LA REVELACIÓN DEL MUNDIAL DE MOTOS

Luca Marini, el gen de la velocidad es de 'mamma' Stefania y no de Rossi

Luca Marini y Valentino Rossi, conversan en la conferencia de prensa de Brno.

Luca Marini y Valentino Rossi, conversan en la conferencia de prensa de Brno. / .44602142

Emilio Pérez de Rozas

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La rivalidad entre Valentino Rossi y Marc Márquez, los grandes mitos actuales de MotoGP, ha llegado, sin querer, sin apenas darnos cuenta, hasta el extremo de que todo lo que se decía o comentaba de Àlex Márquez, el 'hermanísimo', el hermano pequeño de Marc, empezó a comentarse en su momento de Luca Marini, el hermano del ‘Doctor’, con quien comparte la misma madre, Stefania Palma, la mujer que más sabe de motos y carreras del mundo, aunque jamás, nunca, se ha vanagloriado de ellos.

Luca, que hoy cumple 21 años, sí, sí, hoy, es hijo de Stefania y Massimo Marini, un psicólogo romano; Valentino, de 39 años, es hijo de Stefania y Graziano Rossi, expiloto de motos. Massimo es tremendamente feliz de tener un hijo piloto; Graziano, aún más, pues tiene al que, durante muchos años (hasta el 2010), había sido el piloto invencible. Llegaron Jorge Lorenzo (2010, 2012 y 2015)Casey Stoner (2011) y, cómo no, Marc Márquez (2013, 2014, 2016 y 2017) y el ‘Doctor’ dejó de ganar títulos. Graziano sufre ahora un problema añadido: el mundo acaba de descubrir que el gen de la velocidad es de ‘mamma’ Stefania y no de papá Rossi. La prueba: Luca Marini Palma.

Marini ya es un gran piloto

Y, sí, también se decía que Àlex Márquez estaba ahí, en el Mundial de motociclismo, porque era el hermano de Marc. Y ¡zas!, ahí estaba, sí, ganando el título mundial de Moto3, que no lo tienen muchos, no. De Luca Marini se llegó a comentar algo parecido, pero ni ‘Vale’, ni ‘mamma’, ni, por supuesto, el muchacho veloz dio importancia a esos comentarios tan desafortunados. Llegado el momento de la madurez, Marini ha demostrado ser todo un ‘pilotazo’. Como el pequeño Márquez. “Nunca me ha importado que me vieran como el hermano de Rossi, estoy muy orgulloso, mucho, de ello. ‘Vale’ es una parte importante de mi vida”, le comentó Marini a El Periódico, tras su segundo puesto en Brno. “Nunca me he sentido un recomendado, nunca me he sentido un enchufado y nunca nadie me ha dicho algo así”.

Marini, que descubrió tarde su pasión por las motos, entre otras razones porque le gustaban más otros deportes y también, como él mismo explica, “porque siempre tuve lejos a Valentino, ya que, cuando yo tenía cinco años, él ya tenido 23 y era imposible estar con él. Viajaba de vez en cuando con mamá a algún gran premio, me lo pasaba bien, él nos atendía cuando podía, pero hasta que no he sido joven, adulto, no he podido compartir con él el día a día, descubrir las motos, entrenarme y recibir sus enseñanzas”, recuerda Marini, que es uno de los jóvenes que ‘Vale’ tiene bajo su protección en el Sky Racing Team VR46.

Los consejos de Santi Mulero

Buena parte de las enseñanzas y sabiduría motociclista que posee Luca, un muchacho al que le encanta leer “aunque me cuesta acabar los libros”, estudiar y ver cine de ficción, las adquirió en el Campeonato de España de la mano de Santi Mulero, el técnico que hizo bicampeón del mundo de 250cc a Sito Pons, en los años 1988 y 1989. “Santi es, sin duda, uno de los técnicos mejores que hay en el Mundial y, en estos momentos, se está demostrando con Lorenzo Baldasarri. Santi me enseñó buena parte de las cosas que sé y, sobre todo, me ha intentado ceder buena parte de su experiencia y cómo trabajar para poner la moto a punto. No teníamos una moto muy competitiva, pero lo que aprendí en el tiempo que estuve con Santi me ha hecho más fuerte ahora”, comentó Marini a este diario, en Brno.

