Renaturalización

Las 'malas hierbas': islas de biodiversidad urbana que hay que preservar

Aumenta el número de ciudades que dejan crecer estas plantas para atraer insectos y pájaros

Las 'malas hierbas': islas de biodiversidad urbana que deben preservarse

Las 'malas hierbas': islas de biodiversidad urbana que deben preservarse / Diari de Girona

Minerva Mínguez

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Los alcorques (hoyos al pie de los árboles para retener el agua) son considerados islas de biodiversidad a pequeña escala. Cada vez más ciudades se suman a la apuesta de mantener asilvestrados estos minúsculos pero valiosos enclaves. Girona, Alicante, Huesca, València, Zaragoza, Vigo, Oviedo, Santander, Palma o Ponferrada son algunos de los ejemplos de consistorios que suscriben la denominada renaturalización urbana, abandonando el uso de pesticidas para fomentar la recuperación de flora y fauna en cada recodo de las ciudades.

La iniciativa de no «limpiar» estos espacios no ha estado exenta de polémica y de críticas. Donde muchos veían suciedad y malas hierbas, biólogos y grupos conservacionistas ven una humanización del entorno urbano. La pandemia, con la ausencia de transeúntes por las calles, se tradujo en una explosión vegetativa en parterres, pies de árboles y hasta aceras con las semillas que transporta el viento o las aves. Algo que implica la inmediata recuperación de insectos e invertebrados, especies en declive.

Alcorques sin segar ni tratar en la avenida de una ciudad española

Alcorques sin segar ni tratar en la avenida de una ciudad española / Levante EMV

Productos cancerígenos como el glifosato, un potente herbicida al que Bruselas colocó bajo la lupa hace años, ya se han dejado atrás. Algo beneficioso para el medio ambiente y para la salud humana. Ciudades como Nantes, París, Gante o Ámsterdam hace años que llevan la delantera de dejar crecer y no eliminar con ningún producto químico o ecológico, ni arrancar aquello que crece bajo los árboles. Un camino a seguir.

Girona y València

En Girona, por ejemplo, el año pasado el equipo de gobierno municipal decidió actuar de forma selectiva en la eliminación de hierbas silvestres solo en caso de afectar a la movilidad, si conlleva peligrosidad para la visibilidad vial o si afecta al patrimonio histórico. «Las hierbas que crecen son plantas, no malas hierbas», se insistía desde la concejalía de sostenibilidad. En la misma línea, la concejalía de Ecología Urbana de València puso en marcha en 2018 la iniciativa 'Adopta un escocell (adopta un alcorque)'.

La recuperación de miles de alcorques vacíos con especies arbóreas más sostenibles, más resilientes y con menores necesidades hídricas es otra de las máximas en los nuevos diseños paisajísticos municipales. Pero no solo. También se empieza a detectar una mayor sensibilidad ambiental con el aumento de las dimensiones de los espacios reservados para nuevas plantaciones en puntos como Barcelona o Las Palmas.

Árbol con hierbas en Barcelona

Árbol con hierbas en Barcelona / El Periódico

La mayoría de paisajistas coinciden en que ejemplares de gran porte como plátanos, moreras o palmeras se ubican en espacios demasiado pequeños cuando no claramente exiguos, algo que impide la expansión de las raíces y una buena sujeción. Además de mejorar la estética urbana, los árboles y la vegetación que se desarrolla a su sombra son aliados frente a los efectos del cambio climático. Retienen el polvo entre sus hojas, algunos absorben dióxido de carbono en grandes cantidades, humedecen y oxigenan el ambiente.

Disminuyen, además, el rigor de los veranos calurosos y favorecen la presencia de insectos y pájaros. No son pocos los expertos que alertan de que los pavimentos que recubren calles y aceras «estrangulan» especialmente a las especies de mayor porte y aquellos con un sistema radicular más superficial.

