MUNDIAL DE MOTOGP

Rossi y Yamaha no saben como salir de la crisis

Valentino Rossi (Yamaha), durante la conferencia de presentación del GP de Austria.

Valentino Rossi (Yamaha), durante la conferencia de presentación del GP de Austria. / .44601998

Emilio Pérez de Rozas

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No hay mucha gente en el ‘paddock’ del Mundial de MotoGP que elogie, en estos momentos, a Maverick Viñales. Todo lo contrario, los expertos, la crítica, la gente que sabe de esto más bien comenta que el joven piloto catalán ha perdido totalmente el rumbo y que el despido diferido de su técnico, Ramon Forcada, capaz de ayudar a Jorge Lorenzo a ganar sus tres títulos mundiales de MotoGP con esa misma Yamaha, es el síntoma de que ‘MVK’ está totalmente desorientado y que le costará mucho levantar cabeza. Es quinto del Mundial, a 88 puntos de Marc Márquez (Honda) tras acabar segundo en EEUU y tercero en Holanda y Alemania.

Sin embargo, los elogios le siguen lloviendo a Valentino Rossi, que, a sus 39 años, es decir, 16 años más viejo que Viñales, está siendo considerado, sin duda, el cuarto hombre de la temporada tras Márquez y los ‘ducatistas’ Jorge Lorenzo Andrea Dovizioso. Cierto, el ’Doctor’ lleva, como Yamaha, 21 grandes premios sin ganar, pero su papel, siempre regular, siempre esforzado, le mantiene segundo de la general, ahora ya a 59 puntos, más de dos triunfos (50) tras un segundo puesto (Alemania) y cuatro terceros (Catar, Francia, Italia y Catalunya).

De cualquier modo, el papel de Yamaha y sus dos pilotos oficiales está siendo un desastre y lo que más llama la atención en el Mundial, al margen, por supuesto, del ‘despido’ en diferido de Ducati contra Jorge Lorenzo, al que no renovaran y que permitió el fichaje del tricampeón mallorquín por Honda para las dos próximas temporadas. En ese sentido, hay quien asegura que Lorenzo acabará arrebatándole a ‘Vale’ el subcampeonato, que ahora pertenece a un irregular ‘Dovi’, y que Yamaha, que ya ha caído a la tercera plaza en el Mundial de constructores (Honda, 236 puntos; Ducati, 208 y Yamaha, 183), tiene muy difícil ser campeón de marcas.

Todo son justificaciones

Por todo este caos, Koji Tsuya, líder del proyecto Yamaha en MotoGP, pidió, el pasado sábado, disculpas a sus pilotos por haber errado el camino. Hay quien dice que su jefe, Kouichi Tsuji, presidente de Yamaha Factory Racing, está seriamente preocupado por la situación. Tal vez por ello, el británico Lin Jarvis, manager del equipo y hasta ahora escondido, ha declarado a ‘La Gazzetta dello Sport’ que “cometimos el error de infravalorar la centralita única, escogiendo un camino equivocado, pero somos Yamaha y nos levantaremos”.

"Cometimos el error de infravalorar la centralita única, escogiendo un camino equivocado, pero somos Yamaha y saldremos adelante"

Lin Jarvis

— Manager del equipo Movistar Yamaha

La decisión de hacer dos test urgentes en las próximas semanas, el primer en Misano dentro de ocho días y, el siguiente, en Motorland, es una manera de intentar recuperar el tiempo perdido aunque se sabe que para esos entrenamientos (al primero también acudirán Ducati, Aprilia, Suzuki y el equipo ‘satélite’ de Honda, LCR), Yamaha no tendrá material nuevo que probar, aunque sí podrán repasar la manera de trabajar de la centralita y sacar sus conclusiones de cara al sprint final del campeonato. Todo parece indicar que en el box de Ducati volverá a estar, en el test de Misano, el ingeniero Michele Gadd, un experto en la centralita procedente de Superbikes, que ya ayudó a la firma de Borgo Panigale en Brno.

Viñales apenas habla de la situación aunque lamenta “no saber muy bien lo que ocurre y, sobre todo, no divertirme nada en carrera”. Rossi lo tiene algo más claro aunque espera una reacción inmediata de su fábrica. “Está muy bien que nos pidan disculpas, es estupendo, pero deben reaccionar ¡ya!, Yamaha no puede pasar tanto tiempo sin ganar”. El ‘Doctor’ intuye que, pese a que el nuevo chasis va muy bien, hay un problema de motor, de aceleración, de desgaste de la rueda trasera y, por supuesto, de entender cómo mejorar la moto a través de la electrónica.

Para alguien que, pese a que lleva nueve años esperando su décimo título mundial, sabe lo que se trae entre manos, empezar una carrera en el puesto 14º y terminarla en el sexto, no es una heroicidad y, por tanto, tampoco pretendió vender su remontada como una gesta. Al fin y al cabo, pasó a los que tenía que pasar y acabó detrás de los que tenía que acabar. “Me divertí, pues hice muchos y entretenidos adelantamientos, pero no es nuestra clasificación ideal, no. Todo el mundo espera que los dos pilotos de Ducati me saquen del segundo puesto de la clasificación general en las próximas carreras, pero yo pienso defenderme con uñas y dientes”.

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