COMPROMISO CON LA SOSTENIBILIDAD

Contra el cambio climático

El AMB trabaja para reducir las emissiones contaminantes en un 40% para el año 2030

AMB CANVIO CLIMATICO

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Anna Rocasalva

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El AMB tiene un compromiso con la lucha contra el cambio climático a través de su estrategia de reducción de emisiones contaminantes, de adaptación al cambio climático y del fomento de la eficiencia energética y las energías renovables. No obstante, «desde este año, el ente metropolitano ha estado trabajando una nueva estrategia, que da coherencia los proyectos existentes, asumiendo los objetivos de la Unión Europea», afirma el vicepresidente del Área de Medioambiente, Eloi Badia. Dichos objetivos son la reducción de las emisiones contaminantes en un 40%, el fomento de las energías renovables en un 30% y la mejora de la eficiencia energética también en un 30% para el año 2030.

La nueva estrategia tiene 92 acciones estructuradas en cuatro ejes. El primero plantea cómo adaptar la metrópolis en cuanto al aumento de temperaturas o la mayor escasez de recursos hídricos. «En otras palabras, cómo  habilitamos espacios verdes que aporten sombra, presencia de agua para proporcionar frescor, etc.», matiza la jefa Servicios Ambientales y Sostenibilidad del AMB, Ana Romero. La segunda línea está vinculada a la potenciación de la energía local y renovable, es decir, a fomentar la autosuficiencia energética, sobretodo a través del impulso de las instalaciones fotovoltaicas. El tercer eje se centra en que la ciudadanía asuma como suyo este compromiso, «porque sabemos que sin la incorporación de la acción individual no es posible el cambio», agrega Romero; un aspecto muy vinculado al último eje, que coordina la acción de los ayuntamientos metropolitanos para lograr el compromiso de reducir el 40% de las emisiones marcado por la UE.

RENATURALIZACIÓN

El concepto clave del primer eje del plan es renaturalizar la metrópolis para hacerla más resiliente. En este sentido, destacan acciones como el estudio y la implementación de refugios climáticos. «Un refugio climático es un equipamiento público acondicionado donde el usuario puede hallar confort térmico y prevenir consecuencias sobre la salud», explica la técnica en Servicios Ambientales y Sostenibilidad del AMB, Elena Lacort. Es decir, se trata de crear estos refugios en bibliotecas, polideportivos o centros cívicos, por ejemplo, para que la población más vulnerable como las personas de edad avanzada o las que sufren de pobreza energética puedan ser más resilientes a los efectos del cambio climático. Para ello, el ente metropolitano pretende crear un mapa para situar estos puntos en el territorio. Asimismo, ésta acción va en paralelo al trabajo de potenciación de los espacios verdes metropolitanos ya que una de las características más beneficiosas de los grandes parques de la metrópolis es su capacidad de reducir la temperatura entre cuatro y cinco grados. Por ello, otro de los objetivos del plan es implementar más puntos de acceso público al agua potable en los espacios verdes.

En el marco del Plan director del agua también se prevé incrementar el uso de recursos hídricos alternativos en cuanto a las aguas regeneradas y freáticas y pluviales. Y, ante la escasez de recursos, otra actuación será integrar la biodiversidad como un aspecto facilitador de la adaptación. Por ejemplo, algunas especies autóctonas tienen un papel de control de plagas ya que el cambio climático también favorecerá la aparición de organismos perjudiciales.

EFICIENCIA ENERGÉTICA

El segundo eje del plan plantea reducir las emisiones de los gases de efecto invernadero en un 43% respecto al 2005 a través de las 57empresas que prestan servicios metropolitanos. Se trata de, por ejemplo, mejorar la eficiencia energética de las instalaciones del ciclo del agua, sustituyendo los decantadores en las plantas depuradoras por otros más sostenibles que recuperan la energía centrífuga de forma más eficiente. En cuanto a las instalaciones de potabilización, también se busca mejorar los sistemas de bombeo para reducir la energía consumida; e implantar sistemas de telegestión para hacer un diagnóstico de cómo ser más sostenibles y controlar el consumo energético.

Con relación al fomento de la autosuficiencia energética, el ente metropolitano hace suya la directriz europea que fija que el 1 de enero de 2019 todos los nuevos edificios públicos han de ser de consumo casi nulo. «Se trata de inmuebles muy eficientes, que produzcan energía renovable de proximidad pero que casi no la necesiten para funcionar», afirma el técnico en energía del AMB, Gil Lladó. «Y en nuestro caso, hemos decidido empezar una tipología específica de equipamientos que son las escuelas - agrega - por ser unos puntos potentes para transmitir valores como la sostenibilidad o el cambio de modelo energético». 

Finalmente, en el marco del nuevo programa de gestión de residuos que se está redactando actualmente y se prevé tenerlo a finales de año, el AMB contempla medidas como mejorar la recogida de selectiva de materia orgánica en detrimento del depósito controlado.

La energía solar fotovoltaica