Conocer y proteger

Desde la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) se incide en que los entornos urbanos albergan una riqueza natural (aves, murciélagos, invertebrados, y vegetación) que es necesario conocer, proteger y fomentar. «Esta biodiversidad urbana tiene una función esencial en el funcionamiento de los ecosistemas y de los servicios que éstos ofrecen a la ciudadanía, como la resiliencia frente al cambio climático, la prevención frente a plagas y vectores de enfermedades, la oferta de actividades de ocio o la mejora de la salud y el bienestar», apuntan.

Alcorque en Palma de Mallorca

Alcorque en Palma de Mallorca / Diario de Mallorca

«La crisis global de la biodiversidad es tal que algunas especies comunes que tradicionalmente han convivido con el hombre en pueblos y ciudades, como el gorrión común, la golondrina común o el vencejo común, se encuentran experimentando declives importantes. Por tanto, pueblos y ciudades pueden llegar a ejercer un importante papel para su conservación», remarcan.

Un aspecto no menor es el de la batalla contra las inundaciones por lluvias torrenciales. Ahí los expertos recomiendan cambiar la planificación urbanística con soluciones basadas en la naturaleza. Reclaman alcorques estructurales que permiten el crecimiento de las raíces y el almacenamiento temporal de las escorrentías con materiales porosos.

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ENTREVISTA

Anna Valentín, experta en biodiversidad urbana de SEO/BirdLife

«Las llamadas ‘malas hierbas’ son decisivas para otras especies»

Anna Valentín

Anna Valentín / SEO

-Los alcorques no hace tanto tenían que estar limpios de hierbas, sulfatados con glifosato y sin ningún insecto…. Ahora, sin embargo, se persigue una mayor presencia de fauna y flora en los espacios urbanos.

-Se trata de naturalizar las ciudades y entre las acciones que se pueden llevar a cabo encontramos desde diferentes prácticas de gestión de la vegetación: gestión racional de podas, diversificación de especies, favorecer la sucesión natural y la aparición de especies adventicias, tanto en alcorques como en parques y jardines; fomentar la presencia de polinizadores y de otros invertebrados, colocación de estructuras para nidificación de especies vinculadas a medios urbanos, etc.

-Con la pandemia hubo una eclosión en jardines y alcorques que demuestra lo resistente que puede llegar a ser la naturaleza pese a tanta agresión.

-Con la pandemia se dejó de ejercer una intensa gestión de la vegetación, lo que favoreció el desarrollo de especies que estaban sometidas a este tipo de gestión por considerarse «malas hierbas», pero que sin embargo juegan un papel fundamental como sustento de muchas otras. De manera muy simplificada, la presencia de plantas en los alcorques contribuye a generar una diversidad estructural en la vegetación, contribuyendo a fomentar la presencia de invertebrados, que posteriormente serán alimento de pollitos de muchas especies de aves, como pueden ser los gorriones.

-¿Qué puede aportar a los ciudadanos la renaturalización?

-La biodiversidad urbana, más allá de su valor intrínseco, tiene el inestimable valor de aportar servicios ecosistémicos tanto en espacios naturales como en espacios antropizados. Por ejemplo, en pueblos y ciudades, la biodiversidad contribuye a mejorar la calidad de vida de la población, gracias al efecto de las arboledas urbanas como amortiguadoras de la temperatura y depuradoras de aire. También ayuda a fijar el CO2, al tiempo que contribuye a mejorar la salud de los habitantes, simplemente por su presencia y contacto.

-Sin insectos en las urbes no hay pájaros, ¿no?

-Más bien, yo diría sin plantas no hay pájaros. Y más concretamente, sin una diversidad estructural y funcional de vegetación, en las que las plantas adventicias en las ciudades juegan un papel importante. Estas plantas crecen de manera espontánea bien en parcelas agrícolas o bien en parques, jardines y alcorques, etc. Estas plantas son las que popularmente se conocían como malas hierbas, y aún hoy siguen estando en nuestro imaginario con este nombre, pero realmente deberíamos llamarles buenas hierbas. Antiguamente recibían el mal nombre de malas hierbas debido a la agricultura industrializada de los años 70, que les declaró la guerra, acusándolas de atraer plagas y dañar las cosechas.

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Contacto de la sección de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es