UN CATALÁN QUE TRIUNFA EN EEUU

Toni Elías, el nuevo 'Capitán América'

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Emilio Pérez de Rozas

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Todo el mundo puede tener un sueño americano. Al fin y al cabo, Estados Unidos ha nacido, ha vivido, sobrevive gracias a ese impactante eslogan que lo define, que les define, como «el país de las oportunidades». Ya saben, de lavacoches a presidente de Estados Unidos. Actualmente, por desgracia, tenemos un claro ejemplo, pero mejor dejar ese tema para los expertos.

Toni Elías no era un lavacoches, ni un donnadie en el mundo de las carreras, de las motos, de la velocidad, ¡de la máxima velocidad! Era un campeonísimo. Era uno de aquellos portentos que Alberto Puig creó, educó, formó en la Movistar Cup de la que su mayor exponente fue el también ligero, Dani Pedrosa.

Elías fue el primer campeón del mundo de Moto2 (2010), en el equipo del no menos campeón Fausto Gresini, otro escultor de grandes pilotos. Elías, nacido en Manresa hace 36 años, hijo de Toni, un loco del motocrós, la mecánica y las carreras, y la adorable Mei, lo intentó por activa y por pasiva en MotoGP. Y brilló, pero no campeonó.

Así se cumplió el sueño

Y cuando estaba harto de intentarlo, decidió quedarse en Manresa, junto a los papis y su hermana Laura. Y un día del verano del 2016, recibió una llamada de Estados Unidos. Era el equipo Suzuki Factory Racing, que estaba harto de perder carreras en el campeonato AMA (ahora MotoAmérica) de Superbikes, a manos de Yamaha. Llevaban cuatro años sin ganar.

«Se nos ha lesionado nuestro piloto. ¿Cogerías un avión Barcelona–Los Ángeles y nos ayudarías a poner a punto nuestra moto, el vuelo es directo?» Y Elías cogió el mono, las botas, el casco de la estrella, su dorsal 24, del que no se separa ni durmiendo (lo lleva tatuado), y se montó en el avión. «Mi último sueño, la noche antes, fue retirarme. Lo tenía claro. Estaba muy harto, mucho. Pero me dije, venga Toni, aún te gusta ir en moto. Vete, disfruta y que sea lo que Dios quiera».

Lo que Dios quiera, puede. Lo que quiso Elías, fijo. Y lo quiso todo, todo, todo. Desde aquel día, créanme, es todo un ídolo del motociclismo norteamericano. Cierto, deporte menor junto a la NBA, béisbol, fútbol americano, hockey sobre hielo, NASCAR, Indy… son una porción muy pequeñita (de momento) del pastel deporte-espectáculo yankee. Pero acaban de entrar en FOX TV y eso es otra dimensión, siempre de la mano del campeón Wayne Rainey, que se está dejando las cejas para que sus compatriotas amen las carreras de motos.

Salió y arrasó

El caso es que Elías llegó con su casco estrellado y, a los cinco días, había inundado el firmamento californiano de astros, asteroides, cometas y meteoritos con su nombre. Probó la Suzuki, lo vieron pilotar a lo Márquez, con el codo, la rodilla y hasta el culo por el suelo. Fliparon tortillas de patatas. La moto se convirtió en una bala gracias a sus consejos y al entusiasmo de un equipo que empezaba a ver el final del túnel.

«Bueno, gracias, han sido tres días fantásticos», le comentaron desde el team. «Vale, pues nada, encantado», añadió Toni. «… bueno, ¿sabes qué?, el domingo tenemos dos carreras en Austin, ¿te quedarías? ¿te apetece probar?, creemos que puedes ganar». «Venga, sí, lo que queráis, me quedo encantado», dijo el manresano. Salió y ganó.

Salió y ganó. Perdón, arrasó. Ganó las dos mangas de Austin. En una semana, Elías se había adueñado del campeonato y vuelto loco a su equipo. Ganó el título AMA a los pocos meses, es decir, en el 2017, fue subcampeón el pasado año (el cetro fue para Cameron Beaubier, de Yamaha, y él fue subcampeón) y, desde hace dos meses, lidera el campeonato MotoAmérica, tras ganar, el sábado, ante sus excolegas de MotoGP en Austin.

"Les encantó cómo pilotaba y ahora todos me han copiado. El caso es que, de momento, no me pelan, pero hay una gran igualdad"

Toni Elías

— Campeón del AMA 2017 y lider de MotoAmérica con Suzuki

¿Se puede llamar a eso un sueño? ¿Se puede decir que Elías triunfó en el país de las oportunidades? ¿Se puede recordar que estamos ante uno de los grandes, pese a ser el más pequeño de la parrilla? Se puede decir y hay que contarlo. Elías hace un mes que es padre. «Tenemos un mini-Toni en casa. Cristy, mi pareja, es maravillosa. Norteamericana, sí». Y Toni sabe que Toni y Mei, sus padres, son tremendamente felices en la distancia.

Toni tiene a su hermana Laura con él. Le hace de mánager. No se separan ni un minuto. No quieren. No pueden. Incluso están diseñando zapatos para fabricar en Italia. Ese es un segundo sueño emprendedor. Pero hay un problema. O puede haberlo. Oigo risas en la carpa del Suzuki Factory Racing antes de contarlo. Ni me lo puedo imaginar.

Lo más curioso de la experiencia USA de Elías es que el novio de su hermano Laura es uno de sus rivales más duros de ganar

«No, hombre, no, no es un problema. ¿O sí? Sí, sí, puede acabar siéndolo». Carcajadas. ¿Lo sueltas o no, Toni? «Veras, Laura, mi hermana, y Garrett Gerloff, uno de mis rivales en pista, oficial de Yamaha, se han enamorado, son novios. ¡Dios! Entrenamos juntos de vez en cuando, nos damos caña en la pista. De momento, mientras no me pele, no habrá problema. En cuanto me gane, no sé qué haré».

El otro problema que tiene Elías, por ser tan bueno, tan agresivo, tan ganador, es que, al igual que ocurrió con Márquez, cuando aterrizó en MotoGP en el 2013, todo el mundo ha empezado a copiarle. «Y antes, no se acercaban pero, ahora, empiezan ya a ser casi tan buenos, o más, que el original. Imitan, copian y, a veces, me pelan».

A Elías le encanta California, su estilo de vida. Se ha instalado en Hermosa Beach, en la playa de Los Ángeles. Surfea sobre las crestas de las olas, no tan veloz como sobre el asfalto, pero es un norteamericano más. Capitán América, vamos.