FOMENTANDO LA REDUCCIÓN DE DESECHOS

Las ventajas de ir a los puntos verdes

El AMB destaca el papel de la Xarxa Metropolitana de Deixalleries como un nuevo espacio de reducción, reutilización y reciclaje de residuos

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Anna Rocasalva

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Un punto verde es una instalación que permite realizar una recogida selectiva de aquellas fracciones de residuos municipales para las que no hay unos contenedores específicos en la calle o un sistema de recogida determinado. La Xarxa Metropolitana de Deixalleries está compuesta por 68 instalaciones fijas y 20 camiones que hacen paradas programadas y funcionan como desguaces móviles.

En el 2016 se recogieron 78.000 toneladas de residuos que recibieron los tratamientos más adecuados según su naturaleza. En cuanto al volúmen, el desecho más habitual son los escombros, en un 42,69%, que se destinan a unos depósitos controlados después de recuperar los componentes reutilizables. Pero en materia de peligrosidad, los más frecuentes suelen ser el mercurio y el amianto, que se deben recoger y tratar con cuidado debido a los efectos perjudiciales para el medioambiente y la salud de las personas.

UN NUEVO CONCEPTO

La propia naturaleza de un punto verde implica la participación activa del ciudadano en la gestión de residuos municipales que, por su composición, no se pueden depositar en contenedores separados. Aprovechando esta característica, el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) busca destacar el papel de la Xarxa Metropolitana de Deixalleries como un nuevo espacio de reutilización y reciclaje de residuos. Un lugar donde dar nueva vida a las pertenencias que se desechan y donde se pueda recibir formación e información sobre los detalles de la gestión de residuos.

«Un punto verde no es solo el lugar donde tirar las cosas que no queremos sino el lugar donde podemos alargar su vida útil, reparándolas y reutilizándolas», explica Eloi Badia, vicepresidente del Área de Medioambiente del AMB. Un ejemplo de ello es la instalación de Viladecans, que tiene una programación estable de asesoramiento y cursos para aprender a hacer reparaciones de distintos objetos o cambiar y renovar el aspecto de aparatos electrónicos, ropa y muebles. «Nuestra voluntad es implantar políticas de acercamiento de los desguaces al ciudadano», comenta el jefe de Servicio de Prevención y Puntos Verdes del AMB, Albert Torras. «Queremos que se conviertan en un centro más activo y participativo, donde los ciudadanos metropolitanos encuentren objetos que puedan ser reutilizables», añade. 

BENEFICIO ECONÓMICO

A parte de todas las actividades que se pueden hacer en los puntos verdes, llevar residuos en los puntos limpios de forma regular también puede rebajar el importe del recibo del agua. Se trata de la campaña “Ir a los puntos verdes tiene premio”, que busca incentivar el uso de estos centros mediante un sistema de reducción del importe de la Tasa Metropolitana de Tratamiento de Residuos (TMTR) por el hecho de llevar material desechado a estas instalaciones. «La TMTR se abona a través del recibo del agua - aclara Torras -  y sirve para hacer la gestión del tratamiento de los residuos, de la cual se encarga el AMB». De la recogida, en cambio,se encargan los ayuntamientos metropolitanos.

Para beneficiarse de esta medida hay tener el Carnet de Usuario de los Desguaces Metropolitanos, una tarjeta magnética que puede obtenerse gratuitamente en cualquiera de los puntos limpios (fijos y móviles) de la metrópolis llevando un recibo del agua. A través de la tarjeta se contabilizarán las entradas de residuos y se calcularán las bonificaciones a las que tiene derecho el usuario. Cuando se haya ido al punto verde hasta 15 veces o más, el descuento será del 14%, el máximo al que se puede llegar.

«El AMB está trabajando para ampliar los beneficiarios de la tarifa social de la TMTR en el 2018», afirma Badia. Con lo cual, todas aquellas familias que estén en riesgo de exclusión y tengan dificultades para pagar el recibo del agua podrán beneficiarse de esta medida. Se calcula que esta bonificación -que será del 100% - llegará a unas 15.000 familias. Con esta medida se amplía el concepto de pobreza energética al conjunto de servicios básicos del hogar,donde la gestión de los residuos son parte esencial. «El escenario final es lograr lo que llamamos “pago por generación”, es decir personas que generen pocos residuos y reciclen mucho pagarán menos que las que hagan todo lo contrario», explica el jefe de Servicio de Prevención y Puntos Verdes del AMB.

UNA FIESTA EUROPEA

Desde este sábado 18 hasta el 26 de noviembre se celebra la Semana Europea de Prevención de Residuos, cuyo objetivo es realizar acciones de sensibilización sobre este tema en toda Europa. El proyecto nació en el 2008 a través del programa Life Europa y la organización de la Asociación de Ciudades y Regiones por Reciclaje (ACR+).

El lema común de este año es “Démosle una nueva vida”, para evidenciar que generamos demasiados residuos y que es posible reducirlos y reconvertirlos en objetos útiles con un poco de imaginación. «Durante toda esta semana habrá actividades en varios municipios metropolitanos, como cursillos de reparación de madera, bricolaje, talleres textiles y de electrónica», comenta Badia. Finalmente, el sábado 25 de noviembre se celebrará una fiesta del reciclaje en la calle Sepúlveda, número 45-47, de Barcelona. «La filosofía del AMB no es ir contra ninguna dinámica de consumo - concluye Torras - sino provocar alternativas mucho más sostenibles para la metrópolis».