Problema ecológico

Los árboles florecen antes de tiempo en Catalunya (y no, no es buena noticia)

Tras un octubre excepcionalmente cálido, los expertos detectan almendros, cerezos y ciruelos en flor en varios puntos del territorio

Este fenómeno podría afectar a las floraciones primaverales, así como a las especies que dependen de ellas

Flor de almendro captada en pleno mes de octubre en octubre.

Flor de almendro captada en pleno mes de octubre en octubre. / Bego Vendrell / Escola Sant Gregori de Barcelona

Valentina Raffio

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Este año los termómetros no han dado tregua. Tras unos meses marcados por unas temperaturas anómalamente altas, un verano de calor extremo y un otoño con registros mucho más cálidos de lo normal, la naturaleza vuelve a mostrar síntomas del daño ocasionado por la persistencia de las altas temperaturas. Este año, por ejemplo, los árboles frutales y las plantas silvestres están floreciendo en otoño en Catalunya. En varios puntos del territorio se han observado almendros, cerezos y ciruelos en flor en pleno mes de octubre. Se trata de la segunda floración del año y, según alertan los expertos, es algo "muy poco habitual".

Un análisis conjunto de la red 'FenoCat' del Servei Meteorològic de Catalunya y del observatorio ciudadano 'RitmeNatura' del Centro de Investigación Ecológica (CREAF) apunta a que este fenómeno estaría relacionado con las altas temperaturas del pasado mes de octubre: el más cálido de los últimos 70 años. Este anómalo calor otoñal habría alterado los ciclos naturales de muchas especies modificando, entre otros, su momento de florecer. "Las floraciones de otoño son más discretas que las de primavera, pero para las plantas pueden suponer el gasto de unos recursos que podrían necesitar en primavera, en el momento de máxima actividad vegetativa", matiza Ester Prat, coordinadora del proyecto 'RitmeNatura'.

Los expertos detectan una caída tardía de las hojas de los árboles y un retraso en la llegada de los colores otoñales

El otro gran síntoma de las anomalías climáticas en la naturaleza se puede observar en las hojas de los árboles. Este año, los colores otoñales han llegado semanas más tarde que de costumbre. Y la caída de las hojas también se ha retrasado respecto al calendario habitual. "Si hace más calor, los árboles caducifolios mantienen las hojas durante más tiempo y, por tanto, éstas caen más tarde y se modifica temporalmente todo el ciclo de descomposición", explica Jordi Cunillera, jefe del equipo de Cambio Climático del Servei Meteorològic de Catalunya.

Ejemplar de papamoscas gris sobre una rama que ha perdido las hojas en Pedralbes.

Ejemplar de papamoscas gris sobre una rama que ha perdido las hojas en Pedralbes. / David Gispert

Desajuste ecológico

No es la primera vez que se observan este tipo de desajustes en la naturaleza. De hecho, con el avance de la crisis climática estas "anomalías" se están detectando con cada vez más frecuencia en varios rincones del globo. La plataforma 'Climate Connections' de la Universidad de Yale relata casos similares en Estados Unidos. Los expertos apuntan a que las sequías podrían ser un desencadenante clave para este fenómeno. En unos momentos en los que coinciden las altas temperaturas otoñales con la falta de recursos hídricos, las plantas se podrían verse abocadas a florecer fuera de temporada.

Varios estudios apuntan a que, por un lado, la vegetación está floreciendo fuera de temporada y, por el otro, que la temporada de flores se está adelantando. Un estudio de la Universidad de Cambridge apunta a que en Reino Unido los brotes se han adelantado hasta un mes en el último siglo. Según apuntan los expertos que han liderado este análisis, esta alteración del calendario natural podría tener consecuencias para todo el ecosistema. Sobre todo para las especies (o las actividades) que dependen directamente de las floraciones.

Los expertos apuntan a dos principales peligros detrás de este fenómeno. Por un lado, las floraciones de otoño podrían reducir el número de capullos disponibles para la primavera. Y por otro lado, los brotes primaverales tempranos podrían estar expuestos a más alteraciones climáticas. "Si los árboles frutales, por ejemplo, florecen temprano después de un invierno suave, los cultivos enteros pueden morir si las flores son golpeadas por una helada tardía", destaca el análisis de Cambridge.

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