"Un podio pueden conseguirlo muchos pilotos. Dos seguidos ya es otra cosa. Si gano, la gente pensará que puedo ganar siempre y eso es muy difícil, mucho"

Luca Marini

— Piloto oficial del equipo Sky Racing Team VR46

Los últimos dos grandes premios han sido una auténtica locura para Luca, que tiene una cabeza muy bien amueblada y reconoce que no hay día que no hable con ‘mamma’ Stefania para explicarle, al detalle, todo, absolutamente todo, lo que ha hecho en el box, en el entrenamiento y/o en la carrera, “porque mamá, que no se ha separado de mí en todos estos años de aprendizaje, sabe muchísimo de motos y me ayuda cantidad”. Tras el segundo puesto de Brno, Luca le envió tres washaps a mamá y, al día siguiente, repasaron la carrera, dos o tres veces, en casa, ya en Italia. También Rossi, en su etapa juvenil, llamaba cada día, ¡cada día!, a ‘mamma’ para informarle de todos los detalles de la sesión de entrenamiento, estuviese donde estuviese del mundo.

La gesta de Brno

El mimetismo entre hermanos es de tal nivel que Luca estuvo a punto de conseguir algo insólito y es ganar su primer GP en el mismo lugar, Brno, que lo hizo Rossi, hace 22 años, con su Aprilia de 125cc, en 1996, cuando terminó siendo campeón. Marini logró su primera ‘pole’ (igual que ‘Vale’) en el trazado checo y, en una demostración de que va camino de ser un gran piloto y, probablemente, campeón, sumó su segundo podio consecutivo. El primero había sido, quince días antes, en Alemania (Sachsenring), donde fue tercero y, hace seis días, en Brno, acabó segundo tras una última vuelta prodigiosa con el portugués Miguel Oliveira, líder de KTM, que le ganó por un par de metros en la línea de meta.

“Ya cuando acudí el sábado a la conferencia de prensa donde estaban los grandes pilotos de MotoGP, me sentí el rey del mundo”, seguía explicando Marini a El Periódico. “Luego, tras la carrera, aún era más feliz, pese a que se me había escapado la victoria por poco. Pero, ahora lo que debo hacer es dar pasos poco a poco y, para mí, la pelea que mantuve con los grandes de Moto2, especialmente Miguel y Peco (Bagnaia), los dos líderes del Mundial, me lleno de orgullo”.

Intentar ser mejor cada día

Marini cree que este segundo podio es la confirmación de que está en el buen camino para, la próxima temporada, pelear por el título mundial. “Un podio lo tienen muchos pilotos e, incluso, puede ser fruto de la casualidad, en el sentido de que puede producirse una carrera en lluvia o con muchas bajas y tú estar ahí y subirte al podio. Dos seguidas ya es otra cosa, por eso estoy muy contento de mi trayectoria. Claro que ahora ya bromean todos diciendo que, después de ser tercero hace quince días, segundo hace seis, ahora me toca ya ganar el domingo y, la verdad, ganar en Moto2 es muy difícil, muy complicado”. Y, de pronto, detiene su charla, sonríe abiertamente, cosa que no es muy común en Luca, y añade: “Y si gano el domingo, ya querrán que gane siempre”. Y suelta otra risa.

“La verdad, no me esperaba ser tan competitivo en Brno”, termina comentando Marini. “Me vi muy fuerte desde los entrenamientos del viernes y en carrera, sobre todo en frenada, me veía capaz de todo. No estoy peleando por el título, no era la última carrera, así que podía jugármela y por eso quise medirme con Miguel (Oliveira), que demostró su madurez en ese duelo conmigo. Me ganó y me ganó bien, pero yo en esas tres últimas vueltas me doctoré en muchas cosas. Son esas experiencias las que te hacen dar un salto a mejor. Y en eso estoy. Y en eso seguiré”.

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