26 años de vida

Muere Calypso, el único saltarrocas de Europa en el Bioparc de Valencia

El CosmoCaixa recupera una capibara tras la muerte de la anterior

La esperanza de vida de esta especie (Oreotragus oreotragus) oscila entre 12 y 15 años

Calypso, el único saltarrocas de Europa

Calypso, el único saltarrocas de Europa / EFE

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Calypso, el único saltarrocas de Europa y uno de los animales "más queridos" de Bioparc València, ha fallecido a sus 26 años tras una longevidad "realmente extraordinaria", puesto que la esperanza de vida de esta especie (Oreotragus oreotragus) oscila entre 12 y 15 años.

Calypso era "muy conocido" entre las personas que visitan el parque con asiduidad y "uno de los animales más queridos" por todo el personal, que ha estado dedicado a ofrecerle "todos los cuidados posibles hasta el último momento" para que tuviera "el máximo bienestar", han explicado desde el parque.

Los cuidadores han compartido un "sentido homenaje" a Calypso recordando algunos de sus mejores momentos de estos años en Bioparc y la "cariñosa" celebración de su 26º aniversario el pasado mes de septiembre. El parque le preparó entonces "una extraordinaria celebración" con una "llamativa tarta".

El saltarrocas es un delicado antílope africano que habita en las formaciones graníticas próximas a la sabana y que está incluido en la Lista Roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), en estos momentos como "preocupación menor", la pérdida generalizada de hábitat alerta sobre la importancia de mantener monitorizada su evolución.

Calypso nació en Frankfurt (Alemania) en 1996, desde donde fue trasladado a Amsterdam (Holanda) y en 2008 llegó a Bioparc València, el año de la apertura. Hasta ahora podía contemplarse en el aviario, donde destacaba entre el grupo de damanes roqueros y multitud las aves. Las particularidades y avanzadísima edad del animal originó un protocolo particular tanto en las atenciones que requiere como en un manejo diferente.

El objetivo era aportar la mayor calidad de vida con revisiones veterinarias y tratamientos específicos con la pedicura de sus uñas para que continuara desplazándose ágilmente.

Otra parte esencial era la limpieza diaria de la glándula que se encuentra bajo el lagrimal por la que secretan un fluido con el que marcan el territorio y que es fundamental atender para evitar su obstrucción.