China reconquista el Mobile World Congress de Barcelona

Este año, el Mobile World Congress de Barcelona ha empezado más tarde de lo habitual. La razón es estratégica: GSMA, organizadora de la feria tecnológica, quería evitar su solape con los festejos de Año Nuevo en China. Y no hay para menos. Sin los congresistas procedentes del gigante asiático el MWC no habría alcanzado su récord de participación en 2019 ni habría logrado recuperarse y rebasar las 100.000 personas el año pasado. En esta edición, que arranca hoy, volverán a ser cruciales.

El ascenso tecnológico chino es tan meteórico como incuestionable. Una prueba reciente de ello es la irrupción de Deepseek, la joven compañía de inteligencia artificial que, con muy poco tiempo y dinero, ha generado un modelo capaz de plantar cara a los líderes del sector, de Estados Unidos. Esa creciente influencia en la industria tecnológica mundial también se nota en los pasillos del Mobile y explica que, desde 2019, GSMA organice otro congreso paralelo en Shangai.

Huawei presenta el primer smartphone triple plegable del sector

Aquí, ese peso económico y geopolítico se evidencia justo al poner pie en el recinto Gran Via de Fira de Barcelona. Como ya viene siendo norma, el protagonista del primer pabellón ferial es el gigante Huawei. Su stand, el más grande del congreso, ocupa tres cuartas partes de la nave y supera los 10.000 metros cuadrados. Toda una declaración de intenciones. En esa pequeña ciudad, habitada por pantallas brillantes y ejecutivos trajeados, se presentarán las últimas novedades de la marca de Shenzhen. La más destacada, sin duda, es el primer móvil con un sistema de triple pliegue del mundo, un producto ultrafino y de vanguardia que podría rondar los 3.000 euros de precio.

El móvil con la mejor cámara del mundo

Estos días también exponen en el MWC otros gigantes tecnológicos chinos como Xiaomi, tercer fabricante mundial de smartphones solo por detrás de las todopoderosas Apple y Samsung, que ayer presentó a nivel mundial su nuevo buque insignia, el Xiaomi 15 Ultra, un móvil diseñado específicamente para la fotografía junto a la mítica casa alemana Leica, que en 2025 cumple su 100 aniversario. Su cámara está equipada con un espectacular zoom óptico de 200 megapíxeles de resolución que permite sacar fotos y gravar vídeos en una calidad hasta ahora nunca vista en un smartphone.

Este dispositivo también incorpora Gemini, la IA desarrollada por Google, que permite corregir fotos antiguas, resumir documentos o transcribir llamadas. La firma de Pekín integra su IA en todo su ecosistema de dispositivos, abriendo la puerta a poder usar el móvil o el reloj inteligente de la casa para controlar a distancia desde la nevera al aire acondicionado, una funcionalidad que, según explica a este diario Nelly de Navia, Head of Marketing Xiaomi Iberia, llegará a España en 2025.

No es la única compañía china que apuesta por ese camino. Además de los teléfonos 14 Pro Series, con cambio de color sensible al frío, la marca Realme ha presentado este lunes un prototipo de lentes intercambiables que permite acoplar objetivos de cámara reflex digital a sus smartphones.

Dentro del paraguas de los móviles, el proveedor de telecomunicaciones chino ZTE también ha presentado dos nuevos dispositivos: el Nubia Flip 2, la nueva versión de su móvil plegable con pantalla interactiva, y el Nubia Neo 3, diseñado especialmente para los amantes de los videojuegos.

Los ordenadores portátiles del futuro

Entre los grandes expositores del MWC también destacan otras compañías del gigante asiático como Alibaba, China Mobile, el grupo BBK (matriz propietaria de los fabricantes de electrónica de consumo Oppo, Realme, OnePlus y Vivo) o Lenovo. Esta última, líder mundial en la venta de ordenadores portátiles, ha presentado dos nuevos PC que podrían marcar tendencia de cara al futuro.

Por un lado, el Yoga Solar PC, un producto ultraligero (1,2kg) y que incorpora un panel para cargar su batería con la luz del sol. Veinte minutos de exposición proporcionan energía para una hora de carga. Por el otro, el Thinkbook, un prototipo con una pantalla táctil desplegable capaz de doblar su tamaño —activándose automáticamente leyendo el movimiento de tu mano— y convertirse en una tablet.