl como lo que hizo aquel otro comisario argentino, en Termas de Río Hondo, cuando, hace un mes, se hizo un selfie y jugueteó con la Yamaha de Valentino (Rossi), mientras el italiano iba a saludar al público. A mí, los dos gestos, me parecen lamentables”.

Entregados a los pilotos

En el último puesto de comisarios consultado hoy por EL PERIÓDICO para sondear la opinión de los compañero de Raúl, los dos asistentes presentes consideraron que “nosotros representamos, no solo a un colectivo, sino a una ciudad, a una organización, a un circuito, a un gran premio, a un Mundial y no podemos hacer eso por más tentados que estemos de disfrutar de nuestro privilegiado puesto de trabajo en un GP”.

“Usted ha de tener en cuenta”, dice el último comisario sondeado, “que nosotros somos los primeros en atender a los pilotos cuando se caen, los primeros en ayudarles, en asistirles y, por qué no decirlo, en consolarlos. Cuando se caen, ellos dejan, a veces, muchas lágrimas en nuestros hombros, especialmente los más jóvenes, los casi niños, y, por tanto, debemos seguir ofreciéndoles confianza. Los pilotos no pueden dudar de nuestra profesionalidad. Y el gesto de Raúl nos ha hecho mucho daño, mucho, y será difícil recuperarnos de algo así, pues las redes sociales han sido durísimos con él y con todos nosotros”.