Estudio científico

Aumentar los árboles en las ciudades puede reducir un tercio las muertes por calor

Según un estudio de ISGlobal, la estructura urbana está relacionada con al menos el 4% de las muertes por calor

Superilla en el Poblenou

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Valentina Raffio

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Todos los veranos, con el aumento de las temperaturas, las ciudades se convierten en verdaderos hervideros de calor. Y no solo por las subidas de los termómetros típicas de esa época del año. En los entornos urbanos, la acumulación de carreteras, asfalto y edificios provocan que los termómetros se disparen todavía más. Según desvela un nuevo estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), las llamadas 'islas de calor urbanas' estarían relacionadas con al menos el 4% de las muertes por calor que se producen durante los meses de verano.

La investigación, publicada este mismo miércoles en la revista científica 'The Lancet', analiza los datos de mortalidad de más de 90 ciudades europeas durante los meses de verano. A partir de ahí, los científicos responsables de este estudio diseñaron un modelo computacional para 'simular' el impacto de una isla de calor urbana. Es decir, hasta qué punto la estructura de las metrópolis podía aupar el aumento de las temperaturas y, así haciendo, el número de muertes por calor. Gracias a esto vieron que al menos el 4% de los fallecimientos relacionados con el incremento veraniego de los termómetros eran atribuibles al propio diseño de las ciudades. Sobre todo porque, como señalan innumerables estudios, el calor actúa como disparador de enfermedades previas.

El estudio también puso a prueba una posible solución para este fenómeno. Según explica el equipo de investigadores que ha liderado este análisis, aumentar la superficie arbórea de las ciudades podría ayudar a reducir significativamente el aumento de las temperaturas en las ciudades. Y de esta manera también se podría evitar un tercio de las muertes por calor extremo en verano. Los modelos indican que este efecto sería especialmente beneficioso en las ciudades del sur y del este de Europa, donde durante los veranos se alcanzan temperaturas extremas. España, por si situación geográfica, sería uno de los países más beneficiados por este tipo de medidas

Las ciudades del futuro

Las islas urbanas de calor no solo afectan a cómo, hoy por hoy, se viven los veranos en las grandes ciudades como Barcelona, Madrid o Sevilla. Según explican los expertos, este fenómeno será cada vez más relevante con el avance de la crisis climática. Sobre todo si se tiene en cuenta que, tal como corroboran los registros, las ciudades se están convirtiendo en verdaderos epicentros de calor extremo. "Las predicciones basadas en las emisiones actuales revelan que las enfermedades y muertes relacionadas con el calor se convertirán en una carga mayor para nuestros servicios de salud en las próximas décadas", afirma Tamara Iungman, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio.

En este sentido, los expertos vuelven a insistir en la necesidad de rediseñar las grandes ciudades para hacer frente a un futuro de extremos climáticos. "Nuestro objetivo es informar a los responsables de las administraciones locales de las ventajas de integrar zonas verdes en todos los barrios para promover entornos urbanos más sostenibles, resilientes y saludables", explica Mark Nieuwenhuijsen, director de la Iniciativa de Planificación Urbana, Medio Ambiente y Salud de ISGlobal y uno de los autores del recién publicado estudio.