Crisis climática

Catalunya trabaja en sus presupuestos de carbono, las "matemáticas del clima" para planear su reducción de emisiones

Este mecanismo permite establecer una cifra máxima de emisiones que se pueden generar en un periodo determinado de tiempo, lo que ayuda a diseñar medidas más específicas

El Govern de Salvador Illa tiene varias propuestas sobre la mesa para 2030 y 2050

España debería reducir sus emisiones entre un 5% y un 7,5% anual para cumplir sus promesas climáticas

Coches circulan en una zona de bajas emisiones.

Coches circulan en una zona de bajas emisiones. / MANU MITRU

Valentina Raffio

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Catalunya es uno de los pocos lugares en el mundo en los que se está trabajando para que la lucha climática, es decir, el conjunto de medidas desplegadas para reducir emisiones y evitar un calentamiento global extremo, se base en la idea de presupuestos de carbono. Este concepto, a diferencia de los planes de recorte de emisiones, no establece una fecha límite en la que alcanzar una reducción concreta sino que, por el contrario, calcula cuántas emisiones se pueden generar en un periodo determinado de tiempo y, a partir de ahí, se utilizan estas "matemáticas del clima" para diseñar políticas concretas para conseguir mantenerse dentro de este límite. "Se trata de un cálculo mucho más transparente y que, además, permite hacer una gestión económica y política mucho más eficaz", afirma Gisela Torrents, ambientóloga y técnica de la Oficina Catalana del Canvi Climàtic.

Los expertos defienden que se trata de un cálculo mucho más transparente y que permite hacer una gestión más eficaz

Según explica esta especialista, la mayoría de países dibujan sus planes de reducción de emisiones planteando una meta concreta de recorte para una fecha determinada. Por ejemplo, reducir emisiones en un 30% para 2030. Pero dentro de la comunidad científica cada vez son más las voces que reclaman apostar por herramientas como los presupuestos de carbono en los que se establezca que una cifra exacta de cuánto es el máximo de emisiones que se deberían generar entre ahora y finales de siglo para cumplir con los compromisos climáticos internacionales. "En el primer enfoque hay margen para hacer 'trampa' y no reducir emisiones hasta el último día, pero con el segundo la meta es más clara y transparente", comenta Torrents, quien también defiende que esta herramienta permite diseñar medidas más específicas en cada uno de los sectores contaminantes.

Distintas propuestas técnicas

Según ha podido saber este diario, el Govern de Salvador Illa tiene sobre la mesa varias propuestas distintas de presupuestos de carbono para 2030 y 2050, una de ellas elaborada por el grupo independiente de expertos en cambio climático (CEEC) designado por el Parlament de Catalunya. En ellas se establece una cifra distinta sobre el límite general de emisiones para Catalunya y cuánto es el máximo que debería emitir cada sector desde ahora hasta mediados de siglo para contener el aumento global de las temperaturas. En la propuesta del grupo de expertos, por ejemplo, se dice que Catalunya no debería emitir más de 403,2 megatoneladas de CO2 desde ahora hasta 2035. Y esto, a su vez, conllevaría una reducción del 42% de las emisiones totales respecto a los niveles de 1990.

La semana pasada, Illa y la consellera de Territori, Sílvia Paneque, se reunieron con las entidades implicadas para estudiar las distintas propuestas para descarbonizar la economía catalana. Ahora está en sus manos decidir si apuestan por una, por otra o por una mezcla de ambas. A partir de ahí, se espera que el Ejecutivo utilice estos presupuestos de carbono para diseñar planes concretos de recorte de emisiones y una nueva ley de energía y clima alineada con los objetivos europeos. También se está trabajando para el despliegue de un nuevo sistema de créditos de carbono para que empresas privadas puedan invertir en proyectos forestales impulsados por la Generalitat y compensar así parte de sus emisiones.

Presupuestos a escala municipal

La creación de presupuestos de carbono es algo que, tal y como defiende la plataforma Renovemnos, integrada por expertos y activistas en transición energética, debería extenderse tanto a escala nacional como a nivel municipal. En un reciente comunicado emitido por esta entidad se reclama al propio Gobierno central que incluya estos cálculos en sus planes climáticos a corto y largo plazo. Paralelamente, también se pide que esta herramienta se aplique a todas las ciudades catalanas de más de 50.000 habitantes. Por ejemplo, para que Barcelona, L'Hospitalet, Badalona, Terrassa, Sabadell y Mataró, entre otros, tengan un presupuesto de carbono municipal que establezca cuál es el máximo de emisiones que pueden generar desde ahora hasta 2050. 

Plataformas como Renovem-nos reclaman crear presupuestos de carbono municipales para todas las ciudades de más de 50.000 habitantes

En estos momentos, Reino Unido es el único país que basa el grueso de su estrategia de descarbonización en un sistema de presupuestos de carbono legalmente vinculante. Nueva Zelanda estableció hace poco un sistema similar para diseñar su hoja de ruta de reducción de emisiones. Chile, por su parte, también ha hecho algún amago en esta línea aunque, en la práctica, nunca lo ha llegado a formalizar como tal. En Canadá y Estados Unidos hay alguna iniciativa a escala federal que rema en esta misma dirección como, por ejemplo, en el caso de California. De salir adelante, el de Catalunya sería uno de los primeros casos de presupuestos de carbono formalizados del mundo. 

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