Fauna en peligro

La muerte de elefantas experimentadas amenaza la supervivencia de las manadas

La 'cadena de sabiduría’ se está rompiendo por la pérdida de matriarcas y machos mayores

Una manada de elefantes africanos marcha en línea hacia un pozo de agua en el parque nacional Amboseli, Kenia.

Una manada de elefantes africanos marcha en línea hacia un pozo de agua en el parque nacional Amboseli, Kenia. / Getty Images

Ramón

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Difundir y compartir experiencia con los semejantes no es exclusivo de los humanos. Múltiples experimentos científicos han demostrado que diferentes especies animales son capaces de transmitir conocimientos, técnicas de caza, habilidades comunicativas, e incluso rituales. Los científicos sostienen que algunas especies animales tienen la capacidad, como los humanos, de crear tradiciones culturales. Una de esas especies es el elefante.

En las vastas sabanas africanas y en los densos bosques asiáticos, los elefantes han construido sociedades complejas durante milenios, y en ellas el conocimiento se transmite de generación en generación. Sin embargo, un estudio reciente publicado en 'Philosophical Transactions of the Royal Society B: Biological Sciences' alerta de que esta ‘cadena de sabiduría’ se está rompiendo.

La investigación, liderada por la Universidad de Portsmouth, revela que la pérdida de elefantes mayores, especialmente matriarcas, debido a perturbaciones humanas está socavando la supervivencia de sus manadas. Tras analizar 95 estudios científicos, los autores concluyen que la caza furtiva, la translocación y la destrucción de hábitats no solo reducen números, sino que erosionan la estructura social de estos gigantes, con efectos que persisten durante décadas.

Unos 20.000 elefantes mueren cada año por el tráfico ilegal de marfil.

Unos 20.000 elefantes mueren cada año por el tráfico ilegal de marfil. / cazawonke

"Los elefantes están entre los animales más inteligentes y socialmente complejos. Alterar sus estructuras sociales impacta su supervivencia, reproducción y comportamiento", advierte Lucy Bates, autora principal del estudio. Con más de 40.000 elefantes africanos muertos anualmente por caza furtiva y un 62% de su hábitat histórico perdido, hallazgo resuena como una alerta global.

En las manadas de elefantes, los individuos mayores actúan como archivos vivientes de conocimiento ecológico y social. Las matriarcas, por ejemplo, mantienen tradiciones seculares, lideran a sus manadas hacia fuentes de agua durante sequías, recuerdan rutas migratorias, enseñan a las crías a distinguir entre amenazas reales y falsas, muestran a las madres primerizas cómo defender a sus crías…

Patrones erráticos de movimiento

Un estudio citado en la investigación mostró que en Amboseli (Kenia), donde las matriarcas superan los 60 años, la supervivencia de crías durante períodos secos es un 30% mayor que en poblaciones lideradas por hembras más jóvenes. "Los elefantes experimentados no solo tienen memoria a largo plazo, sino que su experiencia les permite tomar decisiones adecuadas, que benefician a toda la manada. Su ausencia deja un vacío que las generaciones más jóvenes no pueden llenar rápidamente", destaca Bates.

Este fenómeno se observó también en Ruaha (Tanzania), donde la caza furtiva redujo la población adulta en un 70% entre 2009 y 2014. Las manadas restantes, compuestas principalmente por jóvenes, mostraron patrones erráticos de movimiento y menor capacidad para detectar leones, lo que aumentó la mortalidad juvenil.

Elefantes asiáticos en el Valle Mae Tang en Tailandia.

Elefantes asiáticos en el Valle Mae Tang en Tailandia. / EFE / Barbara Walton

El equipo revisó sistemáticamente investigaciones publicadas entre 1970 y 2023, centradas en elefantes africanos de sabana (Loxodonta africana), africanos de bosque (Loxodonta cyclotis) y asiáticos (Elephas maximus). De los 95 estudios analizados, el 85% se concentró en elefantes de sabana, principalmente en Kenia y Sudáfrica, mientras que solo 8 abordaron elefantes asiáticos y 6 los forestales.

Esta disparidad refleja un sesgo geográfico en la investigación, dejando a especies críticamente amenazadas, como el elefante de bosque, cuya población ha caído un 86% en 30 años, con vacíos de conocimiento que deben llenarse urgentemente.

Los tipos de perturbación documentados incluyeron la caza furtiva (analizada en 33 estudios), la traslocación (registrada en 17 estudios) y las muertes naturales (citadas solo en 14 estudios). En uno de estos últimos, la muerte de una matriarca en Samburu (Kenia) por vejez llevó a su grupo a deambular sin rumbo durante semanas, hasta que una hembra de 35 años asumió el liderazgo.

Respuestas inadecuadas a amenazas

La investigación identificó tres impactos clave en las manadas tras la pérdida de individuos experimentados:

Reducción de cohesión social: manadas fragmentadas tienden a formar grupos más pequeños y menos estables. En el parque nacional de Chobe (Botsuana), tras una sequía extrema en 2019, las familias sin matriarcas mostraron un 50% menos de interacciones sociales, vitales para el aprendizaje juvenil.

Disminución en la aptitud física: en poblaciones severamente perturbadas, la supervivencia de crías cayó hasta un 40%. Esto se atribuye a la falta de guías que enseñen a las madres primerizas a amamantar, proteger a sus crías de peligros o seleccionar alimentos nutritivos.

Respuestas inadecuadas a amenazas: En Sri Lanka, elefantes asiáticos huérfanos criados sin adultos mostraron menor capacidad para evitar trampas o detectar humanos, aumentando conflictos.

"La resiliencia no es infinita", advierte Graeme Shannon, coautor del estudio. "En reservas sudafricanas, vimos que incluso con recursos abundantes, las manadas jóvenes carecen del conocimiento para adaptarse a cambios ambientales repentinos, como incendios o nuevas amenazas", añade.

Una matriarca guía a su madana.

Una matriarca guía a su manada. / Pixabay

Los autores subrayan que las estrategias actuales, centradas en conteos poblacionales y protección física, ignoran la dimensión cultural de los elefantes. "Proteger números no basta. Sin la transmisión de conocimiento, las poblaciones pueden colapsar a pesar de tener hábitats intactos", señala Shannon.

El estudio propone aplicar una "protección diferenciada hacia las matriarcas y machos mayores" en patrullas anticaza y sistemas de alerta temprana para conflictos. También reclaman evaluar el impacto social antes de trasladar elefantes y desarrollar estudios a largo plazo en aquellos lugares en los que viven fuera de áreas protegidas.

Otra de las claves es involucrar a poblaciones locales en la protección de corredores migratorios. El establecimiento de compensaciones a los agricultores por daños causados por elefantes está funcionando. Hay prisa por aplicar todas esas medidas: solo quedan 415.000 en África y 40.000 en Asia en libertad.