Encuentro en Sharm el-Sheikh

Activistas en la cumbre del clima: "Los combustibles fósiles hacen negocio con el caos climático"

Un desfile de protestas denuncian las lagunas de las negociaciones de Sharm el-Sheikh 

El ambiente reivindicativo de la cumbre es más tenue de lo habitual, en parte por las restricciones de Egipto

Protesta de activistas en la Cumbre COP27 en Sharm El-Sheikh

Protesta de activistas en la Cumbre COP27 en Sharm El-Sheikh / EFE/EPA/SEDAT SUNA

Valentina Raffio

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Mientras las negociaciones políticas y diplomáticas de la cumbre del clima avanzan a tropezones, con paso incierto y una lentitud más acusada de lo habitual, el grito de los activistas de Sharm el-Sheikh no podría ser más contundente. "La industria de los combustibles fósiles está haciendo negocio con el caos climático. Ya está bien de proteger sus negocios. Es el momento de proteger a la gente", ha clamado un grupo de manifestantes a las puertas del recinto que en estos momentos acoge el debate político sobre cómo frenar el avance de la crisis climática. 

En la segunda semana de la cumbre del clima, considerada como la recta final de las conversaciones diplomáticas sobre políticas medioambientales, las protestas ecologistas de la cumbre del clima se intensifican. Este miércoles, en la entrada del recinto se ha visto un verdadero desfile de manifestantes.

A primera hora, por ejemplo, una decena de científicos médicos se han manifestado en bata blanca para denunciar que el avance de la crisis climática supone un grave riesgo para la salud de las personas. "Si el objetivo de los 1,5 grados muere, nuestros pacientes también", gritaba una sanitaria. "La contaminación ya está causando miles de muertes anuales. El calentamiento global está aumentando la carga de enfermedades. Y por culpa de las sequías hay millones de personas en situación de desnutrición. ¿Qué más necesitamos para darnos cuenta de la gravedad del problema?", sentenciaba otra ante los aplausos de los asistentes. 

Manifestación de científicos, médicos y sanitarios durante la cumbre del clima de Sharm el-Sheikh.

Manifestación de científicos, médicos y sanitarios durante la cumbre del clima de Sharm el-Sheikh. / Valentina Raffio

Poco más tarde, un numeroso grupo de manifestantes desplegaba un 'gasoducto' artificial en las puertas de la cumbre para llamar la atención sobre el peligro que suponen las explotaciones de petróleo, el gas y el carbón para el planeta. Varios activistas han tomado la palabra para explicar qué significa para ellos esta lucha. Uno ha denunciado que las comunidades más vulnerables a los estragos climáticos, como las de sur global, están siendo excluidas de las negociaciones. Otro ha hecho hincapié en los desastres naturales que está causando la crisis climática en las regiones más pobres del planeta. "Mantener los termómetros por debajo de los 1,5 grados es una cuestión de supervivencia para mi pueblo", ha clamado un activista africano. 

Protesta contra los combustibles fósiles en la cumbre del clima de Sharm el-Sheikh.

Protesta contra los combustibles fósiles en la cumbre del clima de Sharm el-Sheikh. / Valentina Raffio

Por la tarde, una manifestación liderada por pueblos indígenas alzaba la voz en pro de la justicia climática. "Estamos hartos de falsas soluciones. Necesitamos medidas reales, justas y equitativas", gritaba una de las manifestantes. En este caso, los ecologistas destacaron que, de continuar así, el planeta se encamina hacia un aumento global de los termómetros de más de 2,5 grados de media. "Nos encaminamos hacia un caos climático. La ciencia dice exactamente qué tenemos que hacer para evitarlo y aún así vamos en el camino contrario", exclamaba una activista. "Necesitamos un cambio de sistema, no un cambio climático",  exponía uno de los carteles exhibidos durante la protesta. 

"Necesitamos un cambio de sistema, no un cambio climático"

Todas las manifestaciones celebradas este miércoles han aprovechado para denunciar la lentitud de las negociaciones y la falta de contundencia de los acuerdos cerrados hasta la fecha. Uno de los puntos más repetidos por los ecologistas tiene que ver con la crisis de los combustibles fósiles. Este año, según esbozan los primeros borradores de los pactos, no se incluye ninguna mención explícita sobre la necesidad de limitar su uso. "Manténganlos en los textos para mantenerlos bajo el suelo", gritaba a pleno pulmón una de las activistas que este miércoles se han manifestado desde Sharm el-Sheikh. 

Protestas bajo control

Este año, a diferencia de otras cumbres del clima, la presencia de activistas es más escasa. Las protestas son más moderadas. Y en general, el ambiente reivindicativo es mucho más tenue que lo habitual en este tipo de encuentros. Esto se debe en gran parte a la idiosincrasia del evento en sí. El mero hecho de que la cumbre tenga lugar en un sitio como Sharm el-Sheikh ha supuesto una traba para el desplazamiento de muchos activistas. En parte por los visados. Y en parte por el coste del viaje. El otro gran escollo ha sido la propia normativa del encuentro, que establece que todas las manifestaciones deben ser autorizadas con antelación por las autoridades egipcias. 

El año pasado durante la cumbre de Glasgow, la ciudad entera estaba empapelada con carteles reivindicativos de diferentes colectivos ecologistas. Mientras tenían lugar las negociaciones esocesas, en las calles había decenas de manifestaciones simultáneas en protesta por la inacción climática. El año anterior, la cumbre chilena trasladada a Madrid se celebró con el mismo ambiente. Ese año, de hecho, se vieron algunas de las movilizaciones ecologistas más numerosas hasta la fecha. Todo este ambiente reivindicativo ha desaparecido en Sharm el-Sheikh.

Este año, la única 'gran' manifestación de la cumbre del clima ha tenido lugar dentro de las paredes que acogen el evento. Se celebró el pasado sábado, al cierre de la primera semana de las negociaciones. Desde entonces, no ha habido ninguna otra gran manifestación ecologista en Sharm el-Sheikh. Las grandes protestas por la cumbre del clima están teniendo lugar, paradójicamente, muy lejos de la ciudad egipcia. A miles de kilómetros del lugar donde tienen lugar unas conversaciones clave para el futuro del planeta.

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